28.02.2013. El Ejecutivo porteño no resolvió los problemas edilicios que tienen una veintena de establecimientos. En la mitad
de ellos, directamente, el ciclo lectivo no pudo comenzar. En Pompeya, los docentes cortaron la calle en protesta.
El receso escolar de verano no alcanzó para que el Ministerio de Educación porteño pusiera en condiciones una veintena de escuelas, y en muchas de ellas no pudieron ayer empezar las clases o lo hicieron en condiciones precarias por problemas de infraestructura como no tener agua potable, electricidad, baños o cloacas.
La Unión de Trabajadores de la Educación denunció que no se inició el ciclo lectivo o arrancó con dificultades en la escuela 13 del distrito escolar 1; la 15 del 2; la 10 y la 20 del 5; la 17 del 7; la 10 del 8; la 4, 7 y 9 del 11; las 1, 3, 5, 14 y 20 del 14; la 4 del 19; y que lo mismo ocurrirá en la Media 6 DE 5; en los Normales 3 y 9 y en el Danzas 1, del nivel medio, que retoman la actividad la semana próxima.
«Responsabilizamos al gobierno porteño por los miles de chicos y chicas que hoy no pudieron comenzar las clases. Esta situación demuestra lo que venimos denunciando de esta gestión. La incapacidad para resolver los problemas de la educación pública y una clara voluntad de no invertir en la escuela pública», señaló Eduardo López, secretario general de UTE-CTERA.
En la Escuela Diego de Zavaleta (10 del 5), ubicada en el barrio porteño de Nueva Pompeya, en uno de los límites de la Villa 21-24, la comunidad educativa resolvió cortar una calle para reclamar solución a los problemas que arrastra desde el año pasado el edificio donde funciona una escuela de jornada completa a la que concurren más de 400 alumnas y alumnos y un centro educativo de nivel secundario al que asisten otros tantos adultos.
Pablo Francisco, delegado de UTE-CTERA, denunció a Tiempo Argentino que el establecimiento sufre la profundización de los problemas y que eso se debe «a la baja en lo que se destina a infraestructura. Los trabajos o no los hacen porque no cobran o los hacen mal.»
La construcción, cuya antigüedad no excede los 15 años, se vio afectada a principios de abril del año pasado por un temporal que destrozó el techo del comedor. Desde entonces se inunda cada vez que llueve y tiene sectores donde hay peligro de derrumbe. Y eso también afectó la instalación eléctrica. Por otro lado, padece de problemas cloacales y no se cubren cargos vacantes.
El plantel docente decidió recibir ayer a los padres y explicarles la situación. Ellos mismos pudieron ver césped crecido y escombros en el patio. «Esto pasa porque es una escuela de la villa, porque acá a 20 cuadras las clases empezaron sin problemas», se quejó una mamá.
«No es que decidimos no iniciar las clases, sino que no hay agua y no hay luz, la bomba de agua no cargó los tanques y hay lugares donde es imprescindible que haya luz para brindar clases», explicó Delia Castro, la vicedirectora de la escuela, a la agencia de noticias Télam.
«Recibimos gente para informarle directamente a los especialistas sobre cuáles son las problemáticas, esperemos que no sea pasajero ni un arreglo del momento. Esta escuela es de jornada completa con servicio de comedor, por lo que es fundamental para los padres porque trabajan y necesitan dejar a sus hijos seguros», agregó. «
«dialogar, no gritarse»
El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el ministro de Educación Esteban Bullrich inauguraron ayer el ciclo lectivo 2013 de la Ciudad de Buenos Aires en una escuela del barrio porteño de Liniers.
«Cada vez que empieza un ciclo lectivo –ponderó Macri– es un día que tenemos que agradecer que estamos acá, porque significa que aprendimos a dialogar, que entendimos la importancia de que los chicos tengan el colegio abierto. Si seguimos creciendo, aumentando este capital social tan importante, que es el confiar el uno en el otro, vamos a encontrar gobernantes, gremios, docentes, padres y alumnos la manera de seguir mejorando y eso significa dialogar, no gritarse, tener la capacidad de escuchar, no agredir sino invitar al otro a sumarse y estoy seguro que si los argentinos avanzamos es esa línea vamos a tener el futuro que todos estos chicos se merecen.»
Bullrich, por su parte, destacó: «Saber que los chicos pueden venir a clase el día que corresponde en tiempo y forma es una enorme satisfacción y genera muchísima felicidad. El gobierno (de la Ciudad) hizo un gran esfuerzo», agregó en referencia al acuerdo salarial alcanzado con el gremio docente, excepto ADEMyS y ADEF.