Cuidar la democracia desde las aulas

¿Cómo abordar un tema de este tipo en la escuela cuando nuestra sociedad atraviesa simbólicamente una frontera? Angélica Graciano (UTE-CTERA) y Jorge Adaro (ADEMYS) reflexionan sobre la vuelta a las aulas tras el intento de asesinato sobre la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Un antes y un después. Volver a las aulas tras el intento de asesinato sobre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner representa un doble desafío para una mayoría de docentes movilizados por el acontecimiento violento más grave desde el regreso de la democracia en 1983. ¿Cómo abordar un tema de este tipo cuando nuestra sociedad atraviesa simbólicamente una frontera? La escuela es el refugio de las palabras, de la escucha y del pensamiento crítico, con lo cual amerita reflexionar sobre la necesidad de poner fin a la violencia política.

En la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta -quien se había solidarizado previamente con CFK- anunció que se recuperará el día de clases «perdido» por el feriado del viernes. Esto demuestra el cinismo con que se maneja la gestión Pro, cuestión que es denunciada sistemáticamente por los sindicatos docentes.

«El atentado contra Cristina es un punto de inflexión de una sociedad que está pugnando por tener mejores condiciones de vida. Todos los ataques y la forma despiadada con que se dio tratamiento a su figura muestran la peor cara de los poderes fácticos en Argentina. El suceso nos dejó en estado de perplejidad, fue un momento donde se detuvieron los relojes y nuestros corazones», contó a El Grito del Sur Angélica Graciano, secretaria general de UTE/CTERA.

Hoy, más que nunca, es necesario evocar la historia de nuestra democracia y el peligro al que estamos expuestos cuando ésta es puesta en duda como sistema. También desarmar los discursos de odio que ofenden, estigmatizan e incitan a la violencia. En ese sentido, Graciano señaló que «la escuela es un lugar donde se reflexiona todo el tiempo sobre el contexto social y político en nuestro país. Las educadoras y los educadores intentamos que la escuela consolide los pisos de consenso social democrático, algo que han buscado romper los principales medios de comunicación. No se pueden tolerar más las bolsas mortuorias y las horcas, así como un diputado que presenta un anteproyecto de ley con pedido de pena de muerte».

Desde UTE se movilizaron en forma masiva para defender la democracia y condenar el atentado contra Cristina. En cambio, ADEMYS hizo un repudio a través de sus redes sociales pero decidió no participar de la marcha del viernes. «Hacemos un repudio sin ningún tipo de condicionamiento a lo sucedido y exigimos una investigación que arroje responsabilidades tanto intelectuales como materiales», planteó Jorge Adaro en diálogo con este medio.

«Las educadoras y los educadores intentamos que la escuela consolide los pisos de consenso social democrático, algo que han buscado romper los principales medios de comunicación». Angélica Graciano – Secretaria general de UTE/CTERA.

El secretario adjunto de ADEMYS señaló que «hay que tomar como definición el abordaje de este tema en las aulas. Existen herramientas curriculares y de cátedra para poder hacerlo. Yo lo traté con los chicos de sexto grado y lo primero que hice fue escuchar. Los pibes reflejan lo que se discute y las conclusiones que saca cada familia. A partir de ahí hay que buscar los valores comunes y argumentativos para hacer un ejercicio del hecho democrático».

Es probable que, entre les estudiantes, surjan cuestionamientos relacionados a la veracidad de los hechos, a partir de la influencia que ejercen las redes sociales y la constante propagación de noticias falsas. Respecto a esto, Adaro explicó que «se pueden abrir incluso discusiones de carácter político, pero nada debe ser obturado en la escuela más allá de los gobiernos. El docente debe estar predispuesto al desafío de escuchar, poder hacer síntesis y poder ser crítico para realizar una devolución a partir de distintas estrategias didáctico-pedagógicas. Aquí lo democrático tiene que ser un elemento central».

«En la educación debemos construir y desarrollar el imperativo ético. No existe posibilidad de una convivencia social si hay injusticia, que genera violencia. Esto que ocurrió con Cristina es parte del conflicto social y hay mucho para trabajar. Hay que desarmar los discursos de odio que transmiten los medios de comunicación porque hay un montaje bien articulado al respecto. Eso para la escuela es inaceptable», concluyó Angélica Graciano.

Fuente: https://elgritodelsur.com.ar/