La Unión de Trabajadores de la Educación repudia la resolución del Juez Enrique Méndez Signori por otorgarle al genocida Eduardo Emilio Kalinec salidas transitorias con el argumento de “afianzar y mejorar lazos familiares y sociales”.
Desde UTE apoyamos el reclamo del colectivo «Historias Desobedientes» y exigimos el cumplimiento de las condenas de los genocidas, sin privilegios ni excepciones
A continuación reproducimos el comunicado del colectivo:
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, viernes 29 de noviembre de 2019.
El colectivo Historias Desobedientes: familiares de genocidas por la Memoria, la Verdad y la Justicia repudia enérgicamente la resolución del Juez Enrique Méndez Signori del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 por el cual se pretende incorporar al genocida Eduardo Emilio Kalinec -represor del circuito ABO, condenado a prisión perpetua- al régimen de salidas transitorias con el argumento de “afianzar y mejorar lazos familiares y sociales”.
En primer lugar, queremos solidarizarnos con las víctimas de este genocida y sus familias entendiendo que esta medida es una burla y una ofensa a la incansable búsqueda de justicia y a la lucha por un país con más Memoria y Verdad.
Advertimos que una medida como esta constituye un antecedente sumamente peligroso y un retroceso para los procesos de construcción democrática e institucional que deben ser garantizados en su totalidad. Estas medidas regresivas lesionan a la sociedad. El genocidio como práctica social sigue latente en la sociedad y debemos estar alerta y generar las condiciones propicias para que no pueda volver a suceder. NUNCA MÁS. Las sanciones en estos crímenes deben cumplirse y ser ejemplares.
¿Qué señal se da a la sociedad cuando en nombre de una “medida humanitaria” o por “ajustarse a derecho” se igualan los delitos de un genocida con los de un delincuente común?
La libertad de un genocida -encubierta en salidas transitorias o prisiones domiciliarias- pone en peligro la paz social y atenta contra el sistema democrático.
Es inaceptable que un criminal de lesa humanidad utilice artilugios legales -apelando a la justicia que despreció y sigue despreciando- para burlar su condena. Es sumamente alarmante que haya jueces que den lugar a estos reclamos en nombre de la “justicia”.
Este hombre no admite aún los crímenes que cometió y fueron debidamente probados. Crímenes por los cuales fue condenado a cadena perpetua. Entiende que cometer esos crímenes era su deber en defensa de la patria.
¿Qué lazos sociales se pueden mejorar con un hombre que tortura, asesina y desaparece pensando que está bien?
¿Qué lazos familiares se espera recomponer ante un padre que piensa que su hija es una enemiga porque piensa diferente?
Estos criminales de lesa humanidad han dado cuenta de su incapacidad de conmoverse frente al dolor humano. El dolor de un cuerpo que es torturado, el dolor de una madre que busca a su hijo, o de una abuela que no encuentra a su nieta, el dolor de un hijo o una hija que no sabe qué pasó con su mamá o su papá.
Es una vergüenza y es humillante que sean ponderados en esta sentencia la valoración positiva de los uniformados del Servicio Penitenciario en relación a la conducta del genocida (“conducta ejemplar diez (10) y concepto ejemplar nueve (9) en la última evaluación»), como la asistencia de éste a cursos de “Aresanías”, de “Biyuterie”; o de “Servicio de Buffet frío”. Ninguna valoración acerca de lo que opinan las víctimas de este criminal de lesa humanidad es considerada por el juez.
Se afirma en la sentencia que el régimen de salidas transitorias a un criminal de lesa humanidad no implica tolerar o fomentar alguna forma de impunidad… ¿No conoce este juez acerca de la larga lucha de la Madres, de las Abuelas, de los Familiares y de los Sobrevivientes por conseguir Justicia en años de impunidad?
¿No se le ocurre pensar a este juez – no obstante la gravedad de los hechos por los que ha sido juzgado Kalinec- que asegurar “la plena observancia de las garantías fundamentales del Estado de Derecho” implica el cumplimiento de derechos y obligaciones?
¿No observa la obligación de cumplir la condena? ¿La obligación de decir la verdad acerca del destino de quienes permanecen aún hoy desaparecidos o quienes fueron apropiados ilegalmente?
¿No se enteró este juez que Eduardo Kalinec inició acciones legales contra una de sus hijas – integrante de este colectivo- por no tener una obediencia ciega a sus mandatos? Este hombre sigue pensado que hay que eliminar al que piensa diferente.
¿Puede un juez asegurarle a un criminal de lesa humanidad su “carácter de sujeto de derecho” en detrimento de sus víctimas y de toda una sociedad que juzgó y condenó sus crímenes?
Exigimos el cumplimiento de las condenas de los genocidas, sin privilegios ni excepciones.
Cárcel común perpetua y efectiva.
A donde vayan los iremos a buscar.