La ministra porteña analiza adelantar el calendario escolar
“Yo no puedo asegurar cómo vamos a comenzar pero estamos seguros que vamos a comenzar», declaró la Ministra de Educación porteña. Desde los sindicatos señalan que es una «postura unipersonal» y advierten sobre el bajo porcentaje que alcanzaron las reaperturas de colegios: de los 169 colegios privados autorizados, apenas el 25% retomó las actividades presenciales.
“Yo no puedo asegurar cómo vamos a comenzar pero estamos seguros que vamos a comenzar. No en marzo sino en febrero. Estamos analizando adelantar el calendario y retomar las actividades de forma presencial y completa”, lanzó la ministra de Educación Soledad Acuña en una entrevista realizada en un medio afín al gobierno porteño. A diferencia de lo que venía sucediendo, las declaraciones de la titular de la cartera educativa porteña esta vez no tuvieron tanta repercusión. Es que las y los consultados coinciden que el discurso de Acuña va por un lado y la realidad por otro, así que toman esas declaraciones “como de quién viene”.
“Simplemente es un discurso más de la ministra Acuña, como otros tantos”, asevera Alejandra López, secretaria general de SADOP Capital. “La Ministra sigue utilizando una postura unipersonal no consensuando ninguna práctica con los gremios docentes ni con la comunidad educativa, respecto a los protocolos ni a la ‘vuelta a clases’. Este dicho lo tomo como uno más. Ni más ni menos que eso”. La titular del gremio de docentes privados de la Ciudad de Buenos Aires dejó plasmado que todos los anuncios realizados con bombos y platillos, por parte del Gobierno de la Ciudad, nunca concuerdan con lo que después pasa. “En las escuelas privadas hubo muy baja asistencia en las clases de revinculación, pese a que la ministra Acuña diga que hubo mucha participación de los estudiantes. No fue así. El principal motivo es que nadie quiere exponer a sus hijos en medio de la pandemia”, sostiene López.
De los 169 colegios privados que fueron autorizados a retomar la presencialidad para la revinculación pedagógica, sólo arrancó un 25%, sostiene un relevamiento realizado por SADOP. De esas escuelas que representan apenas el 4% de todo el subsistema de gestión privada, sólo participaron el 8% de estudiantes.
Pero no solamente hubo baja participación en las escuelas privadas, sino que lo mismo ocurrió en la revinculación pedagógica que se realizaron en las primarias de gestión estatal. Un relevamiento elaborado por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), dejó en evidencia el temor de las familias a llevar a sus hijos en medio de la pandemia, pese a haber confirmado que iban a asistir al lugar. El protocolo era el mismo para cada establecimiento: burbujas integradas por 10 chicos. En algunas escuelas se realizaron 4 burbujas, en otras 3 y en el resto 2 o una. De la semana del 19 al 23 de octubre, abrieron un total de 46 escuelas primarias, donde 630 estudiantes habían confirmado que iban a participar, pero apenas asistieron 284. Es decir sólo el 45% del total, menos de la mitad de los que habían garantizado su asistencia.
En cada una de sus intervenciones mediáticas, Soledad Acuña deja trascender la idea de que las clases durante la pandemia estuvieron interrumpidas. Se impone entonces una pregunta: ¿realmente se pueden considerar interrumpidas las trayectorias cuando las y los docentes siguieron en contacto con sus alumnos? ¿Qué imaginamos que están pensando las y los pibes acerca de su vínculo con la escuela, los docentes y sus compañeros y compañeras? Acaso, ¿les preguntamos? “Entendemos que no se incluyó a las y los estudiantes, al menos no lo suficiente y mucho menos se les preguntó a maestras y maestros mientras se toman decisiones a sus espaldas, desde escritorios y con poca capacidad de entender la cotidianeidad escolar”, sostiene en diálogo con El Grito del Sur Monona Gutiérrez, referente del Área de Inicial de UTE.
“Los datos acerca del regreso transmitidos por la mediática ministra de Educación, Soledad Acuña, dan cuenta de cómo el periodismo y algunos periodistas inexpertos asumen la responsabilidad de definir cómo sigue la biografía educativa de miles de chicas y chicos. Este gesto no solo da cuenta de una profunda irresponsabilidad, sino que muestra el desprecio de Larreta por la comunidad educativa”, agrega Gutierrez.
Diferentes sectores sostienen que, antes de que el Gobierno de la Ciudad siga avanzando con su acción aperturista, es necesario que se convoque a la toma de decisiones conjunta que incluya a las instituciones, los sindicatos y las familias, para que acuerden cómo se sigue y que las medidas se tomen bajo la lógica del cuidado de la salud y “fuera del marketing electoral”. Gutiérrez agrega: “Sra. Ministra, Sr. Jefe de Gobierno porteño, actúen con responsabilidad y dejen por una vez ‘la rosca’ de lado. La historia lo contará como uno de los responsables del deterioro de la educación porteña que tanto le gusta usar como bandera”.
El debate queda inconcluso si en este contexto sólo nos paramos en la grieta entre los que están a favor de la revinculación pedagógica en medio de la pandemia, y los que se oponen para resguardar la salud de las y los estudiantes, docentes y familias, por un simple y claro motivo: el tema trasciende ampliamente lo pedagógico, y ante todo es un hecho sanitario en medio de la emergencia ocasionada por el COVID-19.
La médica infectóloga del Hospital Muñiz, Gabriela Piovano, dialogó con este medio y opinó sobre la supuesta vuelta a clases presenciales en febrero, tal como sostuvo la ministra Soledad Acuña. “No podemos hacer futurología, pero sí podemos hacer algunas proyecciones: todos los lugares que apelaron a la apertura de escuelas tuvieron que volver para atrás porque sufrieron fuertes rebrotes. Y si nosotros hoy en la Ciudad estamos bajando los números o estabilizándolos, es porque no hay oficinas abiertas en CABA, ni tampoco niños y niñas que de forma masiva van a las escuelas”.
Respecto a la aparición de alguna vacuna para fines de este año y comienzos del 2021, la especialista destacó que “en diciembre vamos a tener un mejor panorama sobre las vacunas, si hay alguna que sirva respecto a su efectividad y seguridad; pero si en un hipotético caso para febrero tuviéramos a todo el personal de las escuelas vacunado, como a todo el personal de salud y los grupos de riesgo, o al 60% de las y los vecinos de la Ciudad, se puede empezar a hablar sobre una vuelta a clases. Pero si no están dadas estas condiciones es prácticamente imposible”, culmina Piovano.