La respuesta de los docentes de los institutos de formación a los dichos de la ministra
Tras las agresivas declaraciones que la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, realizó durante una entrevista con el diputado de Juntos por el Cambio, Fernando Iglesias, en las que criticó la formación docente, instó a los padres a denunciar a los maestros «sobreideologizados» y definió a quienes eligen esa profesión como «gente cada vez mayor», que «por ser de niveles socio-económicos bajos, tienen menos para ofrecer en el aula en términos de capital cultural”, docentes porteños le respondieron en diálogo con Página/12.
“Su actitud se parece más a un lanzamiento de una candidatura política que a las palabras de una ministra de Educación. Es grave el nivel de destrato, la incitación a la violencia y el desconocimiento de todo lo que sucede en las escuelas que tiene”, expresó Viviana Alonso, vicerrectora de la Escuela Normal Superior Número 8. La «docente de futuros docentes» agregó que el discurso de Acuña «atrasa, por lo menos, 30 años. Tiene un discurso antipolítica que oculta una clara posición política y eso hay que desenmascararlo». «Es muy violento escuchar a esta altura de la historia estos discursos en contra de la politización. Ella tiene un grave problema contra la pertenencia sindical y cree que es algo que no nos corresponde, con lo cual demuestra que se quedó con una idea de maestro del siglo XIX», aseguró la vicerrectora.
«Cuando el Gobierno porteño usa a los chicos para sacarles fotos y después tenerlas para marketing partidario, no les importa en qué lugar queda el alumno», comparó Alonso. «Nosotros hemos tenido problemas de padres que se encontraban con la cara de su hijo en una propaganda del PRO. Se ve que para ellos hay políticas y políticas, algunas cosas no les generan tanto rechazo», reflexionó.
Mariana Lewkowicz también es docente de formación docente, en La Escuela Normal Superior Número 4. Para Lewkowicz los dichos de la ministra remiten a las épocas más oscuras de la historia argentina: “Yo cursé mi secundario en el Colegio Nacional Buenos Aires durante la dictadura militar de 1976 y decían lo mismo que dice ella: que tenía que estar la puerta abierta del aula y que tenía que haber un control permanente para que cualquiera pueda pasar y escuchar lo que se decía en clase”. “El llamado a la delación también es propio de una dictadura”, agregó.
Además, la docente puntualizó y destacó términos que utilizó Acuña que le llamaron poderosamente la atención: «habla de que somos la ‘raíz’ del problema, y a los problemas de raíz hay que ‘arrancarlos’ o ‘erradicarlos’. Dos cosas que repetían los militares. Sus dichos parecen de una reedición del proyecto educativo de la última dictadura militar sin ningún tipo de matices”, aseguró.
Una docente de la Escuela Normal Superior Número 9 que prefirió no dar su nombre, comentó que “a todos se nos pusieron los pelos de punta cuando escuchamos esas aberraciones. Acuña miente abiertamente y maneja el discurso porque no es inocente que, justamente una persona que viene de las ciencias políticas, confunda el término ‘política’ con ‘partidismo’, como ella lo hace. Llamó la atención esa actitud tan fuerte de incitar a los padres a la denuncia de los docentes. Es preocupante cuando dice que ‘ahora con la virtualidad pudimos ver lo que hacen los docentes en el aula’. ¿Detrás de eso qué viene?, ¿una cámara en el aula para controlar qué decimos?”, se preguntó.
«Todo lo que dijo la ministra es persecutorio», subrayó Alonso. «Pero la persecución de Acuña la venimos padeciendo hace muchos años, desde que asumió el cargo. Lo sorprendente es que lo dijo todo junto y de una manera muy cruda». Luego, la docente recordó que «en un momento de la entrevista, Iglesias le dice que la formación docentes ‘somos el núcleo duro’, y ella nos acusa de ‘estar politizados’, como si eso fuera una mala palabra». «Lo lamentable es que no sorprende, porque ese es un modus operadi que manejan. Recordemos que hace unos años salimos a denunciar el 0800 que el gobierno de la Ciudad había creado para denunciar docentes«, recordó.
Las docentes coincidieron en catalogar de «estigmatizantes» los dichos de la ministra sobre el nivel socio-económico de los estudiantes. “Lo que dice Acuña es una gran estigmatización, y además es falso. Los estudiantes no tienen un promedio de edad alto, ni vienen de hacer otras carreras. Muchos son recién salidos del secundario, y otros tienen 20 o 22 años. En grupos de 30 suelo tener solo dos o tres personas de más edad”, aseguró Lewkowicz.
Alonso agregó que «decir ‘los sectores populares tienen menor capital cultural’ es poner en tela de juicio la capacidad de las personas y reponer una idea de determinismo social que es tremenda. Además claramente subestima al estudiante».
Para Lewkowicz, “lo que más le molesta» a la Ministra es la formación docente y asegura que «proponen la UNICABA cómo ‘la única forma de subsanarlo’». «Les molesta que no pueden dirigir a su gusto los institutos de formación porque estos tienen su propio régimen de elecciones, autoridades, centros de estudiantes. Eso al Gobierno de la Ciudad nunca le gustó”, resaltó. «Cuando en su momento leímos los fundamentos de la UNICABA nos quedó claro que los subestiman porque desconocen. El primer problema es que la ministra no tiene formación en educación y por eso no entiende sobre el tema. Ataca lo que desconoce», concluyó Alonso.