1995 – I Congreso Pedagógico: Experiencias pedagógicas
Un recorrido por los inicios de los Congresos
Reflexiones de María Elena Balbuena
En la década de los 90 la CTERA profundiza el estudio y proyectos de políticas educativas tendientes a la defensa de la Escuela Pública. En esta década nefasta para todo lo estatal y público con un gobierno que intentó destruir la Nación con privatizaciones escandalosas y fraudulentas, este rescate resultó estratégico.
En la UTE organizamos el CONGRESO DE NUEVAS EXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS, como necesidad de difundir las experiencias innovadoras que hacen a la calidad de la escuela pública.
Mi historia como trabajadora de la educación nace en 1970 en una escuela rural con un proyecto institucional que adaptó la Pedagogía del oprimido de Paulo Freire, a la realidad argentina, militando en el Sindicato de Educadores de General Sarmiento, que conducían las compañeras Susana Pertierra y Bombón, desaparecidas por la dictadura militar.
Por este proyecto institucional padecimos un juicio por subversión en educación.
Después del genocidio de la dictadura, una compañera de una escuela me invita a participar con un proyecto de investigación de la práctica docente, de Flacso, coordinado por Graciela Batallan y Deolidia Martínez, donde el docente era el investigador de su propia práctica.
Así nació el Grupo Autónomo de maestros investigadores, maestros de grado de escuelas públicas y privadas, cuya primer tarea fue revisar el currículo y el reglamento escolar oculto, que era poner en conocimiento todas las prácticas cotidianas no explicitadas, pero que podían aparecer como más poderosas que las políticas educativas y las leyes que regulan el trabajo docente, incluso en ocasiones violándolas.
Lo autorreferencial es necesario porque es lo que da nacimiento a la idea del congreso.
Los docentes somos la suma de nuestras prácticas, nuestra historia, de las capacitaciones y de los espacios que ocupamos.
Propongo entonces en 1995, en la UTE desarrollar un lugar de difusión de las prácticas docentes innovadoras socialmente valiosas creativas, entendiendo la creatividad como la producción de algo original y útil dentro de un contexto social dado, que abarcara todas las áreas.
Nuestra organización, en esta década, proponía que el conocimiento construido por estas prácticas se convirtiera en factor de cambio que posibilitara el avance de los sectores populares.
El Congreso convocaba a presentar de manera escrita, prácticas educativas llevadas a cabo en escuelas públicas, con su evaluación. Los trabajos presentados eran supervisados por compañeros del sindicato y de su área, evaluados por sus pares y se premiaba a los elegidos con su publicación y distribución en las escuelas.
La participación fue aumentando progresivamente en cantidad y calidad, se realizaron con esta modalidad 4 ediciones.
Lo publicado forma parte hoy de muchas bibliotecas escolares.