Página 12 / 11.11.2015. Lucas Cabello fue baleado por un oficial de la Metropolitana en La Boca en la puerta de su casa. Le tiró una vez y ya en el piso le disparó a matar dos veces más. La vicejefa de Gobierno porteño dijo que fue un caso de violencia de género. Crítica de Ni Una Menos.
Por Horacio Cecchi
Lucas Cabello, de 20 años, fue baleado por un uniformado de la Metropolitana en la puerta de su casa, en La Boca, el lunes, pasadas las tres de la tarde. La primera versión que intentó colgarse en la prensa fue la policial, la de un tiroteo, y circuló alredededor de las nueve de la noche. Es la misma versión que respaldó ayer por la mañana, con cambios estratégicos, la vicejefa de Gobierno porteño María Vidal. «Se trató de una cuestión de género. El policía protegía a la mujer que apretó el botón antipánico», justificó Vidal lo injustificable. La versión de la familia, de los vecinos, de la Justicia, de la Procuvin, y los tres disparos contradicen la versión metropolitana y de su soporte: el chico recibió un tiro, cayó al piso, y mientras se retorcía de dolor, el uniformado le disparó dos veces más, a matar. No hubo botón antipánico, no había medidas de restricción de acceso, y si los hubiera habido, el arma era innecesaria. Ayer, Lucas superaba una intervención quirúrgica en el Argerich, donde había sido internado después de que recibiera los tres disparos. El joven vive con su familia desde hace más de una década en una casona del Instituto de la Vivienda porteño (IVC), en Martín Rodríguez 549. Allí viven en forma supuestamente provisoria las familias que fueron desalojadas de conventillos y que están en la meandrosa expectativa de recibir una vivienda. Dentro de ese mismo predio, con otra puerta de entrada, vive una mujer que mantiene diferencias con su hijo y recibió como medida judicial un botón antipánico y custodia policial. No surgió hasta el momento ninguna información judicial que sostenga que sobre Lucas Cabello exista una medida de restricción de acercamiento. La versión de la restricción de acercamiento y la vinculación con el botón antipánico fue introducida por María Vidal, vicejefa de un gobierno que por primera vez cita una cuestión de género como motivo de interés, pero que cerró en su jurisdicción la Dirección de la Mujer, lo que motivó una disminución de la atención de casos de violencia de género. La mención generó reacciones negativas y un duro comunicado titulado «No en nuestro nombre», de las organizadoras de la masiva marcha de Ni Una Menos, en la que se sostiene que «la violencia machista no justifica la violencia policial». Todas las pruebas apuntan a un caso de violencia policial, inmotivada como la enorme mayoría de las intervenciones violentas policiales. «Investigamos y todas las pruebas que tenemos dicen que fue un fusilamiento -dijo a Página/12 Miguel Palazzani, titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin)-. Tenemos tres testimonios de vecinos, coincidentes los tres. Uno de ellos nos dijo que escuchó el primer disparo, se asomó y vio a Lucas en el piso en posición fetal, y al policía que se le acercó y le tiró dos veces más para rematarlo, ¿De qué violencia de género se está hablando? Fue lisa y llanamente un fusilamiento y esa es nuestra hipótesis de investigación: tentativa de homicidio calificada por ser funcionario policial y por alevosía. Después, el policía se refugió en la casa de al lado, que es donde estaba como consigna». Palazzani agregó que «es significativo el desplieque policial de la Metropolitana en la Comuna 4» (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya). Palazzani recibió a Carolina, la mamá de Lucas y sostuvo que «estamos acompañando a los familiares y ya presentamos un escrito en el Ministerio de Seguridad de la Nación para que haya protección a los testigos porque está la Metropolitana. Tendrán que articular para que sea retirada del barrio». «Que se dejen de inventar», denunció ayer Rubén, el papá de Lucas. «¿De qué tiroteo hablan? Se le hicieron todo tipo de estudios por si tenía pólvora en las manos y no tenia nada. Ni lo conozco al policía. Mi hijo trabaja en la esquina, cuida el restaurante. Nadie nos odia. El hombre sacó el arma y le disparó a quemarropa». Carolina, la mamá, aseguró que «siempre hay un policía de consigna por un caso de violencia familiar. Mi hijo no tenía ninguna restricción. Hay una mujer en el primer piso, arriba de mi casa, que tiene un conflicto con el hijo. Nosotros no tenemos nada que ver». El metropolitano quedó detenido en la comisaría 24. En el caso intervienen el titular del Juzgado 35, Osvaldo Rappa, la fiscal Susana Calleja, y Miguel Palazzani, titular de Procuvin. El diputado nacional del Movimiento Evita, Leo Grosso, puso la Campaña Contra la Violencia Institucional a disposición de la familia de Lucas y repudió los hechos: «Una vez más la Metropolitana dispara a sangre fría contra nuestra juventud. ¿Este es el cambio que propone Macri? ¿Qué futuro para nuestro país pretende baleando a nuestros pibes? Lucas recibió disparos en la nuca, en la columna y en los testículos, ¿y nadie dice nada? Definitivamente, el cambio no es por acá». El legislador porteño de Nuevo Encuentro-FpV José Cruz Campagnoli calificó como «desafortunadas» las declaraciones de María Vidal y presentó junto a la legisladora Paula Penacca y el interbloque del FpV un pedido de inorme para el Ejecutivo porteño de explicaciones. La abogada que representa a la familia, Gabriela Carpinetti, quien rechazó la información policial y las declaraciones de Vidal, participará en una conferencia de prensa hoy, a las 8.30, convocada en la sede de la Unión de Trabajadores de la Educación, en Bartolomé Mitre 1984. Ayer, los vecinos volvían a cortar el cruce de Villafañe y Almirante Brown en reclamo de Justicia.