La UTE repudia y expresa su rechazo a la brutal represión y las torturas recibidas por los chicos del Colectivo La Garganta Poderosa.
Dos jóvenes, uno de ellos de 15 años, fueron secuestrados, torturados y amenazados de muerte por más de una decena de uniformados.
Ezequiel Villanueva Moya, de sólo 15 años, e Iván Navarro, de 18, ambos habitantes de la Villa 21 y miembros del Colectivo La Garganta Poderosa, fueron secuestrados el sábado por más de 10 uniformados a bordo de tres móviles de la Prefectura Naval Argentina, golpeados y amenazados con armas de fuego, y disparos al aire incluidos. También les robaron la ropa.
Este es un nuevo caso de violencia institucional. Desde UTE exigimos que la justicia actué con la celeridad del caso y que se sancione a los efectivos que, en otro de los tantos caso de abuso de autoridad, están reflotando las practicas más siniestras propias de los gobiernos dictatoriales en nuestro país.
Nuestros pibes tienen derechos y deben ser respetados. Basta de persecuciones y de violencia institucional.
“Corrieron, corrieron a sus casas, corrieron a nuestra redacción, corrieron a la Procuraduría contra la Violencia Institucional y ayer se presentaron en la fiscalía de Pompeya, para prestar declaración. ¿Y adivinen qué? Sí, estaba ahí, uno de ellos estaba ahí, el prefecto Leandro Adolfo Antúnez estaba ahí. Lo vieron, lo señalaron y lo denunciaron. Acto seguido, el fiscal Marcelo Munilla Lacasa pidió la orden de detención y la remoción de los agentes que integraban el móvil. Pero ahora, nuestros compañeros tienen miedo. Sus familias tienen miedo. Nosotros tenemos miedo“, denunció La Garganta Poderosa.
En los últimos tiempos, se tomaron decisiones que afectan de manera negativa la vigencia de derechos. Es el caso del fallo “Vera” del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Buenos Aires que habilitó a la policía a detener personas sin orden judicial, bajo supuestas facultades implícitas, por averiguación de identidad. Estos procedimientos vulneran derechos constitucionales como la libertad y la privacidad de las personas interceptadas y requisadas. Además, en los últimos meses, se han conocido casos que muestran cómo funciona la discrecionalidad policial amparada en las llamadas “detenciones por averiguación de identidad”. Lo que les ocurrió a Iván Navarro y a Ezequiel Villanueva Moya muestra las consecuencias más graves de estas políticas.