Con la publicación de los listados de la inscripción en línea para el ciclo lectivo 2018, miles de familias se enteraron hoy que el Gobierno de la Ciudad volvió a cerrarles en la cara las puertas de la educación pública.
Los números oficiales del año 2016 certificaron la existencia de 11.432 niñas y niños sin vacante en las escuelas públicas de la Ciudad. Tras dejar al descubierto su política de vaciamiento educativo, el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta decidió dejar de brindar datos e ignorar el pedido de informes que en abril de este año aprobó la Legislatura. Con los datos oficiales escondidos, la comunidad educativa se organiza para conseguir vacantes y sistematizar las cifras del vaciamiento.
Es así que, a pesar de la negativa gubernamental a transparentar los números, gracias a la movilización de la Comunidad Educativa y el trabajo de familias reunidas en colectivos como “La Vacante es un Derecho” y “Vacantes para Todos”, se sabe que este año el problema creció y que, a quienes quedaron fuera de la escuela pública en años anteriores, en 2017 se sumaron alrededor de 2000 nuevos casos.
Cuando hablamos de escolarización, puede verse con claridad que el problema es mucho más grave ya que, a la creciente falta de vacantes, hay que sumar a las y los “10.213” niñas y niños que concurren a Centros de Primera Infancia, espacios en los que, según promociona la gestión Rodríguez Larreta, “la Ciudad le da una mano a más de 4.000 padres y madres a través del cuidado de sus hijos mientras ellos trabajan o estudian”. Resulta explícito entonces que los CPI no son opciones pedagógicas sino propuestas asistenciales.
En el enlace (http://www.buenosaires.gob.ar/noticias/como-funcionan-los-72-centros-de-primera-infancia-de-la-ciudad la Ciudad) se indica que “en los CPI trabajan 1300 personas encargadas de garantizar el crecimiento y desarrollo saludable de los chicos que asisten”. Ni una sola palabra de educación, lo cual resulta entendible ya que se trata de espacios que dependen del Ministerio de Desarrollo Social y en los que no hay docentes de nivel inicial.
Lejos de trabajar en la búsqueda de una solución a la desescolarización de alrededor de 23mil niñas y niños, el GCBA sigue sin respetar la Constitución de la Ciudad, que establece la responsabilidad del Estado de garantizarles el acceso a la educación pública. Por el contrario, el gobierno de Rodríguez Larreta reduce año tras año el porcentaje del presupuesto destinado a Educación. En esto tampoco son originales ya que continúan el modelo que impuso Mauricio Macri durante sus ocho años como Jefe de Gobierno. Es así que las partidas educativas se redujeron del 31 al 18 por ciento entre 2008 y 2017.
El crecimiento de la falta de vacantes no es producto de ninguna casualidad. La desinversión y la falta de política educativa, la situación económica cada vez más compleja y el aumento en las cuotas de los jardines privados –en la Ciudad de Buenos Aires los precios más elevados que en el resto del país- son elementos que aportan a la construcción de una verdadera “tormenta perfecta” en la que las más perjudicadas son las familias que eligieron sin suerte la escuela pública.