El fuego seguirá encendido en sus obras, en la memoria de los pueblos y de todos aquellos que luchan y han luchado por una América Latina libre y unida.
El autor de «Las venas abiertas de América Latina» murió a los 74 años en Montevideo.
Antes de ser el escritor rioplatense que mejor ejerció “el rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra despreciada y entrañable”, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios.
Galeano a lo largo de su vida escribió, como él decía: “para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué”, y lo hizo con su lenguaje llano que permitió pensar, sentir y divertirse.
“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.
EDUARDO GALEANO