La curva de casos empezó a subir con la presencialidad escolar
El Gobierno de la Ciudad admitió a través de un informe que en apenas cuatro semanas de clases presenciales hubo 1.215 contagios confirmados. Pese a esta escalada de casos, desde el oficialismo porteño insisten en seguir flexibilizando los protocolos escolares.
Un informe del Gobierno de la Ciudad reconoció que en apenas cuatro semanas de clases presenciales hubo 1.215 contagios confirmados. Los datos fueron extraídos de un relevamiento oficial realizado por escuela y que se suma a los contagios registrados en los tres centros de testeo voluntario. Pese a esta escalada de infectados, tanto Acuña como Quirós insisten en seguir flexibilizando los protocolos escolares.
Hace tan solo una semana, el gobierno porteño había flexibilizado dos ítems del protocolo marco: por un lado habilitó el uso y la manipulación de colchonetas, sogas y pelotas (fútbol, voley, handball, etc.) para utilizar durante las clases de educación física y los recreos; y por el otro permitió la posibilidad de que los chicos y las chicas comieran en la escuela. Al ver el crecimiento paulatino de casos, el conjunto de docentes se resistieron a implementar ambas flexibilizaciones en sus protocolos, una reacción que fue contundente e impidió que la ministra Soledad Acuña concrete sus intentos de una mayor flexibilización.
Según datos oficiales de la Ciudad, hasta la fecha se registraron 1.215 contagios, entre docentes, no docentes y estudiantes de escuelas públicas y privadas de todo el distrito. El mismo relevamiento afirma que el 60% de los infectados se produjo entre los trabajadores y las trabajadoras de la educación, mientras que el 40% restante se originó entre las y los estudiantes. Algo importante a tener en cuenta es que estos números no incluyen a las familias de la comunidad educativa que mantuvieron contacto estrecho con los casos confirmados, lo que significa que la cantidad de personas contagiadas puede ser muchísimo mayor.
“No hay aún una regla definida, pero sí existe un estimativo de que cada persona infectada puede llegar a contagiar hasta 200 personas más”, afirmó a El Grito del Sur Agustina Peuchot, médica infectóloga y pediatra. “Ese número nace de recabar datos de hasta dónde puede llegar a contagiar una persona infectada”, agregó. De cumplirse parcialmente esta regla, no es precipitado pensar que en las próximas semanas los contagios en toda la comunidad educativa (incluyendo a familiares y allegados) pueda superar ampliamente los datos que difundió el Gobierno de la Ciudad.
Pero la situación no termina en estos hechos. Pese a la escalada de casos de COVID-19 en el AMBA, pero específicamente en todo el distrito porteño, la ministra Soledad Acuña y Fernán Quirós tienen en mente flexibilizar aún más el protocolo escolar. El dato fue confirmado por el propio Quirós al manifestar que analizan realizar modificaciones en los protocolos escolares de la Ciudad y que buscarán «adaptar las normativas a la realidad concreta (…) son protocolos que están vivos, los ajustamos diariamente». Entre las nuevas habilitaciones, el ministro de Salud porteño pretende que las y los estudiantes puedan quitarse el tapaboca durante los recreos; y planifica exigirle a las direcciones de cada establecimiento educativo que modifiquen el escalonamiento de los ingresos y salidas de las escuelas.
Desde la cartera educativa afirmaron a este medio que “el objetivo de este último punto es simplificar la organización de las familias que tienen más de un hijo en edad escolar y que los chicos tengan más tiempo en las aulas”. Al mismo tiempo, Quirós reconoció que “tenemos por delante una segunda ola que al día de hoy está muy cerca. Ya estamos viendo un aumento leve pero paulatino de casos”.
El secretario adjunto de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Eduardo López, publicó en sus redes sociales que “la curva de contagios de la Ciudad de Buenos Aires volvió a subir desde el 3 de marzo. Justo dos semanas después del regreso a la presencialidad escolar improvisada por Larreta”. El docente hizo alusión a un informe técnico realizado por el contador público y senador provincial por Corrientes, Martín Barrionuevo, que afirma que en la Ciudad de Buenos Aires hubo un aumento de 310,2 casos confirmados cada 100 mil habitantes en los últimos días posteriores al inicio de las clases presenciales.
En el mismo sentido, el secretario adjunto del gremio docente Ademys, Jorge Adaro, manifestó a este medio que “el Ministerio de Educación porteño sigue en una ofensiva de profundizar el descuidado en las escuelas con nuevas modificaciones en los protocolos. Tiene como propósito aumentar la cantidad de horas para volver a un régimen casi normal, sin tener en cuenta los contagios que hubo en todas las escuelas, y se ve que tampoco tienen en cuenta realizar un protocolo relajado para los meses donde se esperan mayor cantidad de contagios”. Adaro aseguró que “si las escuelas están funcionando es porque los protocolos los rediseña la docencia, para minimizar los riesgos que tiene el propio protocolo presentado por el gobierno porteño”.
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