La Unidad de Coordinación de Formación Docente citó a las autoridades de los Institutos de Formación Docente para informarles el inicio de modificaciones de los planes de estudio de las instituciones sin convocatoria ni participación de los claustros elegidos por las comunidades que componen cada Consejo Directivo.
Pensar integralmente un cambio es central: la formación docente inicial, la formación docente permanente, el apoyo pedagógico a las escuelas y la investigación educativa forman un entramado. Es por esto que no es serio dejar fuera de la discusión a los representantes al momento de pensar un cambio de plan. Estamos hablando del derecho a aprender que tienen nuestrxs estudiantes y que esos aprendizajes sean valiosos para la gestión de la autonomía.
Una propuesta responsable de cambio necesita de la creación de un cargo de formación docente en donde se establezcan porcentajes de horas frente a curso y para otras tareas: impulsar y desarrollar acciones de investigación y un laboratorio de la formación. Implica necesariamente regularizar y crear una ley de concurso docente que genere estabilidad. Para discutir el trabajo remoto se debe debatir la regularización de la actividad y el derecho a la desconexión.
Las modificaciones deben tener todos estos puntos en cuenta, en particular en este contexto de emergencia educativa en el que no se cubren de cargos en nivel primario y en muchas disciplinas de nivel secundario, cuya responsabilidad directa es del Gobierno de la Ciudad, por la falta de financiamiento y promoción de la carrera y de la formación docente en el diseño de las políticas públicas y por el ataque sistemático a través de los medios de comunicación masiva (incluidas redes sociales) a la tarea docente.
Exigimos desde el sindicato respetar los claustros y sus representaciones, las autonomías institucionales y que haya un tiempo planificado y acordado, con jornadas específicas para un debate serio.
Una política educativa hecha a espaldas de las comunidades está condenada al fracaso
¡Los 29 de pie!