Ocho nenes se intoxicaron con veneno para ratas en una escuela porteña

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12.07.2014. Entraron en contacto con cebos que la empresa fumigadora había dejado olvidados en el comedor de la escuela Andrés Ferreyra, ubicada en Villa Crespo. Los atendieron en el Hospital de Niños y deben tratarse.

Diego Igal

Ocho niños de segundo grado de la Escuela 16 «Andrés Ferreyra», en el barrio porteño de Villa Crespo, fueron atendidos en el Hospital Ricardo Gutiérrez tras manipular y/o ingerir veneno para ratas que una empresa subcontratada por una prestadora del gobierno porteño había colocado el miércoles feriado. Los damnificados están fuera de peligro, pero deberán ser sometidos a controles durante lo que resta del año porque la sustancia puede tener efecto tardío. El incidente ocurrió el jueves en el comedor, durante el almuerzo. Todavía no está claro dónde estaba la sustancia para desratizar (dicen en una bolsa de nylon), que es granulada y color rosa, parecida a una golosina de moda en el paladar infantil. Los alumnos y alumnas comenzaron a repartirse el contenido y luego hay versiones de que alguno ingirió el producto (según una mamá) y otros que sólo lo manipularon o lo guardaron en los bolsillo (donde fue encontrado en casa por otra madres), porque algunos tuvieron miedo de contar. Los adultos presentes lavaron las manos de los chicos y llamaron al SAME, que los llevó al Gutiérrez. La desratización la había realizado el miércoles 9 una empresa subcontratada por Mejoramiento Hospitalario SA, contratista de ministerios porteños como el de Salud y de Educación con un antecedente funesto: en abril del año pasado un operario de la misma firma (o subcontratada por esta) murió al caer desde un tinglado en una escuela del mismo distrito. También tenía a cargo el mantenimiento de una escuela de Caballito donde en septiembre una rama que se desprendió de un árbol del predio cayó sobre dos docentes. El diputado porteño Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda) aseguró ayer que la firma además tiene la concesión de un estacionamiento subterráneo de Córdoba al 700, «nació en 2001 como ‘empresa de limpieza’ y está denunciada por precarización laboral».
«Esto pasa porque el gobierno terceriza lo que no tiene que tercerizar. Pese a las denuncias de que los operarios no trabajan con las medidas de seguridad que corresponden, esta empresa sigue operando», recordó Ana María Ríos, actual secretaria gremial de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-CTERA), quien además se quejó de que la contratista tiene poder para derivar los trabajos en una tercera.
Mientras cuatro diputados de la ciudad se sumaron a lo objetado por UTE (ver aparte), el subsecretario de Gestión Económica, Financiera y Administración de Recursos del Ministerio de Educación Carlos Regazzoni no atendió los llamados de Tiempo Argentino. Por la mañana declaró: «Los chicos fueron atendidos en el Hospital de Niños y se encuentran bien. Estamos muy preocupados con lo ocurrido y actuaremos con todo el peso de la ley sobre los responsables. Acá hay una responsabilidad clara, porque estos procedimientos están perfectamente pautados y esto no debería haber pasado de ninguna manera.»
Ayer en el establecimiento ubicado en Apolinario Figueroa 661 no hubo clases (se reanudarán el lunes), pero el clima todavía era de estupor y bronca. Por la mañana, Regazzoni se reunió por separado con directivos y docentes –con la presencia e intervención de miembros de UTE– y luego con padres y madres. «Nosotros no nos tenemos que ocupar de prevenir accidentes. Cuando se puede evitar no es un accidente», escuchó Regazzoni de docentes que aseguran sentirse tan víctimas como los alumnos y alumnas damnificados. «
 

 Presentaron un pedido de informes

La diputada porteña Lorena Pokoik y sus pares de bancada, Pablo Ferreyra y José Cruz Campagnoli, presentaron ayer un pedido de informes sobre lo ocurrido en Villa Crespo. Para Pokoik, «no sólo implica un accionar negligente por parte de la empresa fumigadora, sino que muestra una falta de responsabilidad por parte del Ministerio de Educación de la Ciudad al no haber realizado eficientemente los controles que le corresponden.» «Este es un caso más donde el Gobierno de la Ciudad demuestra falta de interés sobre las problemáticas de cada una de las familias que llevan a sus hijos a escuela pública. Estamos muy preocupados por la improvisación de la gestión PRO que sigue poniendo en riesgo la vida de los alumnos. A esto se le suma que las condiciones edilicias de los establecimientos son pésimas», agregó. Campagnoli consideró «indignante» que no se adopten las medidas de seguridad necesarias para lo que se supone es un método de prevención. El diputado Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda) cerró: «El gobierno porteño habilita a contratistas privadas irresponsables y no las controla. En vez de hacer el propio Estado las obras y refacciones las terceriza, con lo cual nos cuestan más caro y además generan riesgos para los chicos como en este caso.»