Una vez más la comunidad educativa de CABA ha sido sorprendida por anuncios mediáticos producto de la política de avances y retrocesos del GCBA respecto al retorno a las escuelas. Durante el día de ayer medios de comunicación, apoyados en “fuentes oficiales”, difundieron la noticia de que el GCBA proyecta la vuelta a clases presenciales a partir del 7 de septiembre. Entre otros aspectos, se volvía a citar al “método irsaelí” y que los primeros en volver serían lxs estudiantes sin contacto con la escuela por falta de conectividad y dispositivos. Esos mismos medios más tarde desmintieron la información.
Lxs estudiantes “sin conexión” están a la espera de que Larreta cumpla con el fallo de la Justicia Porteña que ordena al GCBA a proveer conectividad y entregar computadoras a estudiantes y docentes garantizando así el “derecho a la educación a niñas, niños y adolescentes en edad escolar obligatoria que asisten a establecimientos educativos de gestión pública y que no cuentan con medios para continuar sus estudios mediantes las plataformas virtuales por encontrarse en situación de vulnerabilidad social”. Sabemos que el número de 90% de alumnxs conectadxs es falaz, que el derecho a la educación está siendo vulnerado porque no se entregan los medios tecnológicos.
Desde la UTE rechazamos este nuevo intento de instalar la vuelta a las escuelas dado que no están dadas las condiciones epidemiológicas para la vuelta a clases presenciales debido a la cantidad de contagios de COVID-19 en la Ciudad y tampoco hay indicadores de que puedan mejorar a corto plazo. En esta línea, funcionarios de la Organización Mundial de la Salud advirtieron la semana pasada que reabrir escuelas en ciudades donde la transmisión aún es alta sólo empeorará la situación. Como muestra de esto tenemos el ejemplo citado constantemente por funcionarios de CABA: el método de Israel. En dicho país la reapertura de escuelas propició las condiciones de una segunda ola de COVID-19. En nuestro país, la provincia de Jujuy debió volver a fase 1 tras un brote del virus tan sólo una semana después del reinicio de las clases presenciales. Por otra parte, en la Ciudad de Buenos Aires a la difícil situación epidemiológica ya citada se suman las deficientes condiciones de seguridad e higiene en las escuelas: falta de productos de limpieza e insuficiente calidad de los mismos, insuficiente cantidad de auxiliares y caseros, problemas de infraestructura irresueltos en los últimos años