No sobran chicos. Faltan escuelas

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Hoy, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, uno de los distritos más ricos, carece de vacantes para sus pequeños. Aunque parezca difícil de creer, en las escuelas públicas primarias de nuestra ciudad, escuelas que históricamente garantizaron la inclusión social y la construcción de ciudadanía, faltan vacantes.

El lunes 2 de marzo todos los niños de 6 años debieron ingresar a las aulas luciendo por primera vez su delantal blanco, debieron conocer a los compañeros con los que transitarán su vida escolar y a los maestros que los guiarán en la aventura de apropiarse de una de las herramientas más trascendentes para su vida: aprender a leer y a escribir. Sin embargo, nada de esto es lo que ocurrió.

 

 

El Sur también existe.  

 

Cientos de niñxs principalmente de la Zona Sur, correspondiente a los Distritos 21, 20, 19, 13, 11, 4, y 5, no tuvieron su primer día de clases y aún no saben ni dónde ni cuándo comenzarán. Ellos y sus familias vieron cómo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires les impedía ejercer un derecho inalienable como lo es el derecho a la educación.  

No sólo los niños que ingresan a primer grado se vieron privados de vacante, también hay faltantes para el resto de los años de la escuela primaria y demás niveles.

El sistema de inscripción online  sigue sin resolver la asignación de vacantes. En todo caso, visualiza una problemática de fondo que es la falta de escuelas en la zona sur de nuestra ciudad.

Si bien algunas familias, que se inscribieron a través de internet, obtuvieron su vacante en el mes de diciembre, muchas otras mantuvieron una desesperante  incertidumbre durante todo el verano, y aún no tienen certeza si sus hijos podrán estudiar este año.

Largas colas en los Distritos buscando una solución dan cuenta de esta angustiante realidad. Si hay suerte, algunos podrán comenzar las clases el 9 de Marzo, una semana después del inicio del ciclo lectivo formal. Un pocos podrán hacerlo en las proximidades de sus barrios, pero la mayoría deberán cruzarán la ciudad para poder recibir educación con las complicaciones que eso acarrea.

De esta forma, también se cercena el derecho elegir la escuela que uno desea para sus hijos. Derecho que, curiosamente, ostentan aquellos que eligen escuelas privadas.

El macrismo, eludiendo su responsabilidad, no construyó las escuelas que son necesarias para garantizar el derecho social a la educación en la CABA y somete a un injusto padecimiento a cientos de familias que merecen una educación de calidad para su hijos. Esto parece ir a contramano de lo que ocurre en la Argentina. La construcción de escuelas por parte del Gobierno Nacional es una realidad que posibilita el incremento de matrícula en más de un millón de nuevos alumnos, niños que ven concretado su derecho a la educación con más y mejor calidad mientras en la ciudad se transita un camino inverso.


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