Declaración en defensa de la Educación Pública de Calidad, Gratuita, Laica y Emancipadora

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Nuestra América vive tiempos de celebraciones, retrocesos y desafíos. Se cumplen dos siglos de aquella primera gesta emancipadora que unió a nuestros Pueblos convocándolos a un mismo proyecto continental de Patria Grande.

En las primeras décadas del siglo XXI pueblos y gobiernos de diferentes signos convergieron en un proyecto común para conquistar la soberanía de nuestro Continente. Frente a los procesos de unidad, las derechas locales y transnacionales han consolidado bloques que no cesan en sus esfuerzos para desandar la integración continental. Esta ofensiva general contra la emancipación de los pueblos se ha expresado en el ataque directo contra los derechos conquistados por los sectores populares en estos años gracias a la lucha de las trabajadoras y los trabajadores, de los movimientos sociales y a la acción de gobiernos democráticos y populares.

Entendemos que la educación pública es, junto a la política, la economía y la cultura, uno de los pilares sobre los que debe edificarse cualquier proyecto democrático de país que tenga como principio y como horizonte la emancipación de los pueblos. Constituye el soporte de nuestras esperanzas individuales y colectivas. Por ello, fortalecerla y garantizarla como un derecho social y humano debe ser prioridad para nuestros Estados, nuestras Sociedades y nuestras Comunidades Educativas.

Adherimos y nos solidarizamos con las luchas que se despliegan en todo el continente en defensa y/o reconstrucción de la educación pública y en contra de la privatización y comercialización de la educación, de las reformas educativas neoliberales, neocoloniales y neo-conservadoras que se pretenden imponer y de los sistemas de evaluación basados en pruebas estandarizadas, que tienen como único objetivo la imposición de los principios hegemónicos del conocimiento y la introducción de la meritocracia para justificar la desigualdad entre sujetos participantes: estudiantes y docentes.

Repudiamos las restricciones a las libertades democráticas de las comunidades educativas, estudiantes y docentes y la supresión de derechos laborales de las y los docentes y el cierre de escuelas.

Por todo ello, expresamos:

– La exigencia del cumplimiento pleno de la responsabilidad del Estado para garantizar el derecho social a la educación pública. Nos oponemos tanto a los procesos de privatización y comercialización de la educación en todas sus formas como a la imposición de procesos de descentralización que profundizan la fragmentación del sistema educativo, y la desigualdad educativa.

– Nuestra valoración del trabajo docente como un trabajo colectivo que requiere reconocimiento y adecuadas condiciones para la construcción de un proyecto político educativo y pedagógico democrático y emancipador.

– Nuestra condena a las políticas que desconocen el valor de los colectivos docentes, así como el ataque y persecución a maestras y maestros, dirigentes, y organizaciones gremiales y estudiantiles. Ninguna política educativa puede efectivizarse sin los docentes, ni contra los docentes y sus comunidades educativas.

– La necesidad de construir procesos pedagógicos autónomos y contextualizados, rechazando la copia de modelos pedagógicos exógenos, tecnocráticos y alejados de las necesidades e intereses de las y los educandos, las y los educadores y de las comunidades educativas territoriales.

– Nuestro respeto por la libertad de expresión, repudiando el cercenamiento del derecho de expresión y la descalificación conservadora de los debates ideológicos y políticos, fundantes de una ciudadanía activa, crítica y solidaria.

El 19 de septiembre se conmemora el natalicio de Paulo Freire, uno de nuestros principales referentes de una Pedagogía Latinoamericana, quién percibió el proceso educativo como un camino para la liberación cultural, social y política y afirmó que: “sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollen una forma de educación que permita a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica”. Nos toca a nosotros dar fuerza a ese pensamiento crítico e impulsar resueltamente la emancipación social, configurando una sociedad fundada en la justicia.

Continuando la lucha por una educación inspirada en ideales emancipadores este día 19 de septiembre, convocamos a organizaciones estudiantiles, organizaciones sindicales de la educación, a los colectivos de educadoras y educadores, a las organizaciones políticas, culturales y sociales que han apostado a la práctica pedagógica como praxis liberadora, a manifestarse y expresarse enérgica y abiertamente en defensa por una educación pública de calidad, como derecho social, gratuita, laica y emancipadora!.