El macrismo detuvo el cambio curricular y aceptó el diálogo

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07.10.2012. El ministro Bullrich cedió al pedido de los estudiantes y la reforma será discutida por toda la comunidad educativa el año que viene. Algunos colegios levantaron las tomas, otros lo harían a partir del martes.

Luego de 21 días de conflicto, las tomas de los colegios secundarios de la Ciudad de Buenos Aires habrían llegado a su fin. La medida de fuerza encarada por los estudiantes en rechazo de la reforma curricular diseñada por las autoridades educativas porteñas, en el contexto de la homologación a nivel nacional de algunas especialidades de los títulos de la educación técnica media, quedó sin fundamento tras la audiencia judicial convocada por la jueza en lo Contencioso Administrativo, Elena Liberatori.
Los colegios nucleados en la Federación de Estudiantes Secundarios (FES) ya han levantado la ocupación y al cierre de esta edición se encontraban reunidos quienes dependen de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) que por respeto a la Asamblea no quisieron adelantar nada pero el temperamento general era de visible contento. Los alumnos consideraban “muy positivo” y “un gran avance” lo logrado el viernes en sede judicial. Resta saber ahora lo que sucederá con los terciarios, porque sobre el final de la semana, el instituto de formación docente más grande de Capital Federal, el Joaquín V. González, también se había sumado a las tomas.
El ministro Esteban Bullrich, de un día para otro, abandonó la postura inamovible con la que defendía las nuevas currículas y su implementación a partir del año que viene, sin participación de los alumnos en las instancias de decisión.
Para sorpresa de todos, la administración porteña accedió a realizar “nueve jornadas institucionales mensuales durante el año que viene para armar las nuevas currículas con la participación de toda la comunidad educativa, jornadas informativas, de debate y de decisión institucional”, contó a Miradas al Sur Lautaro Podestá, de la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia, de Flores, nucleada en la CEB. “Cumplió casi totalmente con lo que veníamos pidiendo”, dijo el alumno.
La modificación iba a afectar a veintiséis escuelas técnicas a partir del año que viene y quedó “totalmente suspendida. El único cambio que se mantuvo fue el de agregar cuatro horas al ciclo básico”. Además, Podestá explicó que fueron “suspendidas las modificaciones para el segundo ciclo y el turno noche y no se tocarían las demás estructuras de la escuela, por lo tanto, ya no sufriría disminuciones ninguna materia”.
Cuando las idas y vueltas no hacían más que recrudecer el conflicto, la pelea llegó al ámbito de la Justicia. Ante el reclamo para que se abriera un canal de diálogo impulsado en la Defensoría porteña por el Secretario General de UTE-CTERA, Eduardo López, el legislador Roberto Tito Nenna, y el ex diputado Gonzalo Ruanova, Liberatori dispuso citar al ministro y a unos cincuenta estudiantes para el pasado miércoles. Esa audiencia no salió del tono confrontativo que imperaba desde el comienzo, lo que sirvió a Liberatori para confirmar la falta de diálogo que venían denunciando los alumnos. Entonces, la jueza abrió un cuarto intermedio hasta este viernes, exhortando a los estudiantes a levantar la medida de fuerza y encomendándoles, a ellos y al ministro Bullrich, elaborar una propuesta específica que definiera nuevas modalidades de diálogo.
Además, ambas partes debieron presentar sus propuestas para destrabar el conflicto. “Llevamos nuestro petitorio a la audiencia judicial y el ministro presentó la contrapropuesta. El documento sólo presentaba algunas falencias respecto de las escuelas artísticas y las piloto pero más allá de eso hemos logrado un gran avance, que tomamos como una victoria”, reafirma Podestá.
Escuelas piloto se llama a las cinco instituciones en las que se aplica la reforma a modo de prueba. No sólo los estudiantes afirman que los resultados allí han sido malos, en la audiencia el mismo ministro Bullrich reconoció que la prueba piloto fue un verdadero fracaso.
Así como los chicos denunciaron las versiones cruzadas fijadas por los funcionarios en los encuentros con cada colegio por separado, también dieron cuenta de las propuestas que el Gobierno les acercaba sin rúbrica. “Esta vez, aunque de nuevo no han firmado la propuesta, tenemos todo el aval judicial, la audiencia fue filmada, se ha comprometido delante de los jueces, esto ha sido adjuntado a la causa y tiene un valor legal. El ministro quedaría muy comprometido ante la Justicia si no cumpliera”, razona el alumno de Flores.
De todos modos, algunos de los falsos argumentos con los que el Gobierno macrista intentó evadir su responsabilidad en el conflicto prendieron entre el alumnado. Bullrich llegó a decir: “Lo que estamos haciendo es aplicar una decisión política del Gobierno Nacional. Esto consiste en que los títulos de las escuelas medias y técnicas del país tengan validez en toda la Argentina”.
No sólo que no se trata de una decisión del Ejecutivo sino que es una reforma impulsada por el Consejo Federal de Educación, integrado por los 24 ministros de Educación del país y, por lo tanto, también es una decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sino que además se trata de una iniciativa que busca homologar algunos títulos de las escuelas técnicas, y no de toda la secundaria como informó el ministro, según algunos, erróneamente, según otros, con malintención.
La homologación abarca sólo a las carreras técnicas cuyos títulos requieren matriculación: en la Ciudad de Buenos Aires hay 16 títulos técnicos y sólo seis especialidades necesitan homologación: Maestro mayor de obras, y las tecnicaturas en Química, Electrónica, Electromecánica, Mecánica Automotor y Óptica, que sólo se dicta en Buenos Aires y Córdoba.
Los acuerdos del Consejo Federal de Educación establecen lineamientos generales y criterios como cargas horarias y contenidos mínimos. A partir de ahí cada jurisdicción diseña sus propios contenidos curriculares. La resolución establece un mínimo de seis años para la formación en las escuelas técnicas, no menos de 30 horas semanales, una carga horaria mínima para todo el plan de estudios de 6.480 horas y contenidos para una carga horaria de 5.920 horas.
En mayo, la Ciudad de Buenos Aires presentó sus planes al Instituto Nacional de Educación Técnica (Inet) con varias falencias. Por ejemplo, en el primer año faltaba carga horaria. Mientras que el mínimo establecido es de 45 horas, el presentado por Ciudad proponía 40. Además, para 1er. y 2do. año establecía cuatrimestres con tres horas de artes y tres de Tecnología de la Representación, en detrimento de Dibujo Técnico, que requiere de al menos cuatro horas anuales.
“No solamente fragiliza la formación técnica específica del plan de estudios de los técnicos, sino que además no puede homologarlos, porque Dibujo Técnico es casi una pieza vertebral del estudio de una tecnicatura en el nivel secundario”, explica a este medio la directora del Inet, María Rosa Almandoz. Y prosigue: “Ciudad de Buenos Aires aún tiene el diseño curricular de los viejos planes Conet que, en general, tienen cuarenta años y una carga horaria muy baja para la formación general. Formar un técnico hoy no es lo mismo que hace cuarenta años. El dominio de nuevos materiales que necesita, por ejemplo, un Maestro Mayor de Obras, para construir un edificio de hasta cuatro pisos, como es su alcance profesional, no es el mismo de los materiales que se utilizaban en la construcción hace cuarenta años. El problema de Ciudad –sostiene Almandoz– es que su carga máxima horaria es prácticamente el piso mínimo total. Todas las demás provincias tienen una carga horaria más alta. La mayoría ha introducido cambios, pero Buenos Aires no, conserva los planes de estudio aprobados por Conet. Lo más restrictivo no son los contenidos sino la carga horaria”.
Tras la presentación fallida, el Inet y el Gobierno porteño acordaron abrir un compás de espera hasta tanto los funcionarios porteños corrigieran todo, porque también tenían un déficit en los contenidos mínimos de Física, por ejemplo, otra área importante para formar técnicos. Pero ello, no sucedió y estalló el conflicto que acaba de terminar, con cincuenta escuelas tomadas, entre las que las técnicas son minoría. Por eso Almandoz subraya que el conflicto se ha extendido debido a “otros componentes” que, supone, “tienen que ver con problemas de comunicación, de discusión, de diálogo, de diversidad política, en fin, y que exceden mucho a esta discusión del diseño curricular”.
La funcionaria rechaza de plano la comparación que se hace entre las administraciones de Ciudad y de Nación, llegando a acusarlas por igual de querer convertir las tecnicaturas en bachilleratos. “Si esa fuera la intención, el Estado nacional no destinaría semejante volumen de inversión a respaldar estos títulos técnicos de especificidad”.
Del 2006 al primer semestre de este año, el Ministerio de Educación de la Nación destinó, a través del Inet, $ 12.192.200 a planes de mejora institucional, alcanzando a 39 escuelas técnicas de la ciudad. “En los últimos nueve años y medio, hay datos muy contundentes, además de la inversión, que demuestran las intenciones de Nación, de recuperar los títulos técnicos, de establecer más escuelas, a garantizar que la profesionalidad de los títulos esté resguardada no sólo por los diseños curriculares sino también por los entornos formativos.”
Igualmente, más allá del sentimiento de injusticia, Almandoz rescata la parte positiva de todo esto: “Escuchar a los mismos chicos de las escuelas técnicas, defender la especificidad de sus títulos es un valor”, sentencia.