En su primera reunión del año la Comisión de Educación de la Legislatura de la Ciudad fue escenario de un escándalo que anticipa de qué manera el bloque de Cambiemos buscará imponer su mayoría automática a la horade clausurar los debates e imponer su política de recortes.
En el Salón Montevideo del Palacio Legislativo el diputado Maximiliano Ferraro impuso a los gritos su criterio para impedir que diversos representantes de la Comunidad Educativa expresaran su posición respecto del proyecto de Ley del Ejecutivo para disolver los 29 Institutos de Formación de la Ciudad.
Después de un extenso monólogo en el que prometió aceptar la participación de todos los sectores afectados por el proyecto de creación de la UNICABA, Ferraro se refugió en “las tradiciones de la Comisión”, para negar la palabra a docentes y estudiantes de los Institutos de Formación.
La diputada Lorena Pokoik, vicepresidenta de la Comisión y de los legisladores Santiago Roberto y Gabriel Solano insistieron en habilitar el uso de la palabra pero Ferraro endureció su posición y pretendió que las y los diputados de su sector votaran para ratificar su decisión de negarle el uso de la palabra a los presentes. Al no poder imponer ese mecanismo decidió concluir la reunión de manera abrupta.
“Si más temas para tratar se da por concluida la reunión”, dijo Ferraro, quien por primera vez en la historia de las reuniones de Comisión, prohibió el uso de la palabra a los representantes de la Comunidad Educativa.
“Quieren matar 150 años de tradición educativa en un tratamiento expreso de dos meses”, expresó Patricia Simeone, presidenta del Consejo de Educación Superior de Gestión Estatal cuando Ferraro y sus compañeros de bloque ya habían abandonado el salón.
La censura impuesta por Ferraro se completó con la orden del oficialismo de cortar el sonido, por lo que la docente terminó de expresarse en la vereda de la Legislatura donde más de 500 docentes, alumnos y representantes de la comunidad educativa porteña repudiaron la operatoria del oficialismo.
A esta altura el reclamo unánime era el retiro del proyecto que el Ejecutivo de la Ciudad presentó sin haber habilitado ninguna instancia de diálogo.
“En los institutos es donde enseñamos democracia, ciudadanía y educación sexual. No es cierto que quieran jerarquizar la educación, si quisieran hacerlo nos pagarían como corresponde, no tendríamos que trabajar tantas horas para poder jubilarnos dignamente y deberían hacer un reconocimiento público por todo lo que hicimos cuando todo se caía a pedazos”, concluyó Angélica Graciano, secretaria de Educación de UTE y docente del profesorado del Mariano Acosta.