El barrio de Flores se inundó de guardapolvos blancos y cuadrillé. Familias y docentes de todos los puntos de la Ciudad se congregaron este mediodía en las puertas del jardín Nº 2 del Distrito 12 para abrazar a las maestras que fueron separadas arbitrariamente de sus cargos por el Gobierno porteño.
En un emotivo acto con la presencia de alrededor 10 mil personas entre docentes, padres, madres, niños y niñas de las escuelas públicas de la Ciudad se exigió al Ministro de Educación Esteban Bullrich la inmediata restitución de la maestra y la directora del jardín.
En el escenario montado en la Av. Avellaneda al 2500 hablaron padres y madres de los niños que van al JIC 2 donde expresaron “la profunda tristeza que sienten por Agustín y por este doble dolor que están atravesando los niños al ser separados también de su maestra”. En la carta escrita y leída por familias de la escuela se expresó la confianza de la comunidad en el trabajo de las docentes y la contención que brinda la escuela pública.
Los sindicatos docentes reclamaron Justicia por Agustín, que restituyan en sus cargos a las docentes y políticas públicas que promocionen y garanticen los derechos de los niños, niñas y adolescentes. En este sentido el Secretario General de UTE, Eduardo López dijo que “hay una historia de amor recíproco entre la comunidad educativa y los docentes que ni los funcionarios del PRO ni los paneles televisivos podrán destruir”. Y agregó, “no entienden que esto no es una respuesta corporativa, es solidaridad educativa”.
Desde el palco, además de padres, madres y maestras del jardín y la primaria que comparte el edificio, hablaron representantes de Ademys, CAMyP, Sedeba y ADEF. También estuvo Esteban Mur, papá Rodrigo y Rolando, niños fallecidos en el incendio de flores que se hizo presente para apoyar a los docentes. Acercaron su apoyo legisladores de diversos bloques, como José Campagnoli y Marcelo Ramal.
El acto concluyó con el pedido de un alumno de Alejandra, la docente separada de su cargo, de subir al escenario para abrazar a su maestra. Luego se empezaron a multiplicar los abrazos de todos esos chicos que hoy no solo perdieron Agustín sino que además ahora no tienen a su maestra para que los contenga en el jardín.
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