La UTE rechaza el “0800 caza de brujas” de Bullrich:
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación, UTE-CTERA Capital, repudiamos enérgicamente la decisión del Ministro de Educación porteño Esteban Bullrich de abrir una línea gratuita para denunciar lo que llamó “la intromisión de la política” en las escuelas.
Al mismo tiempo, debemos advertir que esta determinación retrógrada y autoritaria forma parte del pensamiento del macrismo. Se trata de un gobierno que apenas asumió intentó prohibir a los docentes hacer declaraciones a los medios por problemas edilicios en sus escuelas, que pidió listas de estudiantes y ordenó que fueran denunciados a las comisarías. La misma gestión que contrató un espía en el Ministerio de Educación y nombró como Ministro al defensor de la dictadura Abel Posse. Son quienes prohibieron lo materiales educativos de Bicentenario y quisieron poner cámaras de seguridad dentro de las escuelas.
El mismo día que se creó la línea antipolítica, el gobierno, mediante la Disposición nº 40 publicada en el Boletín Oficial, prohibió la realización de asambleas en el ámbito laboral a los empleados públicos si no contaban con autorización pedida con 72 horas de antelación. Esta medida, que viola la Constitución Nacional y los tratados internacionales, pretende que no haya participación ni en las escuelas ni en los lugares de trabajo. Sólo falta declarar el Estado de Sitio para impedir también que los ciudadanos nos manifestemos en las calles de nuestra ciudad.
Cuando Bullrich llama a denunciar acciones políticas y promete impedir su ingreso a las escuelas, lo hace desde la concepción extremadamente autoritaria que descansa en la idea de suprimir lo político. El ministro hubiera denunciado por “politización” a los estudiantes que protagonizaron “La Noche de los Lápices”. Las escuelas de la democracia son ámbitos políticos, de formación ciudadana y las distintas perpectivas deben convivir y disentir, acordar y confrontar. Porque cuando no hay política hay una sola política, la del silencio y el miedo. Los Centros de Estudiantes son precisamente espacios para hacer política. En ellos existen diversas agrupaciones que realizan actividades comunitarias, de debate, de formación, solidarias, etcétera. Esta invitación a la denuncia macartista, aunque luego la supuesta prohibición de la actividad sea de imposible concreción por su ilegalidad, busca sembrar el miedo antes de la participación, pretende inmovilizar. Las autoridades educativas, y también los docentes, debemos fomentar esa participación porque de ella depende la construcción de una sociedad cada vez más democrática.