Más de 1500 docentes de todo el mundo debaten en CABA sobre el avance de la derecha contra la educación pública

En un momento de ataque a la educación pública, de desfinanciamiento y recortes, que la Internacional de la Educación haya decidido hacer este Congreso Mundial en Argentina, en apoyo a la lucha de las y los docentes, es fundamental”, dice a Tiempo Eduardo Pereyra, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera).

Se refiere al Congreso Mundial de la Internacional de la Educación que se lleva a cabo en el Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires hasta el viernes 2 de agosto. El evento tiene lugar cada cuatro años en diferentes países, y en esta oportunidad, reúne a más de 1500 delegados docentes de todo el planeta. “El Congreso Mundial constituye el máximo órgano decisorio de la Internacional de la Educación. Reúne a docentes de todo el mundo a fin de impulsar colectivamente nuestro movimiento educativo mundial”, reza el comunicado oficial.

La Internacional de la Educación nuclea a 33 millones de docentes de 178 países del mundo. Como representantes de nuestro país participan Ctera, Conadu Federación Nacional de Docentes Universitarios y Confederación de Educadores Argentinos (CEA). Durante varios días debatirán sobre diferentes ejes, entre ellos, uno que Argentina conoce muy bien: el avance de la derecha y su intento de mercantilizar y privatizar la educación pública.

Las derechas avanzan contra la educación pública global

Ahora se está debatiendo una resolución que tiene que ver con el avance de sectores de derecha o de ultraderecha que lo primero que hacen en todos los países es recortar educación”, asevera Pereyra. Para el referente gremial, no se trata de una casualidad: “hay una decisión clara de que la educación pública no sea un factor de homogenización social, de ascenso social, de distribución de conocimiento, de participación, de socialización de nuestros estudiantes”.

Se trata de elementos que son contrarios a las políticas de derecha y ultraderecha, que pugnan por el individualismo y el supuesto mérito como el factor social o valor de avance, sin contemplar contextos, trayectorias, desigualdades sociales ni inversiones necesarias para las mejoras educativas del alumnado, por ejemplo la infraestructura y equipamientos tecnológicos que el gobierno de Javier Milei cortó desde el primer día.

“La escuela crea oportunidades, el mérito va después de las oportunidades no antes, porque no hay posibilidad de que una persona que ha nacido en sectores muy humildes pueda ascender si el Estado no garantiza condiciones y oportunidades. Ahí sí, con su esfuerzo personal, están las posibilidades de crecer y de avanzar socialmente”. Pereyra expresa que se brega por una sociedad que no sea una simple suma de individualidades sino que exista lo colectivo.

El avance de las derechas y ultraderechas en los gobiernos del mundo es una preocupación generalizada. José Olivera, vicepresidente de la Federación Nacional de Profesores Secundarios del Uruguay, manifiesta que “la llegada a los gobiernos de concepciones neoliberales asociadas a partidos de derecha y extrema derecha implica un ataque a la educación pública que se expresa en recortes presupuestarios pero también en ataques a la profesión docente y en darle mayor participación a sector privado, obviamente orientado por el lucro”.

A la educación la garantiza el Estado, no el mercado

Entre los temas abordados por el Congreso, Olivera destaca la importancia de que los gobiernos incorporen las 59 recomendaciones de Naciones Unidas para revalorizar la labor docente: “Van, en líneas generales, a contrapelo de lo que se está aplicando en muchos de nuestros países y en la región, son lo contrario al programa ideológico de la derecha o la extrema derecha”.

Las recomendaciones, según el referente gremial, son una hoja de ruta para que los países caminen hacia la reivindicación de la función docente y pondere su participación en la construcción de las políticas educativas, lo cual es acorde con mejoras salariales, de condiciones de trabajo y acceso así como el derecho a la formación permanente.

Por ello, Olivera destaca la necesidad de fomentar el financiamiento de la educación pública “porque los hechos demuestran que si hay alguien que puede garantizar el derecho a la educación es el Estado y no al mercado, por lo tanto, este es un tema clave: cómo los estados reflexionan en torno a lo que se ha hecho desde mediados de los ´80 para acá con la promoción del sector privado y del lucro en la educación”. En este sentido, menciona que las grandes corporaciones financieras y grupos asociados se han apoderado de una buena parte de ese financiamiento.

Por otra parte, de la mano del debate del desfinanciamiento, se discute la libertad sindical. “Como dirigente gremial he participado de Conferencias Internacionales del Trabajo de la OIT desde donde se ve una alianza de los gobiernos neoliberales y conservadores con los grandes grupos empresariales para quitar derechos a las trabajadoras y a los trabajadores empezando por la propia libertad sindical”.

Olivera resalta que se trata de un eje central para Argentina “donde hay un gobierno que ha promovido un ajuste feroz desde punto de vista del achique del Estado y que hoy está planteando, por ejemplo, limitar esa libertad sindical promoviendo entre otras cosas, la eliminación del derecho de huelga en la educación pública declarándola esencial”.

Faltan 44 millones de docentes en el mundo

“Lo que se debate aquí es que hay una falta de 44 millones de docentes en el mundo, de todos los niveles y quizás un poco más en la educación inicial”, asegura Pereyra. La falencia en cantidad de docentes, para el dirigente gremial, se debe a dos factores. El primero es económico y se relaciona de manera directa con el desfinanciamiento y los bajos salarios.

“Eso no motiva a los jóvenes a elegir esta profesión pero también está lo simbólico, hay gobiernos que atacan a la docencia como en el caso de Argentina donde dicen que adoctrinamos, que somos vagos que no trabajamos”, expresa Pereyra.

El segundo factor simbólico construye en la sociedad la idea de que la docencia es una profesión sin valor. “Por eso se está planteando la disputa por los recursos para generar mejores salarios y mejores condiciones de trabajo, que sea una carrera que de ganas elegir y lo desde lo simbólico, que se proteja al docente como una profesión de mucho valor en la sociedad”, expresa.

El rol de los sindicatos y federaciones, para Pereyra, es luchar y dar visibilidad a todas las problemáticas que a veces quedan por fuera de la agenda mediática, donde solo se discute la supuesta calidad de la educación: “A esos dirigentes políticos que acusan a los docentes les pedimos que vengan una hora a la escuela escuela pública y saldrían corriendo de la situación en que se ven a nuestros compañeros y compañeras”.

Un banderazo por la educación pública

Alejandro Demichelis, secretario de prensa de Ctera, cuenta que el pasado 29 de julio, el día de la apertura del Congreso, los más de 1500 delegados docentes del mundo que participan se congregaron en las escalinatas de la Facultad de Derecho, en las cercanías del Centro de Convenciones.

Hicimos un banderazo en defensa de la escuela pública con todos los delegados y delegadas del mundo, en este contexto es importante el apoyo y la solidaridad de los delegados internacionales y de la Internacional de la Educación”, remarca.

El referente gremial asegura que quienes llegaron desde otros países, regresarán con un panorama claro de la situación que atraviesa Argentina a nivel educativo. Enfatiza que el avance de las derechas en los gobiernos y sus efectos en la educación se pueden ver a escala mundial: “La preocupación no es solamente por Argentina, los gobiernos de derecha hacen intentos de privatización o desfinanciamiento en todo el mundo, pero también hay lugares en donde no hay paz, donde quienes sufren las guerras son, sobre todo, niñas, niños, mujeres, por eso también llamamos a la paz”. Durante los debates se mencionó no solo la guerra de Ucrania y Rusia, sino también el genocidio palestino que se lleva a cabo por parte de Israel.

 

Fuente: Tiempo Argentino