Tiempo Argentino / 21.11.2015. Así lo manifestaron los abogados del joven acribillado en La Boca por un policía de la Metropolitana. Cabello continúa grave en el Argerich.
Jesús Cabral
Mientras Lucas Cabello, el joven de 20 años acribillado a balazos por la Metropolitana en un presunto caso de gatillo fácil, se debate entre la vida y la muerte en el hospital, su madre y sus abogados coincidieron en señalar la existencia de un «estado policial en el interior del complejo habitacional» donde vivía el muchacho con su familia. En ese contexto de violencia institucional, denunciaron que los agentes que están apostados en Martín Rodríguez 559 a raíz de un incidente vecinal, suelen hostigar a punta de pistola a los habitantes del lugar. Además, revelaron que los testigos son «apretados» por la fuerza de seguridad porteña.
«Fijate lo que vas a declarar», «se te va a complicar» o «vas a tener problemas», son algunas de las frases que vecinos y allegados de Lucas habrían recibido, a modo de advertencia de parte de agentes de la Metropolitana, según indicaron a Tiempo los abogados querellantes Gabriela Carpineti y Nahuel Berguier, quienes junto a Carolina, la madre del muchacho baleado, ayer ofrecieron una conferencia de prensa en la Unión de Trabajadores de la Educación, en Mitre Mitre 1984.
Las amenazas denunciadas tienen como objetivo que los testigos del hecho cambien su testimonio a favor del acusado. Por eso, una de las consignas que más se repitió durante la rueda de prensa fue la exigencia del «procesamiento con prisión preventiva de Ricardo Ayala», el agente de 24 años que el 9 de noviembre acribilló a Cabello de tres balazos, cuando éste volvía de comprarle comida a su hija, cerca de las 15:30.
«Pedimos una audiencia a María Eugenia Vidal pero se niega a atendernos. Queremos que nos escuche porque lo que le pasó a Lucas ocurrió por la situación general de violencia policial que existe en el lugar. Hay un hostigamiento general hacia los vecinos que sufren estos mismos atropellos», dijo Berguier a este diario.
Durante la conferencia, Carolina se mostró angustiada por el estado de salud de Lucas: «Quiero justicia. Ruego para que mi hijo se mejore pronto. Está mal, muy mal y no se recupera. Queremos que María Eugenia Vidal se disculpe con toda la familia por lo que dijo. Nos faltó el respeto al ponerse del lado de la policía», alcanzó a decir la mujer, antes de salir de apuro hacia el Hospital Argerich donde el muchacho permanece internado.
La abogada Carpineti, por su parte, detalló que «la Metropolitana y las autoridades políticas de la fuerza ubican a la víctima en el lugar de un delincuente. Este pensamiento es coherente con el comportamiento de los policías que fueron consignados allí. Los vecinos dicen que más de una vez fueron apuntados con las pistolas reglamentarias al entrar y salir del complejo».
Según Carpineti el lugar donde vive Lucas junto a otras 15 familias debía ser transitorio, pero hace más de diez años que viven ahí, «por lo que el hacinamiento que padecen estos vecinos también está vinculado con los problemas que existen entre ellos. El estado de la Ciudad tiene responsabilidades concretas respecto a esta falta de política habitacional».
Los abogados querellantes creen que el caso de Lucas es sólo una pequeña muestra del «contexto de criminalización ilegítima que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad contra los vecinos de La Boca. De los testimonios surgidos en la causa se desprende que la política de gestión de conflictos de los funcionarios políticos del gobierno de la Ciudad para este barrio fue poner policías que amenacen», según indicaron.
Ayer al mediodía, testigos del hecho desfilaron por el juzgado 35 de Instrucción, en los Tribunales de Comodoro Py, que deberá resolver la situación procesal de Ayala. «
Parte médico
Cabello permanece en un estado de salud muy delicado. Los médicos no logran estabilizarlo como para intervenir quirúrgicamente la médula, que es la zona de su cuerpo más afectada.
El joven continúa sin poder mover los brazos y las piernas. Además perdió el bazo y un testículo luego de recibir tres balazos. Según los testigos, los dos últimos impactos fueron efectuados cuando estaba en el piso.