El macrismo tuvo que acordar un proyecto con legisladores que en tres días vencen mandato
Después de más de dos meses de resistencia y en la última sesión ordinaria del año, apelando al voto de legisladores que en días dejarán el parlamento porteño y de matones contratados, el macrismo aprobó una reforma al Estatuto del Docente a espaldas y en contra de la voluntad unánime de los trabajadores de la educación.
Desde que comenzó este conflicto venimos sosteniedo que el objetivo de fondo del Gobierno de la Ciudad es disciplinar a los docentes porque venimos resistiendo los ataques de Macri a la escuela pública. Por eso, aunque el PRO haya obtenido una mayoría espuria garantizando cargos a legisladores que no pudieron renovar sus bancas, no logró su objetivo de disciplinamiento.
Los docentes demostramos que no vamos a renunciar a la defensa de la educación pública, de nuestros derechos y de los de nuestros pibes. Las asambleas distritales, los masivos plenarios de delegados, las históricas movilizaciones, la unidad docente en la lucha, nos llenan de orgullo y de fuerza para seguir peleando por el derecho social a la educación.
Como patrones de estancia que desconocen los derechos laborales, el PRO nos descontó 3 días de paro del mes de octubre. Tampoco así lograron que abandonemos la lucha. Ahora, además de las presentaciones judiciales para que se respete el derecho a huelga, vamos a exigirle al Ejecutivo que atienda la recomendación de los legisladores de devolver los descuentos.
Por otra parte, esta Ley, plagada de ilegitimidad en su origen y concepción, tuvo que incorporar el respeto de los mandatos surgidos de las elecciones de Juntas del 3 de noviembre. Este plazo de dos a cuatro años para entrar en vigencia nos permite construir alternativas para revertir este avance contra nuestro estatuto. Si el macrismo piensa que nos ha doblegado, se sigue equivocando en su visión de la docencia.
Porque somos obstinadamente docentes,
seguiremos enseñando, resistiendo y soñando.