La Unión de Trabajadores de la Educación rechaza la intromisión del Ministerio de Educación de la Ciudad que invadió las cuentas “BUE” de las y los docentes para promocionar un curso a cargo de una entidad privada, cuyos intereses están son totalmente alejados de los postulados y necesidades de la Escuela Pública.
La promoción difundida en el día de hoy corresponde al “Seminario sobre el bienestar emocional”, a cargo del Instituto de Neurología Cognitiva, una organización que pone la centralidad en el determinismo biologicista y prioriza la mirada fragmentada de las persona.
Rechazamos el avance de las neurociencias y su mirada sesgada sobre la complejidad de la persona humana porque entendemos que facilitan la instalación de concepciones deterministas, que dan paso al darwinismo social y justifican la dominación, la desigualdad, la esclavitud y el colonialismo. En tiempos complejos, resultan inadmisibles ciertas puestas en escena camufladas debajo de conceptos como “sortear obstáculos” que, en estos casos, no son más que palabras y slogans que solo sirven para profundizar ciertos padecimientos.
Cuando se centran todas las determinaciones en lo biológico, se deja afuera del análisis a los procesos de constitución subjetiva, los procesos singulares de construcción de los conocimientos, la inserción en prácticas sociales desiguales, la responsabilidad de la institución escolar y las propuestas pedagógicas.
La UTE denunció en reiteradas oportunidades que el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta permite la permanente intromisión de mercaderes de las ciencias para utilizar en sus experimentos a estudiantes y docentes y para instalar capacitaciones que no hacen más que imponer el conductismo como basamento teórico, impulsando una mirada reduccionista de la humanidad que legitima las hegemonías imperantes.
En lugar de usar las partidas presupuestarias para garantizar la alimentación, la conectividad y la distribución de dispositivos que permitan a las y los estudiantes mantener la continuidad pedagógica, el GCBA contrata empresas privadas de “coaching”, neurocientistas y otras expresiones mercantilizadoras de la educación pública.
Ejemplo