Los especialistas coincidieron en que los resultados de las evaluaciones realizadas por la Unesco en 2019 mostraron el impacto de la desinversión y la ausencia de políticas públicas durante el gobierno de Macri.
Casi dos años después, todavía siguen aflorando las consecuencias de las políticas de desinversión pública que primaron durante el gobierno de Mauricio Macri. Más allá de las múltiples facetas de un Estado debilitado que la pandemia dejó en evidencia, en esta ocasión la calidad educativa quedó bajo el foco al conocerse los resultados de las evaluaciones que la Unesco realizó en 2019: Argentina obtuvo un puntaje por debajo del promedio regional y cayó respecto de las mediciones de 2006 y 2013. «Una razón fundamental aunque no la única, es la profunda desinversión educativa del período 2016-2019», sostuvo el ministro de Educación, Jaime Percyck. “Estas pruebas son la evidencia de que bajar la inversión es bajar la calidad”, dijo el dirigente de UTE Eduardo López. La diputada Mara Brawer coincidió en el diagnóstico al señalar que “claramente hubo una desinversión en cosas concretas”.
El abandono y la desinversión en educación tienen consecuencias, y los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) realizado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Orealc) de la Unesco así lo demuestran. De las pruebas participaron 10.073 estudiantes de tercer y sexto grado de Argentina. En el área de Lengua, las y los estudiantes de tercer grado obtuvieron 689 puntos, inferior al promedio regional (697 puntos), y los de sexto alcanzaron los 698 puntos, igual al promedio regional (698). En Matemática, tanto en tercero como en sexto, el país obtuvo 690 puntos, por debajo de la media regional (697 y 698, respectivamente). Por último, en Ciencias –solo evaluable en sexto grado–, alcanzaron 682 puntos, por debajo del promedio regional de 702 puntos. Los puntajes también fueron menores a los obtenidos por el país en 2006 y en 2013.
El ministro de Educación, Percyck, vinculó el deterioro evidenciado en las pruebas –que la Unesco llevó a cabo en 16 países de América Latina– con la «profunda desinversión» que llevó adelante el gobierno de Macri en materia educativa, ya que «mientras que entre 2003 y 2015 el gasto consolidado aumentó en promedio un 2,7 por ciento del PBI, pasando del 3,4 al 6,1 por ciento, entre 2016 y 2019 cayó en más de 1,3 puntos del PBI cerrando en 4,8 por ciento». Esto supone, al 2020, 10.886 pesos menos por año destinado a cada estudiante por el Estado Nacional. Algo que afectó diversas áreas como formación docente, infraestructura, innovación, evaluación, conectividad y tecnología, políticas socioeducativas, educación superior y el Fondo de Incentivo Docente.
“El esquema es clarísimo, porque si ves la curva de calidad educativa, los resultados crecen conforme crece la inversión, y bajan a medida que baja la inversión”, explicó Eduardo López (UTE) a Página/12, y sostuvo que “los maestros son los mismos, lo que cambia son las computadoras, los salarios, la construcción de escuelas”. “Estas pruebas son la evidencia, ese término que tanto le gusta a (Horacio) Rodríguez Larreta, de que bajar la inversión educativa es bajar la calidad de la educación”, añadió.
“No hay un fracaso educativo, hay gobiernos que invierten más y hay gobiernos que quieren cerrar escuelas”, apuntó el docente y dirigente gremial. “Porque el macrismo cerró escuelas, solo las quiere abrir en medio de una pandemia y por negacionismo, no por amor a la educación pública”, agregó. “En el 2019 no estábamos bien, no queremos volver a la pre pandemia, tenemos que mejorar”, expresó López, mostrándose de acuerdo con el diagnóstico de Percyck de la necesidad de un «Estado activo que financie de forma sostenida e integral el sistema educativo» para garantizar el derecho pleno a la educación.
La diputada del Frente de Todos Mara Brawer, consideró que “son varios los factores por los cuales los resultados bajan”. “El coordinador del estudio dijo que están ligados a que los chicos tengan preescolar, a las condiciones socio-económicas del pueblo, a la cercanía de la comunidad con la escuela”, dijo a este diario, en coincidencia con lo expresado por Carlos Henríquez, coordinador del LLECE, respecto de los factores que se asocian a mayores niveles de aprendizaje. “Claramente hubo, dentro de esa enorme desinversión, cosas muy concretas, que van directo con lo que el estudio indica: por ejemplo, durante el macrismo, lo que no cumplieron de entrada fue construir los jardines que se necesitaban para el preescolar”, señaló la diputada, psicóloga y educadora que representa a la Ciudad de Buenos Aires en el Congreso.
“Hay que dejar en claro que no fue solo que no pusieron plata: no sostuvieron los resultados que habíamos logrado, no construyeron jardines, desocuparon a los padres, pauperizaron a los que sí tenían empleo, rompieron la esperanza”, expresó Brawer, y añadió que el mensaje del macrismo sigue siendo “de desprecio a lo público y de estigmatización de los pibes humildes”. “Nuestro trabajo ahora es lograr los consensos para fijar una política pública de justicia educativa, con inclusión, redistribución, recursos para las escuelas y formación, acompañamiento y salarios para los docentes; y lograr el compromiso para toda la sociedad”.