La posibilidad de que una porción de estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires vuelva a tener clases presenciales ha disparado un debate que está lejos de saldarse. El lunes pasado hubo una reunión del ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, y la de Ciudad, Soledad Acuña. De ese encuentro salieron dos versiones cruzadas sobre un posible acuerdo. Luego Acuña sostuvo que había un acercamiento sobre la vuelta de 6500 alumnos. Según el Gobierno porteño son los que perdieron contacto con la escuela a partir del aislamiento social obligatorio.
Hay una posición que no estuvo presente en los encuentros de esta semana. Y es fundamental para poder aplicar cualquier política educativa: los docentes. “Esto es simplemente una campaña publicitaria utilizando 6500 chicos que supuestamente han perdido la escolaridad. Las escuelas sostienen incluso que este dato no es real”, le dijo a Diario Z Angélica Graciano, secretaria general de UTE-Ctera, el gremio que aglutina a la mayoría de los maestros de la CABA.
Graciano acusó al Ejecutivo de Horacio Rodríguez Larreta de no informar con claridad quiénes son esos 6500 alumnos. “Antes que nada se les podrían acercar las computadoras que ya entregó la Nación. Los equipos están en un depósito y sin usarse”.
“Este apuro por dar clases presenciales es menos entendible aún si se tiene en cuenta que hay avances con la vacuna y otros tratamientos que permitirían retomar la actividad presencial con mayor seguridad en unos meses”
Angélica Graciano, secretaria General de UTE-Ctera.
La dirigente señaló además que la información ha sido muy confusa. Dijo que la última lista que envió Acuña “es de 1500 no de 6500”. “El número varió tres veces. Al principio dijeron que eran 5100. Después subieron 6500, luego de 9410, y volvieron a bajar”.
La referente sindical explicó que el listado presentado por Educación a los maestros sólo pone un número de chicos en distintos barrios y nada más. “No los fueron a buscar a las casas ni mucho menos. Los alumnos con problemas de conexión son muchos más que 6500. Sólo la mitad de los estudiantes tiene acceso a una computadora. Por eso es que no se entiende el apuro en este caso”.
En las últimas semanas hubo países de Europa, como España, que intentaron el retorno a clases luego del período de vacaciones de verano. La referente de UTE tomó estos ejemplos para destacar los “riesgos” de lo que propone la Ciudad. “En España tuvieron que volver atrás. Clausuraron cientos de escuelas. Este apuro es menos entendible si se tiene en cuenta que hay avances con la vacuna y otros tratamientos que permitirían retomar la actividad presencial con mayor seguridad en unos meses”.
Con todos estos elementos sobre la mesa, y al ser consultada sobre cuál sería entonces la motivación de Horacio Rodríguez Larreta para impulsar las clases presenciales en los patios de las escuelas, Graciano reiteró: “Marketing. Mostrar a la Ciudad como la pionera de la apertura y el retorno a la normalidad. Usan a los chicos en esta campaña publicitaria”.