Nota de opinión de Adriana Puiggrós en Página 12

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Las orientaciones de Macri


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Por Adriana Puiggrós *

El gobierno de Macri está en una escalada para sacarse de encima la educación pública. Lo hace por convicción. Es evidente que considera que la educación es un gasto improductivo y un esfuerzo que puede evitarse, o bien el desperdicio de posibles negocios. Pero no es que el macrismo crea innecesario educarse sino que, como ha hecho público en su portal el Ministerio de Educación a cargo de Esteban Bullrich, mide las razones por las cuales vale la pena educarse en metros cuadrados de departamentos o autos que se podrían comprar en caso de alcanzar uno u otro nivel escolar, y multiplica las acciones que vulneran todo principio de igualdad ante el derecho a la educación. Toda una concepción de la sociedad.

No se priva el ministerio de Macri de lamentar el gasto que le ocasionan los chicos repitentes y se atreve a expresar que si no fuera por ellos podría vacunar a 600 mil alumnos primarios y dos millones de secundarios contra la gripe. ¿O sea que nos da a elegir: escolaridad o vacuna? ¿Los no repitentes tendrán un premio: serán vacunados? Ese razonamiento habilita otras acciones que el mismo gobierno está llevando a cabo, entre las cuales se destacan la concesión a una empresa privada de la educación secundaria para adultos creando una competencia con su propio programa Adultos 2000 y poniendo impedimentos para el avance en la ciudad del programa Fines, del Ministerio de Desarrollo Social. (Al menos un 30 por ciento de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires no concluyeron la enseñanza media, en tanto en la Provincia de Buenos Aires, en los últimos tres años, el Fines logró que lo terminaran 180 mil personas.) El gobierno de Macri imagina más estrategias de desaliento de la educación estatal: habilitó con exclusividad la vía on line o telefónica para la inscripción de alumnos que quieren ingresar a cualquier nivel del sistema, eliminando de esta manera la esencial relación personal de las familias y los niños con la escuela y sus docentes en el momento de la inscripción.

En cuanto al conflicto que afecta a la educación secundaria en la CABA (que está lejos de terminar) se origina en la falta de interés del gobierno de Macri sobre la opinión de los estudiantes y los docentes. Pero la reducción del esfuerzo educacional del gobierno de la CABA avanza también en materia de contenidos, retaceando los que se transmitirán en su enseñanza secundaria. El Consejo Federal de Educación (CFE: órgano que reúne a los ministros del área de todas las jurisdicciones del país) aprobó en 2009 diez orientaciones (Ciencias Sociales / Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencias Naturales, Economía y Administración, Lenguas, Arte, Agraria/Agro y Ambiente, Turismo, Comunicación, Informática y Educación Física) y contempló la posibilidad jurisdiccional de incluir nuevas, a condición de su aprobación por la asamblea plenaria. Desde que el CFE tomó ese acuerdo para todas las jurisdicciones, el gobierno de Macri no produjo los cambios acordados, pero tampoco se interesó en consultar el sentido que los ciudadanos de la Ciudad aspiran a darle a su educación. Pero repentinamente, en medio de la campaña electoral, propone siete orientaciones nuevas, y anuncia de manera confusa cambios en los planes de estudio que no sólo antagonizan con el espíritu humanístico e integral de la Ley de Educación Nacional (26206/06), sino que no consultó a los docentes, ni a los estudiantes, ni al conjunto de los ciudadanos. Las orientaciones (como toda planificación que implique seleccionar los conocimientos que se impartirán) no pueden elegirse al azar. Esta apurada y confusa propuesta trasluce la idea reduccionista e instrumental de la educación secundaria, demostrada de inmediato en la intención de recortar la enseñanza de historia y geografía.

Los ciudadanos deben saber que los cambios propuestos afectan a todos, tanto a quienes van a la escuela estatal como a la privada, y que ninguna reforma educativa se sostiene sin el consenso de la comunidad educativa.

* Presidenta de la Comisión de Educación de Diputados (Frente para la Victoria).