El 8 de diciembre, la Unión Trabajadores de la Educación, acompañó el acto realizado en la Iglesia de la Santa Cruz, en el cual se homenajeaba a las Madres de Plaza de Mayo por su militancia inclaudicable en defensa de los Derechos Humanos y de los 30.000 compañeros
detenidos-desaparecidos.
El acto se desarrolló entre música, poesía, reflexiones y testimonios en reconocimiento a las Madres y su lucha.
Participaron funcionarios, miembros de organismos de derechos humanos, artistas representativos de la cultura.
Honraron el acto con su presencia y calidez, Madres de Plaza de Mayo de la Ciudad de Buenos Aires y de otras provincias.
La UTE acompañó con la presencia de miembros de la Comisión Directiva Gustavo Chizzolini Sec. Derechos Humanos, Roxana Rogalski Sec. Acción Social y Salud, Mariano Mango Sec. de Gestión Privada y de compañeros/as que se acercaron a este homenaje.
La Iglesia de la Santa Cruz, es un sitio emblemático para la lucha de los Derechos Humanos. En la misma, fueron secuestradas María Eugenia Ponce de Bianco, Esther Ballestrino de Careaga y Azucena Villaflor de De Vincenti, fundadoras del movimiento «Madres de Plaza de Mayo», las
religiosas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, y el grupo de familiares y militantes populares Eduardo Gabriel Horane, José Julio Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, Angela Aguad, Raquel Bulit, Horacio Aníbal Elbert y Remo Carlos Berardo, que se acercaban allí para buscar a sus hijos y/o familiares desaparecidos.
En el año 2007, la Iglesia de la Santa Cruz, fue declarada monumento histórico por el Gobierno Nacional.
Memoria, Verdad y Justicia
30.000 Compañeros Presentes, Ahora y Siempre
Madres de la Plaza, el pueblo las abraza
La Santa Cruz “Refugio de la Resistencia”
Las primeras Madres de Plaza de Mayo, encontraban en la Santa Cruz, como muchos otros, un lugar donde reunirse en plena dictadura. Lo hacían junto a otros familiares y militantes por los derechos humanos.
El 8 de diciembre de 1977 mientras juntaban fondos y firmas a la salida de una misa p
ara publicar una solicitada sobre sus desaparecidos, irrumpe un grupo de tareas de la Marina y secuestra a varias personas. El operativo, iniciado meses antes con la infiltración de Alfredo Astiz, culmina dos días después con dos secuestros más: 12 en total.
Todos son llevados a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) y allí bautizados: ‘El grupo de la Santa Cruz’.
La Iglesia de la Santa Cruz es un lugar que se convierten en emblema de resistencia.