En este momento tan complejo para nuestra patria, en el cual el pueblo se ha expresado a través del voto, es fundamental que nuestro gobierno sea capaz de escuchar el mensaje de las urnas.
Es necesario, sin más dilaciones, que el pueblo perciba que se empieza a dar respuestas a esa demanda que se expresó a través de más de 4 millones de votantes que desistieron de respaldar a la boleta del Frente de Todos como sí lo habían hecho antes. La desocupación, la pobreza, la caída de los salarios y el aumento de los precios de la canasta básica, son parte de los problemas que definen este presente de padecimientos que, exacerbados por el agobio de la pandemia, explica la decisión de los que resolvieron castigarnos en las urnas.
Pero este traspié, ahora que la pandemia empieza a ser superada, nos tiene que servir para que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, por el que luchamos durante cuatro años de confrontación en las calles contra el macrismo, recupere la iniciativa y ponga en marcha un plan de medidas que den respuesta a las expectativas y necesidades de los sectores populares.
Confiamos en que se encuentre el camino para que las discusiones y tensiones propias de un momento en el que hay que redefinir rumbos, se resuelvan a través de instancias que pongan a salvo la unidad de nuestro Frente.
Por otra parte, más allá del lugar que ocupemos, este imperativo debe comprometernos a todos y cada uno de nosotros. No debemos perder de vista que atravesamos tiempos difíciles en que aquellos que endeudaron al país como nunca y lo llevaron a una de las peores crisis de su historia, profundizada luego por la pandemia, están al acecho y preparados para reinstalar el gobierno de los ricos para los ricos, lo que significaría frustrar la oportunidad histórica que todavía tenemos de recuperar un país solidario con justicia social, trabajo, salud, educación, soberanía y plena vigencia de los derechos humanos.
Sólo los que son insensibles al sufrimiento de nuestro pueblo en las presentes circunstancias, pueden sentirse ajenos al compromiso histórico de poner el corazón y el cerebro para salir fortalecidos de esta crisis. Como dijo alguna vez nuestra Eva, la patria y la bandera de los humildes nos lo reclama.