Por el cierre de cursos y con el aval de padres y docentes toman un colegio

foto-nota-tiempo

foto-nota-tiempologo-tiempo-argentino1

06.06.2012. Los alumnos de un secundario del barrio de Liniers protestan por la eliminación de dos divisiones dispuesta por las autoridades porteñas. Dos funcionarios que se reunieron con ellos denunciaron luego que fueron agredidos.

El colegio secundario Tomás Espora fue tomado ayer por los alumnos, con el aval de profesores y padres, en protesta por la reunificación de decenas de cursos que dispuso el Ministerio de Educación porteño y que allí significó el cierre de dos divisiones. La medida de la comunidad educativa de ese establecimiento ubicado en Gallardo 149 del barrio porteño de Liniers fue adoptada luego de varias movilizaciones, cortes de calle, reuniones con autoridades y hasta la visita el viernes último del director general de Educación Estatal de la cartera educativa Maximiliano Gulmanelli, y de Educación Media, Eduardo García del Rio. Ambos funcionarios denunciaron luego en la Comisaría 44 que fueron agredidos por jóvenes con puntapiés y escupitajos cuando se retiraban de la escuela.
La ocupación del colegio fue decidida en asamblea por los alumnos y contempla el no dictado de clases, según explicaron a Tiempo Argentino dos estudiantes que por ser menores no se identifican. Hoy a las 12 darán una conferencia de prensa a la que prometieron asistir legisladores y dirigentes de la conducción de UTE-CTERA y de Ademys. “Macri ha abandonado por completo a la escuela pública. El viernes pasado en el colegio de educación artística Yrurtia de Juan.B. Alberdi 4750 hubo un escape de gas que dejó a un montón de alumnos descompuestos, es una suerte que no haya pasado a mayores. Hoy padres y alumnos están definiendo que medidas van a tomar, es una muestra más de que si no nos hacemos cargo nosotros, el gobierno de la Ciudad no existe”, denunció Carlos Oroz, secretario general del sindicato.
Natalia Dinoto, profesora de Comunicación del colegio, alertó que al colegio Espora concurren chicos de “población vulnerable”, muchos de los cuales viven en las localidades cercanas del Gran Buenos Aires. “Ya los que arrancan, en lugar de tener 12 años tienen 14. Tienen problemas de aprendizaje, se llevan muchas materias y faltan porque muchos trabajan porque son sustento familiar. Entonces repiten una, dos veces y abandonan. Pero hace dos años que estábamos haciendo un trabajo de articulación con las primarias y habíamos logrado recuperar matrícula”, contó Dinoto.
Además de perder un curso del cuarto y otro del quinto, la reducción trajo problemas con el espacio físico de las aulas, la disponibilidad de recursos y la operatividad para concretar ciertos talleres como los de radio (el colegio tiene una orientación en Comunicación).
Luego de movilizarse, realizar cortes en la esquina de la Avenida Rivadavia y Carhué y reunirse con funcionarios ministeriales, la comunidad educativa logró que el viernes  los visitara Gulmanelli y García del Río, pero al no obtener ninguna solución decidieron la toma. También generó un impacto negativo que los alumnos vieran que otros colegios, como el Comercial 5 de Caballito, lograran impedir la fusión de cursos tras las protestas.