El informe reunió datos de asistencia en la semana del 1 al 4 de junio. El método consistió en que docentes, trabajadores no docentes, cooperadoras y familias completaran un formulario registrando la presencialidad en sus escuelas, junto con las razones manifestadas por los padres y madres.
Según un relevamiento de la Multisectorial por la Educación Pública, en la Ciudad de Buenos Aires sólo el 18 por ciento de los alumnos concurren a clases presenciales. Este elevadísimo ausentismo fue registrado en las escuelas de todas las comunas, con variaciones mínimas de barrio a barrio. Al preguntar sobre los motivos, el más mencionado fue el temor a que los chicos se contagien y lleven la covid a su casa.
«Las familias rechazan la presencialidad negacionista», es la lectura que hace Eduardo López, secretario adjunto de la Unión de Trabajadores de la Educación, uno de los gremios que viene reclamando el pase la virtualidad de las clases en CABA. El docente defendió la postura de quienes no mandan a sus hijos a la escuela. «Gracias a esto, la ciudad de Buenos Aires no colapsó como Córdoba», agregó.
El informe reunió datos de asistencia en la semana pasada, del 1 al 4 de junio. El método consistió en que docentes, trabajadores no docentes, cooperadoras y familias completaran un formulario registrando la presencialidad en sus escuelas, junto con las razones manifestadas por los padres y madres.
Paula Gueler integra la cooperadora del secundario Julio Cortázar, una de las que llevaron adelante el registro. «Las madres estamos superpreocupadas por la situación de contagio, muchísimas no mandamos a los chicos», dijo a PáginaI12. «Mi hija está en una burbuja de 13 compañeros. El primero y segundo día fueron dos, después se terminó porque era insostenible para los docentes. Cuando hicimos el relevamiento, de todo el turno mañana había apenas diez pibes en la escuela. El presentismo es inexistente; nuestro planteo como padres es que funcionó mucho mejor la semana en que las clases presenciales estuvieron suspendidas (por los nueve días de confinamiento), porque los docentes pudieron conectarse todos los días», dijo a Página/12.
El relevamiento registró que en las escuelas de nivel inicial, primario y de educación inicial la asistencia fue del 18 por ciento: van dos de cada diez. Si sus datos se toman nivel por nivel, de manera desagregada, resulta que en las escuelas primarias encontraron un 23,2 por de asistencia, en las de educación especial 11,2 y en el nivel inicial 19,7 por ciento.
Entre comunas, el nivel de presentismo es homogéneamente bajo: en torno al 20 por ciento.
En el nivel secundario, vale recordar, los estudiantes de tercero, cuarto, quinto y sexto año no volvieron a la presencialidad. Los de primero y segundo año sí fueron convocados, por burbujas, combinando virtualidad con presencialidad pero –aseguró la Multisectorial– en los hechos prácticamente no están teniendo clases, una situación derivada, indicaron, «de las demandas administrativas, judiciales, colectivas e individuales» presentadas.
Los datos reunidos por docentes, cooperadoras y familias discrepan notoriamente de los difundidos por el gobierno de la Ciudad. De hecho, no podrían ser más contrapuestos, ya que en la misma semana de este relevamiento, el ministerio de Educación porteño informó que el presentismo era del 78 por ciento en las escuelas estatales, con una una asistencia aún más alta en las privadas.
Junto con los números de presentismo, los integrantes de la comunidad educativa relevaron las razones expresadas por las familias para que sus hijos se queden en casa. La principal es «el temor a que la/el estudiante contraiga covid-19 y que pueda incluso transmitirlo a alguien de su grupo familiar». En segundo lugar fueron señaladas las interrupciones constantes que tienen las burbujas por la aparición de casos positivos o sospechosos. El tercer motivo fue estar dispensado por pertenecer a un grupo de riesgo.
«Somos su foto de campaña»
Con estos números , la Unión de Trabajadores de la Educación insistió en que el Gobierno porteño debe garantizar a los estudiantes computadoras y conectividad para que puedan tener continuidad en sus aprendizajes.
«Hoy la Ciudad de Buenos Aires es la jurisdicción que menos clases da. En la provincia de Buenos Aires hay más clases, porque con clases remotas a por lo menos la mitad de los chicos los chicos los tenés. Con esta presencialidad, va el 18 por ciento. Las escuelas están semivacías», sostuvo Eduardo López.
Para el referente de UTE, el relevamiento «muestra lo que los delegados docentes describen en cada escuela. La comunidad educativa no quiere, con estos niveles de contagio, la presencialidad. La justicia ha respaldado a las familias en su decisión y le ordenó a (el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez) Larreta que garantice a todos la educación a distancia, y Larreta apeló el fallo. ¿Por qué? Porque necesita sacarse una foto en una escuela. Somos el decorado de su foto de campaña. Pero es un decorado que ya se cobró 13 mil contagiados y 24 fallecidos».
López defendió, en esta situación, a las familias que no mandan a los hijos a la escuela. Y puso como evidencia del riesgo que se corre a la provincia de Córdoba, donde el gobernador Juan Schiaretti dispuso, como en CABA retomar las clases presenciales el 31 de mayo, pero esta semana tuvo que suspenderlas por el brote de covid.
«Malas decisiones»
Durante la jornada, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, criticó la decisión de volver a la presencialidad tomada por el jefe de gobierno porteño.
«Horacio Rodríguez Larreta quebró los consensos, la mirada común de cómo enfrentar la pandemia. Sus malas decisiones han terminado teniendo una fuerte repercusión en todo el territorio», aseguró.
Trotta reforzó luego, a través de las redes sociales, su cuestionamiento. Recordó que los ministros de educación de todos los distritos del país, con la excepción de CABA, acordaron un mismo criterio sobre cuándo suspender la presencialidad. «Esos consensos son fundamentales porque el virus no reconoce fronteras entre distritos. Una mala decisión afecta a todos», tuiteó.
Rodríguez Larreta no hizo comentarios sobre el tema, que por su impacto social empieza a generar el tipo de escena más temida por cualquier figura política. El viernes, mientras visitaba un centro de vacunación en Boedo, fue interceptado por una docente que le reclamó por la muerte por covid de sus compañeras y compañeros. Teléfono en mano, la maestra le leyó la lista de los trabajadores de la educación fallecidos. “Todos ellos murieron por responsabilidad tuya y de la ministra Soledad Acuña”, le dijo a docente. La seguridad del jefe de Gobierno no llegó a frenarla.
A la lista se agregó un nuevo nombre, el de Alicia Ríos, casera de la Escuela 16 del distrito escolar 11, del barrio de Flores. Con su muerte, el número de víctimas del coronavirus en las escuelas porteñas llegó a 26.
El relevamiento de la Multisectorial por la Educación Pública reseñó otra relación entre la apertura de las escuelas y la evolución de la pandemia, el del aumento de los casos positivos en el distrito. En este sentido, señaló que en el primer mes de clase presenciales (del 14 de febrero a mediados de marzo) CABA tuvo 43 contagios por día. En el segundo mes, el promedio saltó 192 casos diarios. Actualmente -considerando un corte de los últimos 20 días- el número de contagios por jornada está en 227 casos, es decir que los casos se quintuplicaron en relación a la situación previa a la presencialidad escolar.