El gobierno porteño reconoció que las escuelas se habilitan para tareas socioafectivas
La ministra de educación porteña, Soledad Acuña, aclaró que las «actividades presenciales» que comenzaron a implementarse en las escuelas de la Ciudad a partir de este lunes «no son obligatorias». «Esta instancia y hasta el cierre del ciclo 2020 es voluntaria, tanto para gestión pública como privada, y el comienzo del ciclo 2021 es el 17 de febrero para todos los niveles y es obligatorio», aseguró la funcionaria. Si bien fuentes de la cartera porteña apuntaron a este diario que «hay muy buena recepción» y que «el 80 por ciento de las familias convocadas aceptaron», desde distintos sindicatos docentes, como Ademys y UTE, expresaron que «nuestro reelevamiento dice que solamente asistió el dos por ciento de los chicos convocados. Incluso en escuelas que son mas cercanas a esta política aperturista, la asistencia no ha llegado ni a la tercera parte de su población».
Acuña aseguró en declaraciones radiales que «veníamos trabajando para que todos pudieran tener un espacio de presencialidad antes de fin de año». «En el único lugar donde no están los chicos es en las escuelas, porque pueden ir a las plazas, acompañar a los negocios a sus padres o ir a comer afuera», subrayó la ministra y manifestó que «esto va a poder sanar de a poquito el enorme daño que han tenido durante este tiempo».
La ministra de educación porteña, Soledad Acuña, aclaró que las «actividades presenciales» que comenzaron a implementarse en las escuelas de la Ciudad a partir de este lunes «no son obligatorias». «Esta instancia y hasta el cierre del ciclo 2020 es voluntaria, tanto para gestión pública como privada, y el comienzo del ciclo 2021 es el 17 de febrero para todos los niveles y es obligatorio», aseguró la funcionaria. Si bien fuentes de la cartera porteña apuntaron a este diario que «hay muy buena recepción» y que «el 80 por ciento de las familias convocadas aceptaron», desde distintos sindicatos docentes, como Ademys y UTE, expresaron que «nuestro reelevamiento dice que solamente asistió el dos por ciento de los chicos convocados. Incluso en escuelas que son mas cercanas a esta política aperturista, la asistencia no ha llegado ni a la tercera parte de su población».
Acuña aseguró en declaraciones radiales que «veníamos trabajando para que todos pudieran tener un espacio de presencialidad antes de fin de año». «En el único lugar donde no están los chicos es en las escuelas, porque pueden ir a las plazas, acompañar a los negocios a sus padres o ir a comer afuera», subrayó la ministra y manifestó que «esto va a poder sanar de a poquito el enorme daño que han tenido durante este tiempo».
Acuña puntualizó que más del 80 por ciento de las familias aceptó la propuesta y que, una vez que se anotaban, «el 100 por ciento asistía». «Cada escuela fue armando una propuesta de acuerdo con las necesidades de sus estudiantes y eso habla de cómo las escuelas fueron creciendo y tomando autonomía en este tiempo», remarcó. Según puntualizaron fuentes de la cartera porteña a Página/12, «ya arrancaron sala de cinco, primero y séptimo grado de la primaria y primero, quinto y sexto año de la secundaria». Además, detallaron que «las actividades presenciales alcanzan a unas 750 instituciones de gestión estatal», mientras que en las privadas, «ya se autorizo al cien por ciento».
Desde los sindicatos docentes explicaron que la situación no es como la describen los funcionarios porteños. Eduardo López, secretario general adjunto de UTE, subrayó a este diario que «queremos reivindicar la responsabilidad de la comunidad educativa que no avaló la propuesta de marketing educativo». «Lo que sucedió este lunes no es para nada distinto a lo que viene pasando desde marzo, ya que los maestros siguen enseñando a distancia en contexto de pandemia; los 6500 chicos que no tienen recursos siguen sin recibir dispositivos y son pocas las escuelas, con todavía menos alumnos, que aceptaron la ‘apertura’ que anunciaron el viernes».
Andrea Bohus, del sindicato docente Ademys, aseguró a Página/12 que como rechazo a las políticas educativas de la Ciudad estuvieron de paro hasta el lunes por la tarde, y al cierre de esta edición continuaban en asamblea para definir cómo continuar con el reclamo. Bohus comentó que «desde Ademys impulsamos un gran trabajo con las familias para que puedan tomar conciencia de lo irreal y riesgoso que es el protocolo bajado por el gobierno de Larreta y la lejanía que tiene de cualquier tipo de actividad pedagógica necesaria para los estudiantes». «Las familias decidieron no mandar a sus hijos a las escuelas. Nuestro reelevamiento dice que solamente asistió el dos por ciento de los chicos convocados para estas semanas», afirmó. Además, indicó que el gobierno porteño «solo piensa en el marketing, porque si les interesaran los alumnos a esta altura ya tendrían que haber garantizado la conectividad y los dispositivos necesarios para los chicos que no los tienen».