Defender más que una escuela

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09.07.2014. Docentes, estudiantes y vecinos se movilizaron en defensa del Centro Isauro Arancibia, donde cursan chicos en situación de calle. La amenaza de demolición incluye a un albergue y el ex centro clandestino de detención Club Atlético.

Estudiantes y docentes del Centro Educativo Isauro Arancibia, del barrio de San Telmo, donde jóvenes en situación de calle completan sus estudios primarios, realizaron ayer un festival en defensa de esa institución, amenazada por una posible demolición para construir la traza del metrobús en la avenida Paseo Colón. Otros espacios en situación de riesgo por esa obra son el Centro de Atención Integral a la Niñez y la Adolescencia (Caina) –un albergue para niños en situación de desamparo–, la Escuela Taller del Casco Histórico y el ex centro clandestino de detención Atlético, convertido en un espacio para la memoria. La actividad fue acompañada por una radio abierta, espectáculos musicales y otras expresiones artísticas y un locro. Adhirieron con su presencia legisladores y dirigentes del sindicato docente UTE.

Desde poco antes de las 10, estudiantes, trabajadores y organizaciones sociales cortaron la calle Cochabamaba entre Paseo Colón y Azopardo y montaron allí un escenario y puestos de venta de comidas caseras y de la revista que hacen los chicos del Isauro Arancibia, La realidad sin chamullo.

“El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires todavía no nos notificó nada, pero la semana pasada vino un funcionario a decirnos que no se habían realizado las obras que nos habían prometido porque el edificio sería demolido por el metrobús”, afirmó Susana Reyes, directora del Isauro Arancibia.

El centro educativo está ubicado en Paseo Colón 1318. El desa-lojo de la manzana, en la que también se encuentra el Caina es, según explicó Reyes, “un rumor desde hace ya unos meses, pero nosotros consideramos que es imposible debido a nuestra cercanía con el ex centro clandestino de detención (CCD) Club Atlético, que es un monumento histórico y, por tanto, no lo pueden tocar”. El Atlético está ubicado a metros de allí, bajo la autopista 25 de Mayo, entre Cochabamba y San Juan.

Parte de las actividades de ayer fueron en memoria de las víctimas del terrorismo de Estado: algunas personas se recostaban sobre pliegos de papel madera mientras estudiantes y artistas plásticos dibujaban sus siluetas. “Elegimos las siluetas como forma de vincular a los desaparecidos de ayer con los invisibilizados de hoy”, explicó Inés García Guerreiro, docente del Isauro Arancibia.

Participaron del acto el secretario general de UTE, Eduardo López; los legisladores José Cruz Campagnoli (Nuevo Encuentro), Lorena Pokoik (FpV) y Pablo Ferreyra (Izquierda Popular) y los ex diputados Francisco Nenna y Delia Bisutti, entre otros. Los legisladores presentaron un pedido de informe en el que piden explicaciones al gobierno porteño por las obras que no se hicieron en el Isauro.

“Cuando se vendieron las tierras de Catalinas se dispuso por ley que una parte del dinero se destinara al Isauro para llevar adelante una serie de obras de remodelación que la institución necesita para funcionar. Las obras debían comenzar a principio de año”, advirtió Pokoik.

“El jefe de Gobierno actúa sin tener en cuenta los derechos de todos y todas”, dijo el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, quien adhirió a la jornada. “Ponen en peligro espacios fundamentales para la contención, integración y desarrollo de jóvenes y niños en situación de vulnerabilidad.”

“Preguntamos si corresponde a una sociedad democrática la insólita propuesta de demolición de estos establecimientos”, cuestionó la directora del área de Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo porteña, María Elena Naddeo. “La solución al problema del tránsito no puede concretarse en perjuicio de los más necesitados.”

Al Isauro Arancibia asisten diariamente unos doscientos chicos y jóvenes –-entre quienes van al jardín, al grado de nivelación y a la primaria para adultos–. En el edificio no hay conexión de gas ni estufas, y no se realiza ninguna tarea de mantenimiento por parte del Estado, aseguran los docentes.