Protesta contra los gendarmes que dispararon a niños de una murga en la Villa 1-11-14

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Tiempo Argentino – Nota – Información General – Pag. 20 / 02.02.2016. El hecho se produjo el viernes por la noche y fue denunciado en la agencia ATAJO, del Ministerio Público Fiscal. Ayer, un centenar de vecinos realizó un corte en Perito Moreno y Fernández de la Cruz. Tomó intervención la Procuvin.

Demetrio Iramain > @DemetrioIramain

Mientras 200 vecinos de la Villa 1-11-14 cortaban el tránsito en el cruce de las avenidas Fernández de la Cruz y Perito Moreno en señal de protesta, una decena de padres del mismo grupo se acercó al ATAJO (Agencia Territorial de Acceso a la Justicia) del Bajo Flores para denunciar ante las autoridades de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), dependiente del Ministerio Público Fiscal de la Nación, un hecho de violencia policial cometido el pasado viernes por la noche, por uniformados de la Gendarmería.
Según reconstruyeron los vecinos en la puerta del ATAJO, alrededor de las 21 horas del viernes 29 de enero, en el cruce de Charrúa y Varela, entre Riestra y Ana María Janer, oficiales de esa fuerza de seguridad nacional interrumpieron a tiros el ensayo que ese día realizaban los integrantes de la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”, compuesta por niños de entre dos y 16 años, más algunos adolescentes y adultos. Según se excusaron los gendarmes, el objetivo era realizar un procedimiento de rutina para recuperar dos vehículos robados.
Para los diarios Clarín y La Nación, sin embargo, las víctimas fueron dos uniformados que resultaron heridos por disparos provenientes desde la altura, durante el mismo operativo, en un hecho por demás confuso, y que merecieron la total solidaridad de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Vamos a defender a todos los efectivos. No dejaremos que los ataquen con tanta impunidad”, tuiteó la funcionaria, quien no se expresó sobre la denuncia de los vecinos.
En diálogo con este diario, Florencia Torres, vecina del barrio Illia II, de 26 años y con 16 disparos de bala de goma repartidos entre pierna izquierda y espalda, relató que “el viernes ensayamos porque el sábado teníamos una salida. Llegó Gendarmería junto a una grúa pidiendo paso para levantar unos coches que, decían, habían sido robados varios días antes. El director de la murga les dijo que esperaran, y cuando empezamos a correr a los chicos para que pasen, el acompañante del gendarme que se presentó bajó de mala manera, agarró la itaka, la remontó y empezó a reprimir. Ahí se desató el infierno”.
Los vecinos contabilizaron once heridos, tres de ellos menores.
Tras el feroz operativo, concurrieron inmediatamente al Hospital Piñero, donde fueron atendidos y se certificaron las heridas, que al menos en uno de los casos habrían sido provocadas por balas de plomo.
En la agencia del Ministerio Público Fiscal, Julián Axat, titular de la Dirección de Acceso a la Justicia, y José Nebbia, colaborador de la Procuraduría de Violencia Institucional a cargo de Miguel Palazzani, recibieron la declaración de tres testigos, dos de ellos víctimas.
La Procuvin deberá investigar si la represión fue justificada y si se tomaron las debidas medidas de protección para resguardar a niños, mujeres embarazadas y gente mayor.
“Donde nosotros vivimos no hay veredas. La calle se angosta y como no hay vereda no hay dónde meterse. En ese momento yo sólo rogué a Dios que me proteja. Escuchaba el griterío de los chicos, el pedido de que no tiren. Yo venía corriendo con mi nene, y si no me tiro sobre él, le pegan a mi hijo”, continúó Florencia, corriéndose el vestido sobre la rodilla, donde el poliéster se le pega a la herida.
“Es como una quemadura de cigarrillo, pero que duele y arde más, y todo el tiempo”, graficó.
Para solidarse con los vecinos y reclamar por el cese de las hostilidades hacia los sectores vulnerables por parte de las fuerzas de seguridad, varios dirigentes políticos y sociales se acercaron a la oficina de ATAJO y acompañaron el corte de calles que se realizó al mediodía en Fernández de la Cruz y Perito Moreno. Victoria Monr tenegro, Pablo Ferreyra, Lorena Pokoik, Andrés “Cuervo” Larroque, Paula Penacca, el secretario general de UTE, Eduardo López, referentes de la Corriente Nacional Martín Fierro, y Aldo Morán, del Comedor “Evita Vive”, se sumaron a la convocatoria. Para el docente Eduardo López, “esto no es aislado, sino parte de una política”, señaló, horas antes de la conferencia de prensa que dio en la sede de la Defensoría General de la Ciudad de Buenos Aires, para repudiar el fallo del Tribunal Superior de Justicia porteño, que habilita a la policía a demorar o detener personas en forma discrecional.

Villa miseria también es Buenos Aires

Gustavo González es el director de la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”. Nació en octubre del ’76, cuando la Argentina era tierra arrasada, especialmente en las villas.
Tiene 14 marcas de balas de goma en la espalda, y otras cuatro en los brazos.
“Nosotros ensayamos todos los días, entre las 7 y media de la tarde y hasta las 11 de la noche –explica-.
Empezamos esta murga el 11 de enero, y con el aporte de los vecinos pudimos comprar 200 metros de telas de colores para hacer los trajes de los chicos. El viernes yo venía contento a decirles que acababa de conseguir un micro y que al otro día tendríamos una salida a un corso. Por eso ese ensayo era especial”.
Su hijo Yonathan, de 14 años, fue herido con una bala de plomo en la pantorrilla, pero eso lo supo recién en el hospital. “Se le veía el hueso de la pierna, por eso quedó internado. Pero a eso de las dos de la mañana del sábado entraron unos gendarmes a la habitación y preguntaron si su apellido era González. Mi pibe se asustó, les dijo que era Gómez y se fue del hospital. Al día siguiente lo llevé al Garrahan y ahí me dijeron que era plomo con lo que le habían pegado”.
Si bien había sido violenta, el padre no creía que la represión pudiera ser tan grave. “El tiro que le dieron a mi hijo era para mí”, dice Gustavo con la mirada nublada. Y agrega: “Queremos que esto no pase más, porque si no se van a acabar las murgas. Ese día dije, bueno, volvemos a ensayar recién en diez días, pero hoy digo, ¡no! Esta misma tarde vuelven los ensayos de Los Auténticos.” Enero de 2016. Cuarenta años después del nacimiento de Gustavo, los vecinos de piel morocha que viven en la zona sur de la ciudad autónoma sienten otra vez que el pedazo de tierra que ocupan, unos sobre otros, amontonados, vuelve a ser arrasado.
El neoliberalismo amenaza con dejar baldío el país. Las fuerzas de seguridad sólo hacen el trabajo que ese modelo de sociedad excluyente les tiene asignado: correr a los pobres hacia el margen hacia fuera del circuito económico y social. Vuelven a ser “inviables”.