“Los que se mueren por la vida no pueden llamarse muertos”

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A las 16:25 de ayer, falleció en el Hospital militar de Caracas el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías. Protagonista excluyente de las últimas dos décadas de la historia venezolana, elegido democráticamente por cuatro veces para gobernar su país, transformó también el escenario político mundial y continental. En tal sentido, ocupó, más allá de toda interpretación acerca de su liderazgo, un rol central en la creciente unidad de los países sudamericanos inscribiéndola en la tradición actualizada de los patriotas americanos del periodo independentista.

Como trabajadores de la educación no podemos dejar de señalar, entre las políticas de inclusión social sin precedentes en la historia venezolana, las que refieren a los mejoramientos educativos.

En sus años de gobierno, según datos de la Unesco, la educación primaria presentó uno de los mayores avances de la región al alcanzar una cobertura superior al 90 %; la secundaria creció del 37 al  60%. Redujo la deserción escolar más de 30%. A través de las “misiones” de la Revolución Bolivariana logró, en menos de diez años, alfabetizar a 95,2% de la población que no tenía ningún tipo de instrucción y construir más de 4500 escuelas. Venezuela duplicó la cantidad de estudiantes universitarios y se ubicó en el quinto lugar en el mundo en matriculación en ese nivel. En un lapso de diez años en Venezuela aumentó en un 523,5% la cantidad de docentes adscritos a la cartera de Educación. 

Hoy le decimos hasta siempre a quien supo hacer realidad aquellas ideas pedagógicas y sociales del gran maestro de Bolívar, Simón Rodríguez.

 

Comandante Hugo Chávez Frías, gracias.