Entre el lápiz y la reja: la escuela Banderitas se alza contra los jueces de Comodoro Py

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🏫 El enrejado de Comodoro Py está ahí desde 2019, el mismo año que se inauguró la escuela, y a partir de allí empezaron los reclamos de la comunidad educativa y las familias. Desde entonces, el acceso a la escuela nunca fue sencillo.

En el Polo Educativo Mugica funciona la escuela primaria Banderitas, donde asisten más de mil niños y niñas de la Villa 31. En la vereda de enfrente se encuentran las instalaciones de Comodoro Py, por donde transitan a diario algunas de las personas más poderosas del país. Entre esos dos mundos, hay una reja. Una reja que ocupa media calle para “proteger” autos lindos e impecables. Mientras tanto, ambulancias, bomberos y micros escolares deben parar a 100 metros o subirse a la vereda para poder llegar a la escuela. ¿Qué está pasando? Hablamos con Florencia Diasprotti, docente y delegada de UTE, para entender mejor la situación.

El enrejado está ahí desde 2019, el mismo año que se inauguró la escuela, y a partir de allí empezaron los reclamos de la comunidad educativa y las familias. Desde entonces, el acceso a la escuela nunca fue sencillo. La reja bloquea el ingreso directo por la calle Letonia, donde deberían poder circular libremente los vehículos. “Tuvimos situaciones donde la ambulancia no podía entrar. Tienen que subirse a la vereda, lo que es un peligro para los chicos”, relató Diasprotti. Los pedidos por retirar las rejas fueron múltiples, pero la Justicia va y vuelve. El tiempo pasa y se posterga el asunto sin ninguna respuesta clara.

Según la docente, el argumento que se da desde el otro lado para mantener la reja es que cumple la función de cuidar los autos de los jueces y funcionarios de Comodoro Py. Ella se opone a esta idea y toma como ejemplo su propio auto, que desde que trabaja en la escuela nunca fue vandalizado.

Una cuestión irresuelta

La causa judicial se inició hace seis años, sin embargo recién el pasado 5 de junio se realizó una audiencia clave convocada por la Sala I de la Cámara Contenciosa Administrativa Federal, con el objetivo de llegar a un acuerdo entre ambas partes antes de dictar sentencia. Ese día, representantes del Consejo de la Magistratura, aseguraron que no tenían la autoridad para disponer sobre la calle y pidieron 20 días de plazo para tratar el tema internamente. La respuesta no sorprendió a quienes vienen reclamando hace años. Mientras tanto, la reja permanece. Ahora su remoción depende de una resolución del Consejo de la Magistratura, que deberá darse en las próximas semanas.

Los unos y los otros

La reja no solo implica un problema práctico, tiene un fuerte sentido simbólico. Para la comunidad educativa y las familias, es un recordatorio constante de desigualdad. “La reja es el límite de clases sociales. Allá están los jueces y de este lado estamos los trabajadores”, dijo Diasprotti y agregó que es una excusa para diferenciarse: “Hasta la reja llega la gente de bien y de afuera para acá estamos el resto”.

La escuela Banderitas fue construida para responder a algunas de las  demandas históricas del barrio. Sin embargo, al poco tiempo de inaugurarse comenzaron los reclamos por problemas edilicios: filtraciones, techos en mal estado, falta de mantenimiento. “Es una escuela nueva, pero que ya tiene fallas estructurales. Y encima tenemos esto de la reja”, denunció Diasprotti. Sumado a la crisis que afecta con más fuerza a los que menos tienen, la escuela se encarga de la alimentación de cada vez más alumnos que deciden comer en la institución y hasta cuentan con un ropero solidario. Donde más presente debería estar el Estado, más se corre de la escena.

Enfrente de Comodoro Py, el Polo Educativo Múgica sigue esperando una respuesta.

Fuente: El grito del sur