Eduardo López: «No nos pudieron doblegar»

👨‍🏫 «Es natural, por definición, que un gobierno de derecha esté en contra de la educación», dice en esta entrevista Eduardo López, secretario adjunto de UTE-CTERA y uno de los dirigentes que más se enfrentó a las sucesivas gestiones Pro. «Hay una tensión permanente», reconoce, y advierte: «Que siga existiendo el conflicto con el Gobierno de la Ciudad significa que no nos doblegaron. Somos su pesadilla».

Sostener las convicciones durante un día, un mes o un año es sin lugar a dudas valioso, pero podría resultar hasta anecdótico si se compara con otras experiencias más duraderas. El gremio UTE-CTERA puede dar muestras sobradas de ello: tras 15 años de gestiones PRO en la Ciudad de Buenos Aires, la representación docente más numerosa del distrito resistió embates de cualquier tipo, listas negras, despidos, cierres de escuelas, cambios de estatuto y hasta el intento de acabar con la organización gremial.

Eduardo López, actual secretario adjunto de UTE-CTERA, vivió a puro fervor y militancia esta última década y media. Por esa razón, conoce a la perfección cada uno de los recovecos y estrategias del PRO para avanzar en sus objetivos referidos a la educación. «Entre el macrismo y la escuela hay cuestiones políticas, personales y filosóficas: son territorios distintos», señala sin titubear. En una entrevista con El Grito del Sur, el referente gremial recuerda el desembarco del PRO en la Ciudad, los primeros conflictos con el gobierno porteño y analiza las consecuencias de 15 años de políticas educativas signadas por la mercantilización y el desfinanciamiento.

En los inicios de la gestión de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno, ustedes ya planteaban que el Pro no tenía a la educación como prioridad. ¿Por qué se vivió en un estado de tensión permanente entre los gremios docentes y el Gobierno de la Ciudad durante los últimos 15 años?

La escuela está pensada para ampliar derechos, mientras que el Gobierno de la Ciudad representa una política de conservar privilegios y aumentar la desigualdad. Ellos dicen que las Malvinas habría que venderlas, nosotros decimos en las escuelas que las Malvinas son argentinas. Para ellos el conocimiento es una mercancía, para nosotros es un derecho. Es decir, la escuela es un territorio de diálogo no mercantilizado, de igualdad de oportunidades y de fomento del ascenso social. Entre el macrismo y la escuela hay cuestiones políticas, personales y filosóficas: son territorios distintos. En la escuela yo le enseño con el mismo cariño al hijo del millonario que al hijo de la clase media y del laburante o del excluido, pero para ellos no son lo mismo. Es natural, por definición, que un gobierno de derecha esté en contra de la educación.

¿Qué recordás de los primeros cruces y conflictos con Macri allá por los años 2007-2008?

Recuerdo un video en el que Macri dijo que las escuelas estaban llenas de ñoquis. Él decía que en cada puesto de cargo docente hay 15 ñoquis. Nosotros le dijimos: si ves realmente ñoquis, te acompañamos a la Justicia a denunciarlo. Nunca denunció un ñoqui, el único ñoqui era el Ministerio de Educación que contrató a Ciro James, que no laburaba y cobraba por espiar. Ese fue el primer conflicto.

Así el Gobierno porteño empezó a construir una narrativa anti-docente. ¿Siempre estuvo presente esta forma de dirigirse hacia ustedes?

Fue desde el principio, pero hubo un intento allá por los años 2013-2014 con Macri y Esteban Bullrich de mostrarse empáticos con la docencia. Esto tenía que ver con la campaña para ser presidente. Lo mismo hicieron con Fútbol para Todos, la AUH, con los trabajadores a los que supuestamente les iba a quitar el impuesto a las ganancias. Durante 15 años hubo reducción de presupuesto educativo. Eso es lo concreto y está en la naturaleza de los gobiernos de derecha. El primer asesinado por la dictadura fue un maestro, Isauro Arancibia. Al gremio no lo pueden doblegar, los docentes somos su pesadilla.

Fotos: Andrés Wittib

Pero esta discursividad contra los docentes termina haciendo mella en algunos sectores de la sociedad. ¿Cómo hacen para revertirla?

Yo tengo otra visión. Sino no habría 50 mil familias que reclaman vacantes todos los años. Es una pelea titánica de las familias para que sus hijos ingresen en la escuela pública. Si te guiás por los medios, los maestros somos pobres y fracasados. Al kirchnerismo y a los reclamos feministas se los ataca por igual. Si vos te guías por la tele, todos los pobres son chorros. Eso no quiere decir que la gente piense eso. No hay división en la comunidad educativa, siempre que les pedimos ayuda están presentes. Tampoco creo que hayan logrado estigmatizar tanto a la docencia y a la educación porque ellos tienen que mentir que les interesa. Si vos le consultas a Larreta, él te va a decir que su prioridad es la educación. Eso lo dice porque sabe que en el alma del pueblo está la educación. El fracaso de Macri y Larreta es que cada vez más familias quieren entrar en la escuela pública.

La cuestión de las vacantes es un factor de descontento. ¿Por qué, sin embargo, no llega a convertirse en un motor de lucha permanente que debilite al GCBA?

Nosotros no pudimos conseguir que se construyeran y abrieran 500 escuelas, lo necesario para resolver la situación de vacantes. Destinan 1 peso para infraestructura escolar y 4 pesos para pauta. No obstante, ellos tampoco lograron cerrar escuelas. Los profesorados siguen abiertos, las escuelas nocturnas también. Hay un empate entonces. Éste es un gobierno claramente enfrentado con la educación y los maestros. Yo creo que torcerle el brazo al gobierno tiene que ver con la decisión de todo un electorado, no sólo de un sector. El sector consigue con lucha aumentos que le empatan a la inflación, que no nos echen ni nos hagan laburar los sábados. Y mantener el conflicto en pie durante 15 años. Ahí hay una tensión permanente. Que siga existiendo el conflicto con el Gobierno de la Ciudad significa que no nos doblegaron.

En 2011 Macri arremetió con una reforma del estatuto docente a espaldas de los trabajadores. Once años después, Larreta vuelve a hacer lo mismo. ¿Cuáles son entonces los derechos más palpables que se le arrancaron a la docencia durante estos años?

Primero la elección de Junta, en la cual votaban afiliados y no afiliados. Allí se elegía a los que velaban por la carrera docente. Era por voto directo y secreto con la posibilidad de que se presentara el sindicato. Como siempre ganaba UTE, la sacaron con la intención de destruirnos. Pero hoy la UTE es el gremio más grande. También querían sacar la estabilidad docente, pero no lo pudieron lograr. Buscan la flexibilización laboral por cualquier medio. El intento de este año fue mercantilizar el ascenso para que suban los más cercanos a ellos. Lo mismo ocurrió con la capacitación docente los días sábados, aunque fue un fracaso rotundo.

Fotos: Andrés Wittib

Otro de los aspectos que marca a la perfección la política del Gobierno de la Ciudad es la evolución del presupuesto educativo, que año tras año cae en términos reales. ¿Qué consecuencias tiene esto en la vida cotidiana de las escuelas y en la labor docente?

Fundamentalmente la falta de vacantes. Conforme baja la línea presupuestaria, sube la cantidad de familias que se quedan afuera de la escuela. También la falta de maestros, porque es tal el maltrato que no hay quienes cubran los cargos de las maestras que se jubilan. Hay una caída del poder adquisitivo del salario de los maestros producto de la baja presupuestaria, lo cual provoca que haya cada vez menos jóvenes que elijan la profesión. El salario no es bueno porque el maltrato es mucho. Todo es una lucha permanente y no vamos a dejar de defender nuestros derechos.

A nivel ciudad, ustedes siempre plantearon que Larreta es Macri. Respecto a los ministros de Educación porteños, ¿se podría decir que Soledad Acuña es Esteban Bullrich o peor?

Son iguales, pero están en distintos modos. En aquel entonces el modo de Macri y Bullrich era vecinalista, pero ahora están en modo de querer disputarle los votos a Milei. Entonces plantean la destrucción de los sindicatos. Si se pelean entre ellos, es porque los tiburones son así. Pero son lo mismo, hay cero diferencias.

En los últimos años, principalmente tras la llegada de la pandemia, la derecha está buscando copar la bandera de la educación. ¿De qué forma el neoliberalismo busca recrear un vínculo con la educación pública y qué peligros acarrea esta cuestión?

La forma que tienen ellos de vincularse es que la escuela pública es de pobres para pobres. Esto es producido por una mayor desigualdad. Entonces a los chicos de la escuela pública los mandan a hacer pasantías no rentadas en empresas y a los de la privada no. El neoliberalismo busca vincularse con una escuela pública que genere mano de obra barata o peones esclavizados para sus empresas. Que la escuela se vincule con el mundo del trabajo sí, ser mano de obra gratuita sin vinculación educativa no. Ellos quieren que la escuela pública sea herramienta de dominación, pero no les está saliendo el plan. Por eso la quieren cerrar.

Fuente: https://elgritodelsur.com.ar/