14.09.2012. En diálogo con Página/12, Eduardo López consideró que la decisión judicial implica que “se vuelve a aceptar en la escuela pública la diversidad de pensamiento”. Cuestionó la política educativa de Macri y dijo que Bullrich nunca visitó la escuela afectada.
Los gremios docentes recibieron el fallo con alivio. “En lo pedagógico, era una imagen terriblemente simbólica haber separado a los maestros por oponerse a una medida de gobierno que perjudicaba a los chicos, como el cierre de grados. El mensaje, la enseñanza a los niños era ‘si un maestro los defiende, lo separamos del cargo’. Ese simbolismo pedagógico era lo que nosotros no queríamos que se instalara”, señaló Eduardo López, titular de la Unión de Trabajadores de la Educación.
–¿Cómo va a ser la vuelta a la escuela?
–Los maestros van a ir acompañados por los otros docentes y los padres. Van a estar en la sede de la UTE a las 6 y media de la mañana, ahí van a recibir el fallo, se los va a dar Hugo Yasky (que fue quien pidió el amparo) y Andrés Gallardo (que lo impulsó como defensor). Después van a presentarse en la escuela para dar clases, que es lo que quieren todos, los chicos, los padres, toda la comunidad educativa. Vuelven a hacer lo que estaban haciendo, que es educar. Para el ministro (Esteban) Bullrich puede ser peligroso, pero nosotros vamos a seguir haciéndolo.
–Hablaba de lo que significa el fallo en lo pedagógico. ¿Y en lo político?
–En lo político significa que se vuelve a aceptar en la escuela pública la diversidad de pensamiento. Las diferencias son riquezas y ningún pensamiento debe castigarse en la escuela pública.
–Más allá del respeto a la diversidad, se cuestionó a los maestros que hayan hecho la parodia dentro del edificio escolar y no, por ejemplo, en la puerta o en la calle, como estamos habituados a que se realicen las protestas.
–El cierre de cursos afectaba dentro de la escuela. La representación escolar que se hizo tenía la autorización de los padres, se hizo en el recreo, durante cinco minutos. Yo quizá hubiese tenido otro abordaje pedagógico y otra propuesta escénica, pero a los maestros no se los separó por el abordaje pedagógico ni por la propuesta escénica, sino porque se posicionaron pedagógicamente en contra del cierre de cursos y grados, eso es lo que dice la disposición que los separó: que generaron un disvalor hacia el jefe de Gobierno y el ministro. Nosotros dentro de la escuela queremos que los alumnos participen, pregunten, propongan y cuestionen, y como maestros tenemos también que preguntar, proponer y cuestionar. Enseñamos a pensar, no a obedecer; ésta es una postura político-pedagógica.
–¿El ministro Bullrich tendría que hacer una autocrítica?
–El tiene una postura, que es que su postura no es política y todo lo que se opone a su postura es político… Es una postura que se llama hegemonía. Yo no la comparto, creo que a los alumnos hay que darles todas las visiones y ellos tienen que sacar su conclusión. Esto va en sintonía con la prohibición de los materiales del Bicentenario que hizo Bullrich o la designación de un espía en el Ministerio de Educación, como Ciro James, por lo que Macri está procesado. Va en sintonía con el pedido de que mandemos a las comisarías las listas de los estudiantes que reclamaban por mejoras edilicias, va en sintonía con el 0800 contra la intromisión política.
–¿Como ha sido la experiencia de estos días para los maestros sancionados? Ellos no son militantes y tuvieron que exponerse, hablar en actos, dar entrevistas.
–Cuando los separaron del cargo, lo primero que hice fue ir a la escuela.
Hablé con la comunidad educativa, me dijeron: “Son buenos maestros, de los seis sólo uno es afiliado a la UTE, tres son afiliados a otros dos sindicatos y otros dos a ninguno”. Todos los querían de vuelta, y ellos lo que quieren es dar clases. Mañana (por hoy) quieren ir a dar clases, no quieren hablar en actos masivos. Lo que sí dicen es que se sintieron estigmatizados y castigados. Por otra parte, cuando se tomó la medida yo fui a la escuela, el ministro no fue nunca. El video es de marzo, la separación es de hace diez días. De marzo a ahora, Bullrich nunca fue a la escuela, fue a los medios de prensa a decir que él protegía a la escuela y a mostrarse como un defensor de los niños y padres de la escuela de Monte Castro, pero nunca habló con los niños ni con los padres de la escuela. Es decir que el que está haciendo política es él.
–Ya con una distancia de diez días desde la sanción, ¿por qué cree que el macrismo tomó la medida?
–Porque el macrismo piensa que nosotros somos empleados del Gobierno y debemos responder al Gobierno. Pero nosotros somos trabajadores del Estado y respondemos a las normativas y leyes vigentes. A nosotros no nos designa ni Macri ni (Daniel) Filmus ni (Alberto) Sileoni, concursamos los cargos. No somos de ningún gobierno.
Al cruce del ministro
Los docentes porteños de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera) salieron al cruce del ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, por la carta que les mandó a los maestros en su día. En la carta, el funcionario había convocado “a toda la comunidad docente, sin importar las adscripciones individuales de pensamiento, a que construyamos juntos un ámbito de convivencia en medio de nuestras discrepancias”. Los docentes replicaron que “esa convocatoria, que en la letra es abierta, en la práctica tiene excluidos. Y, lo que es más grave, excluidos por discrepar. Excluidos de su escuela, de su ámbito de trabajo, del contacto con sus alumnos y alumnas. Así están los seis docentes de la escuela de Monte Castro por expresar sus ‘discrepancias’ con el cierre de grados que implementara el gobierno porteño a comienzos de año”, señalaron, antes de que se conociera el fallo que los reinstala en sus puestos.
La Unión de Trabajadores de la Educación convocó para hoy a una conferencia de prensa en la sede del gremio, a las 6 y media de la mañana. El horario es para que los maestros sancionados tengan tiempo de hablar con los medios y luego ir a la escuela de Monte Castro para retomar sus funciones. En la rueda de prensa estarán presentes el titular de la Central de Trabajadores de la Argentina, Hugo Yasky; el de la UTE, Eduardo López, y el defensor general adjunto, Andrés Gallardo.