Maestra, trans y afiliada

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11.08.2012. La docente Maiamar Abrodos, de 46 años, se convirtió en la primera transexual que se afilia a la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), uno de los sindicatos del gremio docente que siempre reivindicó la Ley de Identidad de Género desde que surgió como proyecto y también lleva adelante el proyecto Escuelas Libres de Discriminación.

La sede de la entidad fue el escenario donde se celebró la afiliación de Abrodos, el jueves por la noche.
Esta educadora, que también es miembro de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) le contó a la agencia Télam: «Soy docente desde hace 17 años, pero mi cambio se dio dentro de los últimos cinco, así que mis colegas y mis estudiantes pudieron ir viendo el proceso. Jamás tuve ningún problema por mi elección con ningún estudiante, en cambio, con algunas autoridades se produjeron al principio ciertas hostilidades, que cesaron cuando se dieron cuenta de que nada iba a detener el cambio.»
También consideró que, como da clases en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático y en el Instituto Universitario Nacional de Arte, «las circunstancias quizás fueron más abiertas y comprendidas por la sensibilidad que hay en el arte». «Decidí afiliarme después de ver cómo UTE tomó la bandera de la igualdad y militó junto con todas nosotras la Ley de Género; es muy importante dar ese ejemplo, para acabar con los prejuicios», afirmó la docente, quien fue una de las personas que el 2 de julio pasado recibió en la Casa Rosada, de manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el documento nacional de identidad actualizado.
El secretario general de UTE, Eduardo López, declaró: «la visibilidad libera y la educación transforma, seguimos luchando para ir hacia una escuela libre de discriminación, una escuela sin violencia que respete el derecho a la diversidad identitaria de todos los docentes y estudiantes».
También desde la CHA, el presidente, César Cigliutti, consideró «fundamental que personas como Maiamar trabajen en uno de los ámbitos más conservadores y homofóbicos que existen en nuestro país, como es el de la educación».
Pedro Paradiso Sotile, responsable del área jurídica de esa entidad, agregó que «una de las tantas consecuencias de la Ley de Identidad de Género es que personas como Maiamar Abrodos puedan trabajar para que la educación no sea discriminatoria».