Polémico cuestionario del Ministerio de Seguridad porteño a los alumnos

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02.08.2012. Lanzó un listado de 20 preguntas en el que pretende que los estudiantes secundarios respondan, por ejemplo, si robaron a sus compañeros o rompieron los autos de sus profesores. El Ministerio de Educación de la Ciudad no participó del diseño.

El Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires desarrolló un cuestionario sobre «seguridad» en alumnos de secundaria, en el que se pregunta a los adolescentes si robaron elementos de la escuela o de otros compañeros o si dañaron el auto de sus profesores, entre un total de 19 preguntas. Tanto el contenido del trabajo como su metodología fueron criticados por la comunidad educativa, porque «estigmatiza» a los jóvenes y parece orientarse en la búsqueda de «perfiles delictivos». Según el Ministerio, este sondeo se realizó en el marco de talleres sobre «Seguridad Escolar» y «Promoción de Derechos» que habitualmente se dictan en colegios, en días previos a las vacaciones de invierno, también en las Comunas 3, 4 y 8. Tiempo Argentino accedió a uno de estos cuestionarios, presentado en la escuela técnica 33 del distrito escolar 19, Fundición Maestranza del Plumerillo, de Pompeya. Fuentes de ese distrito, con vinculación directa con esa institución, confirmaron que funcionarios de la Dirección General del Políticas de Prevención del Delito de la Subsecretaría de Prevención del delito y Relaciones con la Comunidad, de ese ministerio, dieron estos cuestionarios a alumnos de la escuela.
«La primera pregunta es por qué lo hace el Ministerio de Seguridad y no el de Educación», se preocupó Angélica Graciano, secretaria de Educación del gremio docente, UTE. «Por otro lado, vemos que mezcla cuestiones que tienen que ver con la convivencia, con actos que se acercan más al delito. Están muy mezclados esos dos niveles. Además estigmatiza a los jóvenes, porque ¿cuántos episodios de daños de autos de profesores hay? Muy pocos.»
El Ministerio de Seguridad porteño advirtió que el cuestionario «es un instrumento en forma de escala, utilizado internacionalmente para medir la existencia y el grado de conflictividad o violencia en la escuela. Esta herramienta sirve como disparador para el tratamiento de la problemática en el aula.» También que los alumnos participantes lo hicieron en forma «anónima y voluntaria» y que los cuestionarios «se tiran terminado el taller». En caso que «la evaluación de la escala arroje un alto grado de conflictividad y/o violencia se realiza una devolución a la Escuela», dijeron. Hasta donde pudo averiguar este diario, esa devolución aún no se había realizado.
El cuestionario, con membrete del Ministerio de Justicia y Seguridad. Subsecretaría de Prevención del delito y Relaciones con la Comunidad. Dirección de Políticas de prevención del Delito, lleva por título «Pensemos en nuestra seguridad.» Aclara que es anónimo y señala «muy importante que contestes». Da cinco opciones de respuesta: nunca; pocas veces; algunas; muchas y siempre, para que el alumno las coloque ante afirmaciones como «He dañado o escrito las paredes, bancos, mesas y/o sillas de la escuela»; «He sustraído objetos de mis compañeros o de la escuela»; «He dañado el auto de los profesores», y otras (ver facsímil).
Para los docentes existe una direccionalidad en las preguntas que parece orientar las respuestas hacia perfiles preestablecidos. «Son bastante tendenciosas», dijo Guillermo Parodi, secretario adjunto de la UTE. El docente observó además que «las escuelas tienen los Consejos de Convivencia, en que participan docentes, alumnos y directivos, ante cualquier situación conflictiva siempre está el órgano que lo resuelve. Es una locura pensar que pueda llegar a intervenir el Ministerio de Seguridad en este tema. El Ministerio de Seguridad tiene que encargarse de cuidar a la ciudadanía, y parece estar buscando delincuentes en la escuela. Con esa encuesta va a encontrar muchos delincuentes», agregó el dirigente.
Por su parte, el diputado porteño y docente, miembro de la Comisión de Educación de la Legislatura, Franciso «Tito» Nenna, comentó que «una vez más el macrismo está apelando a la estigmatización y persecución de los pibes».
El secretario adjunto de Ademys, Néstor Di Milia, calificó de «grave» esta práctica y agregó que «es más grave aún que haya sido en técnicas, que están movilizadas reclamando al Ministerio de Educación. Quisiéramos saber quiénes son los pedagogos que se sentaron a armar ese tipo de consulta, porque no aparece una inquietud pedagógica para mejorar la calidad educativa», completó.
El Ministerio porteño no explicó si estos cuestionarios forman parte de un programa o si persiguen un objetivo determinado. Ante la consulta de este diario, el vocero dijo que son «disparadores de temas que tienen que ver con una problemática que abordamos desde nuestro ministerio». También se reconoce que en el diseño de los cuestionarios y en su abordaje no participó la certera de educación porteña, pero «la conflictividad y violencia en las escuelas fue el tema de un congreso realizado este año con expositores de toda América Latina».
Desde Seguridad afirmaron que esta herramienta «surge de una inquietud de la misma comunidad, de los mismos maestros, de los gremios». Sin embargo, dirigentes de los gremios mayoritarios, la UTE y Ademys negaron haber pedido una intervención semejante.