Durante este fin de semana y frente a la convocatoria a un Paro de 48 horas para los días 30 y 31 de Julio por parte de la Unión de Trabajadores de la Educación, el Gobierno de la Ciudad envía a los directivos escolares planillas por fuera de las habituales informaciones sobre asistencia para que comuniquen quienes adherirán a la medida de fuerza. Por un lado, buscan amedrentar a los docentes con la amenaza velada de los descuentos salariales y, por otro, pretenden que los directivos de escuela informen los datos el mismo día del paro afectando su derecho a huelga. Ni los docentes están obligados a informar previamente si adhieren o no a un paro ni el personal de conducción está obligado a enviar esa información si se encuentra haciendo uso de su derecho a huelga.
De esta forma, se pone en evidencia la peor cara del gobierno de Larreta y Acuña, quienes, detrás de su ya gastado y mediático relato del dialogo, no hacen más que incurrir en prácticas políticas más vinculadas a la triste historia de las dictaduras que a las que debieran exhibir los gobiernos democráticos a la hora de dirimir los conflictos sociales.
Este accionar no sólo contradice lo dispuesto por las normas nacionales regulatorias de los conflictos sindicales sino que también desautoriza en todo a las recomendaciones que la Organización Internacional del Trabajo realiza para estos casos.
Las «apretadas» a los distintos niveles del sistema para obtener información acerca de quienes acatan o no la medida sindical, no sólo constituye una sobrecarga laboral sino que roza la ilegalidad en tanto puede ser interpretado como «abuso de autoridad», «persecución laboral» o «discriminación ideológica» todas formas reñidas con las leyes protectorias del trabajo y de la acción sindical que, a pesar del Gobierno de Macri y Lagarde, aún rigen en la democracia argentina.
Esta acción ilegal se complementa con acciones inmorales. La información se solicita por los canales institucionales, sembrando la delación y la desconfianza. Además, el Gobierno moviliza empleados de distintos ministerios, que a cambio de días franco, compensatorios y/o distintas cuestiones basadas todas en las peores costumbres del «la Patronal», son investidos con los poderes de «auditoria» para recorrer las escuelas como verdaderos «grupos de tareas», amedrentando a las compañeras y compañeros directivos y supervisores, confeccionando listas «negras» in situ, propinando amenazas, etc.
Estas formas oscuras del autoritarismo, no van a amedrentarnos. Poblaremos las calles y habitaremos cada lugar de trabajo con nuestros reclamos.
Como hace ya más de 35 años los argentinos nos encontramos ante la difícil disyuntiva de construir y sostener la democracia como sistema de vida. En ese marco, la lucha que estamos dando no sólo es por el derecho social a la educación y por el salario. Por eso, convocamos a toda a la comunidad educativa a sumarse a esta lucha, a peticionar, a participar este lunes 30 de julio a las 11 horas en Bolívar y Avenida de Mayo para movilizarnos pacíficamente por lo que creemos que es justo y que corresponde.
Buenos Aires, domingo 29 de julio de 2018