En los patios de las escuelas y con el rechazo de los sindicatos
La Unión de Trabajadores de la Educación convocó a sus afiliados a una retención de tareas presenciales, manteniendo las clases virtuales. Dicen que es una «puesta en escena» peligrosa por el alto grado de circulación del virus.
La ciudad de Buenos Aires comenzará el martes su plan gradual de «actividades de acompañamiento educativo» en los patios de las escuelas, para alumnos que cursen el último año de la secundaria, aunque con el rechazo de los gremios UTE y Ademys. La Unión de Trabajadores de la Educación convocó a sus afiliados a una retención de tareas presenciales, manteniendo las clases virtuales. Por su parte, Ademys dispuso un paro para el martes y miércoles. Los sindicatos advirtieron que el número de contagios en CABA sigue siendo muy altos, por lo que consideran que la presencialidad es un riesgo para la salud de la comunidad educativa. Cuestionan además que el regreso a las aulas se decidió sin coordinarlo con los directivos –que tendrán la responsabilidad de llevarlo a la práctica– ni con los docentes. «Los directivos estan perplejos y los profesores también, porque son actividades que vienen por afuera del sistema educativo y sin ninguna planificación pedagógica», describió Angélica Graciano, la titular de UTE.
Hasta ahora, lo confirmado por el Ministerio de Educación porteño es la apertura, este martes, de los últimos años en dos escuelas técnicas del distrito. La ministra de educación porteña, Soledad Acuña, aseguró que la intención es ir ampliándolo progresivamente, sumando en la segunda semana a establecimientos del nivel primario, y que el objetivo es que todos los alumnos vuelvan a clases antes de que termine el año.
Sin embargo, los docentes alertan que la situación epidemiológica está lejos de mostrar un nivel de circulación bajo o nulo, como había determinado el Consejo Federal de Educación antes de habilitar el uso de un índice epidemiológico para las ciudades con más de 500.000 habitantes, según el que la Capital Federal está en un nivel «medio».
CABA viene registrando más de 900 casos diarios por semana, en el promedio de los últimos siete días. En UTE indican que es un número muy alto, «entre 10 y 200 veces más grande que en todos los lugares del mundo que reabrieron las escuelas», según ha señalado el epidemiólogo Ernesto Resnik. Añaden que el número de contagios y muertes está subvalorado, ya que la información que da a conocer el gobierno porteño es incompleta y desactualizada.
“Estamos muy preocupados porque la carga de datos de los nuevos casos y de los fallecidos en CABA no refleja la realidad. Vamos a presentar un pedido de habeas data para que den a conocer cuáles es la información real, porque no se puede aplicar ningún indicador para el retorno de las clases presenciales si no se cuenta con los datos completos y actualizados. A medida que pasan las horas la preocupación entre los docentes crece”, planteó Graciano. La dirigente señaló que entre los docentes hay enojo con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pero también “por lo resuelto por el Consejo Federal de Educación y el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta”, al ceder la potestad de abrir o cerrar las escuelas a cada jurisdicción del país.
En la cartera que conduce Soledad Acuña informaron que las actividades presenciales en las escuelas porteñas serán retomadas de manera gradual y que cada establecimiento determinará la frecuencia y duración de las actividades. Los alumnos van a ser repartidos en grupos de 10 personas, con una frecuencia de encuentros de entre 2 a 4 veces por semana en turnos de 1 a 4 horas.
Los gremios fueron notificados el viernes, mediante un zoom en el que les dieron esta información sin precisiones ,ni propuesta pedagógica. “Nos llamaron cuando ya estaba todo decidido, fue una reunión bastante pobre. No está claro por ejemplo cómo se va a transportar a los chicos. Sólo nos dijeron que arrancan con los 5tos años de algunas escuelas técnicas, pero no nos informaron cuáles. No definieron qué van a hacer con los docentes que conviven con familiares de riesgo ni con las que tienen hijos a cargo en edad escolar”, enumeró Mariana Scayola, titular de Ademys, el gremio que llamó a un paro de 48 horas.
Graciano coincidió con ella en la falta de una propuesta educativa. “Esto que va a hacer el gobierno de la Ciudad no son clases, son puestas en escena para decir que los chicos van a tener algún tipo de actividad, pero no hay ninguna planificación pedagógica”, consideró.
“Sabemos que algunos padres de nuestros alumnos les están haciendo firmar una autorización para que concurran y otra para permitir el uso de su imagen, suponemos que para hacer algún video. Pero todavía no se sabe ni con quiénes se va a hacer la apertura de los colegios anunciada para los últimos años de la primaria y secundaria, es muy imprecisa la comunicación que se hizo a los docentes. Tampoco hay documentos del programa de revinculación que anunciaron para los 6500 estudiantes que perdieron contacto con la escuela”.
“El gobierno de la Ciudad viene a tapar así, con otras noticias, una enorme cantidad de faltas graves de parte del estado, de incumplimientos que vienen del 16 de marzo, porque los chicos que necesitan computadoras y conectividad no recibieron los equipos, y cuando la Nación los ofreció retuvieron la lista de los alumnos que las necesitan y las siguen esperando”.