Además de la exigencia de un aumento salarial de emergencia que cubra al menos el poder adquisitivo perdido por el proceso hiperinflacionario de 2018, desde la Unión de Trabajadores de la Educación llevaremos al Ministerio de Educación demandas vinculadas a las condiciones de trabajo y al derecho social a la educación.
En este sentido, vamos a insistir con la necesidad de aumentar el presupuesto educativo que es la única solución para terminar con la falta de vacantes en el distrito y garantizar el cumplimiento de la Constitución porteña que asegura la cobertura desde los 45 días de vida. Además, la inversión permitiría superar la crisis de infraestructura escolar por la que año tras año nuestrxs estudiantes pierden días de clase. También volveremos a manifestar el rechazo de la comunidad de la Escuela Infantil nº 6 del Distrito Escolar 6º, al cierre de la Sala de Lactario y la necesidad de respetar la unidad del nivel inicial garantizando vacantes en todos los ciclos.
Al mismo tiempo llevaremos el reclamo de las comunidades educativas de la Escuela de Cerámica nº 1, del ESEA “Rogelio Irurtia” y del ISEF “Romero Brest” afectados por los intentos de traslados de sus instituciones. Plantearemos nuestro rechazo a esos traslados y a una política que pone al negociado inmobiliario por encima del derecho a la educación.
Por otra parte, continuamos exigiendo la estabilidad laboral para los EPVS y titularización de los EPSE y para todos los docentes del nivel medio afectados por la reforma denominada Secundaria del Futuro. Seguimos peleando contra esta reforma inconsulta que mercantiliza la educación y por una escuela secundaria que asegure calidad e inclusión para todos lxs estudiantes entendiendo la educación como un derecho y no como una mercancía. Asimismo expresaremos nuestro rechazo a la reforma curricular en la Escuela de Enfermería Cecilia Grierson, que busca precarizar la formación profesional de los y las enfermeros y enfermeras.
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