El ataque de Macri a la escuela pública

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Año 6. Edición número 294. Domingo 05 de enero de 2014

Por Eduardo López, Secretario General de UTE; y Mariano Denegris, Secretario de Prensa de UTE

El sistema de inscripción on line dispuesto por el gobierno de Mauricio Macri resultó algo más que el rotundo fracaso de un capricho millonario. Sirvió para poner en evidencia que el macrismo está dispuesto a los más grandes papelones con tal de no hacerse cargo de garantizar el derecho social a la educación.
Cuando las familias y los docentes señalamos, antes de que fuera implementado, que este sistema iba a terminar direccionando matrícula de la escuela pública a la privada, desde el ministerio de Educación de la Ciudad nos tildaron de tenerle fobia a las nuevas tecnologías. Hoy, en pleno enero, y con miles de familias sin resolver la escolaridad de sus hijos e hijas, la nitidez del odio del macrismo a la escuela pública produce escalofríos aún en medio de los calores estivales.
El mecanismo sorprende por lo brutal. El macrismo actúa de la siguiente manera: primero, deteriora las condiciones materiales de las escuelas públicas reduciendo el presupuesto y subejecutándolo. Luego, arguye que estas escuelas tienen pocos inscriptos para justificar el cierre de grados y cursos.
Pero cuando las familias y los docentes, pese a ello, decidimos apostar por lo público, entonces pone trabas a la inscripción para reducir la matrícula y seguir achicando la inversión educativa.
Desde hace años venimos reclamando la imperiosa necesidad de escuelas infantiles y jardines maternales. Hay fallos de la Justicia que lo obligan a hacerlo. La propia Constitución de la Ciudad establece que es el Estado quien debe garantizar de modo indelegable el acceso a la educación a partir de los 45 días.
La educación inicial es una herramienta insustituible para la igualdad de oportunidades educativas.
El problema es de inversión pero también es ideológico. Con otra voluntad política, los más de 15 millones de pesos que le salió al erario público el fiasco de la inscripción on line se podrían haber invertido en la creación de, como mínimo, una escuela infantil.
Hay quienes sostienen que, para la maldad, se requiere cierta inteligencia. El gobierno de la Ciudad desmiente esta teoría. En él, la torpeza y la mala intención pueden ir de la mano e incluso llevarse bastante bien.
Sin embargo, aún de estas situaciones se pueden obtener saldos positivos. En muchas ocasiones, la acción conjunta de familias, estudiantes y docentes en defensa de la educación de gestión estatal terminó fortaleciendo el compromiso con lo público. Logramos revertir la eliminación de materias como Historia o Geografía de la escuela secundaria, conseguimos ampliar la cantidad de becas de estudio que Macri quiso cercenar, restituimos en sus cargos a los docentes de Montecastro que Bullrich pretendió echar por oponerse al cierre de grados.
De la misma manera, vamos a continuar revalorizando la educación pública para que cada día sea más inclusiva, de mayor calidad integral y aumente su matrícula.
Porque la escuela pública es aquella que, además de preparar para el futuro, tiene la capacidad de transformarlo.