«Trabajamos para defender derechos»

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19.07.2014. Forma parte del Observatorio de DD HH de la Ciudad de Buenos Aires, que controla el desarrollo de las políticas de inclusión social. El oscuro derrumbe de «Puentes Escolares».  

Por: Daniel Enzetti

Junto con varios profesionales y militantes de diferentes organizaciones, integra el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires. Un colectivo que, mediante documentos, campañas públicas, investigaciones, informes e incluso acciones judiciales, pone el ojo en que el gobierno porteño respete y desarrolle distintas políticas públicas referidas a los derechos sociales de los grupos más vulnerables. En estos días, María Elia Capella trabaja en una denuncia concreta, a partir de que el macrismo dejara sin efecto en el barrio de La Boca el programa Puentes Escolares. La medida motivó que 35 jóvenes que recibían apoyo educativo y peleaban contra la deserción, hoy estén a la deriva.

–¿Desde cuándo funciona Puentes Escolares?
–El programa se implementa en toda la Ciudad desde hace una década. Apunta a que los chicos de zonas carenciadas o con problemas sociales marcados no se vayan de la escuela, y que aquellos que la abandonaron, puedan reinsertarse en el sistema educativo tradicional. En el caso de La Boca, un lugar del sur porteño que no cuenta con los beneficios de otras zonas, el proyecto venía desarrollándose con mucho esfuerzo, gracias al aporte de los pibes, pero también de los trabajadores.
–¿Y qué pasó?
–El macrismo quitó el plan, y los chicos se quedaron sin ese apoyo social.
–¿Con qué explicación?
–Ninguna. Anunciaron que lo trasladaban al Bajo Flores, a la Villa 1-11-14. Con respecto a esta cuestión, me gustaría aclarar dos cosas. La primera es que celebramos que la idea pueda ponerse en práctica en Flores, pero eso no debería ocurrir como consecuencia de abandonar a los adolescentes de otro lugar. Y además, quiero destacar la actitud de los curas villeros, que antes de ponerse a trabajar, pidieron una solución para el tema de La Boca.
–¿De qué manera trabaja el Observatorio frente a hechos como este?
–Se trata de un organismo totalmente independiente, integrado por militantes de Derechos Humanos, educadores y distintos profesionales. Trabajamos para que no se vulneren derechos, organizando foros de discusión, debates, y si es necesario, acciones judiciales que encuentren una solución. El Observatorio se formó en el 2007, cuando vimos que la llegada al poder de un gobierno conservador como el macrista podía significar el quiebre de muchas políticas públicas inclusivas e integradoras.
–Seguramente la tarea se extenderá a otros terrenos, más allá del educativo…
–Por supuesto. Fue muy importante la lucha contra una medida oficial de quitar las viandas de las escuelas. Y luego, de querer cambiar milanesas de carne por soja. El Observatorio interpuso una acción para que la Policía Metropolitana no pudiera utilizar las armas Taser, una herramienta represiva que todavía Mauricio Macri trata de imponer contra lo dicho por la justicia. Otro tema al que nos dedicamos fue exigir que el Ejecutivo implementara una ley aprobada por la Legislatura, de protección y acompañamiento de testigos en causas de lesa humanidad. También hay cosas que a simple vista parecen menores, pero no lo son. Como haber denunciado que la juventud del PRO tapara con una consigna política un mural que chicos y padres de la Escuela Arancibia, para jóvenes en situación de calle, habían pintado en el frente del establecimiento.
–Volviendo a La Boca, ¿qué ocurrió con los docentes?
–Es un tema importante, porque además de que los chicos ya no cuenten con el programa, a los educadores y asistentes sociales se los obligó a cambiar de destino, y nadie les dio razones valederas. Habrás escuchado, seguramente, hablar de bullying laboral. En este caso, los trabajadores fueron trasladados sin aviso, y nadie continúa con lo que venían desarrollando. Estamos hablando de zonas vulnerables, donde el aporte de un docente está muy relacionado con el tiempo que demanda la construcción de lazos y redes sociales. Eso no es algo que pueda cristalizarse de un día para otro. Encima, se evidenció un ejercicio abusivo de los directivos.
–¿Por qué?
–Porque existe un dato importante detrás de esta decisión: tres de los cinco trabajadores trasladados eran delegados de la Unión de Trabajadores de la Educación de la Ciudad de Buenos Aires.