La UTE acompaña al compañero Pacho Reidó a su presentación ante la Justicia de Rosario en su declaración como testigo del genocidio perpetrado por la dictadura cívico-militar de 1976. A continuación reproducimos un artículo de su autoría en el que vuelve a dar testimonio de fortaleza y coherencia.
Por Francisco “Pacho” Reidó:
Una vez más me toca prestar testimonio como testigo. Esta vez en la llamada Causa Feced II. La primera vez fue allá en el 2010 en la Causa Diaz Bessone, también en Rosario.
Los testigos venimos dando testimonio desde 1984 – 1985, porque, siguiendo los caminos abierto por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, sólo buscamos Memoria, Verdad y Justicia a través del Poder Judicial.
Las distintas vicisitudes políticas de nuestro país fueron postergando nuestra búsqueda de justicia; después del Juicio a las Juntas sobrevino el Punto Final y Obediencia Debida, luego la Amnistía de los Genocidas y nos dieron como si fueran migajas los Juicios Por la Verdad, en la ciudad de La Plata, donde sólo se conocía la verdad histórica pero no había condenas.
A partir del año 2003, con la llegada de Néstor Kirchner, el Estado Argentino da un fuerte impulso a los Juicios por delitos de lesa humanidad.
Los años de impunidad tenían que ser desandados inmediatamente. Todo el esfuerzo de la Justicia para recuperar el tiempo perdido fue acelerando los procesos judiciales ya en curso, que habían quedado inmóviles por muchos años. Algunos llevaban cajoneados casi 20 años.
En todo ese tiempo se produjeron muertes de testigos y querellantes y poder armar aún más el proceso judicial llevó a que, por una decisión política del gobierno de Néstor Kirchner, sea el propio Estado, a través de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, la que se convirtiera en querellante acompañando a los familiares de las víctimas.
En la actualidad hay casi 1000 procesados y alrededor de 460 condenados, su mayoría militares, muy pocos civiles.
Todo esto pasó hace más de 37 años y aún seguimos recorriendo salas de audiencia dando nuestro testimonio de verdad. En este período, también se produjeron muertes de imputados, quienes murieron impunes dejando a los familiares de las víctimas con el dolor de no poder ver condenados a quienes fueron partícipes principales del genocidio.
Durante todos estos años, nosotros, los testigos, junto a los organismos de Derechos Humanos hemos solicitado a la Justicia la unificación de las causas, para no exponernos al dolor que significa remover toda esa situación horrorosa vivida. Hasta el momento no hemos tenido éxito en nuestro pedido. Igualmente vamos a seguir concurriendo a dar testimonio en las distintas causas que nos soliciten estar. Es nuestro compromiso ser la voz de los compañeros asesinados, es el compromiso que orgullosamente asumimos para con la Memoria de los 30.000
Ir a los Tribunales Federales en Rosario el próximo viernes 14 de marzo es mi compromiso moral, y lo haré con la entereza y la convicción de saber que aporto a establecer justicia para los compañeros caídos. Daré testimonio a pesar de las lágrimas que seguramente rodarán por mis mejillas, pero lo haré con la fortaleza de saber que mi voz, no solamente es la mía, sino la voz de los compañeros ausentes.
Lo haré también como docente que soy, pues esto es una tarea pedagógica, porque como les digo siempre a mis estudiantes de la villa 21-24: “Chicos: sean protagonistas de la historia, no sirve ser meros espectadores”. Mi participación en este Juicio, es protagonizarlo… éste es el ejemplo que les doy a mis estudiantes, no puedo, moralmente, dejar de hacerlo.