Para 15 chicos de Villa Lugano, las clases de este año comenzaron recién ayer y lejos de casa

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08.07.2015. Un grupo de 15 alumnos de nivel primario de la Ciudad de Buenos Aires, la mayoría de primer grado, tuvo su primer día de clases ayer, 7 de julio, después de que el sistema de inscripción online implementado por el gobierno porteño los dejara sin vacante hasta mitad de año, informaron padres y docentes.

Esperar un micro desde antes de las siete en una esquina descampada de Lugano, cerca de la Villa 20, para ser trasladados a una escuela de San Telmo, fue la única alternativa que les dio el Ministerio de Educación porteño, señalaron los padres consultados por Télam.

La opción desafía la resistencia de las familias y pone en riesgo la escolaridad, según los gremios, que estimaron que unos 1.000 niños de escuelas primarias del sur de la ciudad se trasladan en colectivo o con el micro que les manda el Ministerio a otros barrios.

Estos chicos de primero, segundo, tercer, y uno de cuarto grado, habitantes de Lugano, tienen que caminar varias cuadras e incluso tomarse un colectivo para llegar a la esquina de Avenida Argentina y Riestra a las 6.50, donde un micro los sube y los traslada a la Escuela 4 del Distrito 3, en San Telmo.

«Estamos asombrados por lo que será el viaje ‘de casa a la escuela’ todos los días, y nos preguntamos si no hubo una solución mejor para nuestros hijos», señaló uno de los padres que ayer acompañó a sus hijos en su primer día de clases.

Yésica, madre de un nene de segundo, se quejó en diálogo con Télam de que su hijo comienza las clases «a pocos días de empezar las vacaciones de invierno, y mañana ya no hay clases porque es feriado (9 de julio)».

«Deberíamos estar felices porque por fin empezaron las clases pero no podemos sentirnos bien con esta solución», sostuvo.

La mujer cruzó la ciudad junto a otros padres y 15 de los 24 niños del Distritito Escolar 21 que estaban en la lista confeccionada por la cartera educativa, y afirmó que accedió a esta alternativa sólo para que su hijo tuviera escolaridad.

Sentados en el hall de la escuela de Venezuela al 700 (San Telmo), los padres contaron que los chicos debieron quedarse en su casa todos estos meses y aunque son de distintos barrios y no se conocen entre sí, todos coincidieron en que esperar el micro escolar en esa esquina desolada de Lugano en invierno, cuando a las 6.50 es de noche, es «peligroso».

«Empezar las clases así da mucha incertidumbre. No sabemos cómo nos vamos a organizar en casa con los otros chicos y con los trabajos», sostuvo Richard Coro, papá de un nene de tercer grado y otro de primero.

«Son muy chicos para saber a qué micro subir. Por eso me quedo» a acompañarlos, señaló angustiada Marina, mamá de una nena de segundo grado, que resaltó que los chicos volvieron muy cansados a la casa, cerca de las 14, en su primer día.

«El micro salió de la escuela de San Telmo a las 12.45 y casi a las 13.30 nos dejó en la misma esquina que nos había levantado a la mañana. De ahí, yo tengo que cruzar un puente y caminar bastantes cuadras para buscar a mi otra nena, que sale del jardín de infantes a esa hora», contó Marina, que además espera la llegada de otros dos hijos que van al secundario.

Desde los gremios educativos confirmaron que los chicos se quedaron sin vacantes, primero por la inscripción online, y después porque hubo un problema en la contratación del micro, lo que terminó en la desescolarización de estos niños de entre 6 y 9 años.

«Esto es una consecuancia más de la inscrición online que habilitó el Ministerio de Educación porteño», dijo a Télam Jorge Adaro, secretario general de Ademys, quien advirtió que «para esto chicos la medida de trasladarlos en micro a una escuela lejos de sus casas es como mínimo un desarraigo».

Al menos 1.000 chicos de primaria se movilizan de los barrios del sur de la ciudad de Buenos Aires a otras escuelas de Palermo, San Telmo, Villa del Parque y Barracas; algunos con el micro que les manda el Ministerio, otros toman colectivos por su cuenta.

«El traslado hace que los chicos tengan que ganar tiempo comiendo y durmiendo en los transportes. La escuela tiene que estar en el barrio, más la escuela primaria», estimó Rubén Berguier, secretario gremial de UTE, y explicó que el tema «excede la falta de vacantes en primaria para los barrios del sur de la ciudad de Buenos Aires».

Los de la secundaria «o viajan o, con 13 y 14 años, toman una vacante nocturna, porque el Ministerio de Educación porteño habilitó aulas de escuelas primarias que funcionan de día, para que chicos de secundaria las ocupen de noche», precisó Berguier.

El secretario de Comunicación del mismo sindicato, Mariano Denegris, dijo a Télam que «faltan unas 30 escuelas en el sur de la ciudad, que paradójicamente tiene un PBI por cápita similar a países como Bélgica o Alemania».