¿Se va o no se va el funcionario bailarín?

El director de Gestión Estatal, Fabián Capponi, fue condenado por gremios y opositores, pero se mantiene en el cargo. Hace unas semanas, otro funcionario se fue por un partido de paddle del que dijo no haber participado.

El vídeo lo vimos todos. El director general de Educación de Gestión Estatal, Fabián Capponi, de bailanta en las oficinas estatales sin barbijo y sin ninguno de los cuidados necesarios. Desde la oposición y desde los gremios docentes salieron a pedir la renuncia y en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta hicieron mutis por el foro. Fue en los mismos días en que Horacio Rodríguez Larreta se fotografió corriendo para congraciarse con su electorado y, a continuación, el funcionario que lo acompañaba -el secretario de Transporte, Juan José Méndez- tuvo que pagar una multa porque había salido un día que no le correspondía. La pregunta de cajón es: si no cumplen sus propias reglas, ¿cómo esperan que lo haga el resto de la sociedad?

La cuarentena se alarga y se alarga y en el Gobierno porteño se viene instalando un sentimiento: que no hay restricción que anuncien que “la gente” vaya a cumplir. La idea es discutible: incide también mucho cómo se comunican las cosas, si se dan señales confusas o si se dice que se queden en casa mientras se abren más y más posibilidades para salir. No obstante, también tiene una base de realidad: se va consolidando un hartazgo social hacia las restricciones estatales. Y no surge solo del estereotipo del runner individualista al que no le importa la pandemia. También hay que considerar las enormes capas de la sociedad que vienen siendo golpeadas por la falta de trabajo, una disolución del tejido social que el Gobierno nacional viene apuntalando con algunos programas, pero que dejará secuelas serias. Claro está, el problema son las condiciones que avanzan más allá de la voluntad de cualquier gobernante: la propagación de un virus sin vacuna ni tratamiento conocido, el crecimiento de casos, también de muertos. En fin: la noticia que vemos y vemos con horror cada día.

Y, en el medio de todo esto, se viralizó un video que lo muestra a Fabián Capponi bailando y a los abrazos, sin barbijo ni distanciamiento, en la sede del Ministerio de Educación porteño. Más allá de las dotes de baile del director de Gestión Estatal, lo que se discutió es cómo un funcionario rompe todas las reglas en un momento en el que se les sigue pidiendo un esfuerzo a personas que necesitan salir a trabajar. Esto llevó a una serie de respuestas y pedidos de renuncia: “Lxs trabajadorxs de Jornada Extendida repudiamos el accionar irresponsable de Fabian Capponi revelado por un video recientemente viralizado, propio de alguien que se manejó abusiva e impunemente con lxs trabajadorxs de nuestra área. Asimismo, es clara la falta de respeto a cualquier tipo de protocolo preventivo para garantizar la salud de lxs trabajadorxs de quien es uno de los más altos funcionarios de la cartelera educativa”, lo cuestionaron desde UTE-CTERA, desde donde pidieron la renuncia del funcionario.

Diversas legisladoras de la oposición se sumaron a este planteo, como Victoria Montenegro, quien dijo: “¡De fiesta en el Ministerio de Educación! Sin barbijo ni distanciamiento. En manos de estos funcionarios está la educación de nuestros chicos”. Su compañera de banca, Lorena Pokoik, planteó: “Esto pasa en el ministerio de educación porteño mientras todo el mundo está en cuarentena. El que baila sin barbijo es Fabián Capponi, titular de la dirección General de Educación de Gestión Estatal del ministerio. Sin distanciamiento y a los abrazos ¡Todo lo que está mal!”.

La respuesta que transmitieron desde el Ministerio de Educación porteño dejó bastante que desear: indicaron que la fiesta se dio en el área de Escuelas Virtuales y que no era una fiesta, sino “una actividad pedagógica destinada a ser compartida con los niños en las vacaciones de invierno”.  Vuelvan a ver las imágenes ycuéntenme dónde ven una actividad pedagógica allí.  Encima, quienes fueron a su cuenta de Twitter cuestionaron que sube fotos donde también se rompen los protocolos:

Y eso fue todo. Capponi se quedó en su cargo. Lo que es curioso: unas semanas atrás, otro funcionario porteño renunció a su cargo por un partido de paddle en el que –en su misma carta de renuncia- afirmó no haber participado. Se trató del secretario de Deportes porteño, Luis Lobo, quien apareció en un torneo en el que también fue involucrado el ex ministro de Interior, Rogelio Frigerio (él lo negó). Lobo, en su carta de renuncia, dijo que “ante las diferentes versiones de público conocimiento en las que me veo involucrado en una posible violación de la cuarentena presento mi renuncia”. “No obstante, deseo aclarar que en ningún momento participé de un torneo de paddle, en esta ocasión ni durante el período de la cuarentena”, indicó. “Por respeto a la ciudadanía y ante la responsabilidad que significa ocupar un cargo público es que he tomado esta decisión”, afirmó. ¿Un funcionario renuncia por versiones de que estuvo en un partido de paddle en el que se violó la cuarentena y otro funcionario que claramente aparece en su video sin respetar distancias se queda? ¿Cuál es el criterio? ¿Capponi se queda o se va?

Quizás su permanencia se deba a otros motivos. No es la primera vez que UTE-CTERA lo denuncia a Capponi. La anterior vez que lo cuestionó no fue por bailar sino por obligar a empleados públicos a hacer campañas en redes y por tenerlos precarizados. Concretamente, el titular de UTE-CTERA, Eduardo López advirtió que en el programa de Jornada Extendida (con 1200 trabajadores precarizados con contratos) “utilizan su poder para obligar a los trabajadores a abrir cuentas en redes sociales para publicitar el programa arrobando a la Ministra y a su Director General, Fabián Capponi. Las formas de persecución también asumen prácticas antisindicales ya que a aquellos trabajadores que se afilian a un sindicato no se les renueva el contrato”.

Esto nos lleva a otra pregunta que quiero dejar planteada: con más de mil casos por día en Ciudad, ¿es este el momento para las reaperturas progresivas? Ojo, que yo también estoy harto de la reclusión. Pero los números no acompañan, más allá de la mirada optimista que me plantean los funcionarios porteños. Ellos mismos se sacan fotos dando la idea de que lo peor ya pasó o violan sus propias reglas, por lo que no deberían salir después a culpar a la sociedad de que no respetaron la cuarentena.

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