Los festejos por el Día de los Jardines de Infantes el próximo miércoles 28 –en homenaje a la maestra riojana y pionera en educación inicial Rosario Vera Peñaloza– no solo tendrán los clásicos tintes celebratorios sino que también dejarán postales sobre el impacto del cambio demográfico en la Argentina. Salas con pocos nenes y nenas, salas multi-edad ante el bajo cupo, salas con dos docentes en lugar de una y flamantes ambientes maternales. Muestran el efecto –en distintos puntos del país– de un proceso en curso: la caída en la natalidad, su repercusión en el sistema educativo y la posibilidad de aprovecharla para mejorar las experiencias de enseñanza y aprendizaje. O desaprovecharla, reducir recursos y dejar que el ámbito educativo se regule solo. Como si la mano invisible supiera escribir, educar y formar.

En la Provincia de Buenos Aires, en 2024 se inscribieron 621.984 niños y niñas en el nivel inicial. En 2025 fueron 578.598. La caída en la matriculación en los jardines públicos y privados se viene dando desde hace años y responde en gran medida a una abrupta baja de la natalidad en el país y la región. Una baja que no comenzó durante las luchas feministas por el derecho al aborto –como sostuvo esta semana el presidente Javier Milei, a cargo de un Gabinete con mayoría de funcionarios de primer nivel sin hijos– sino bastante antes. “De 700 mil nacimientos en 2015 estamos hoy en 450 mil por año, casi un 40% menos. Llega la ola ya hasta tercer o cuarto grado de primaria, de manera gradual. Se va viendo de a poco que cada una de las generaciones que ingresa al sistema tiene 6-7% menos que el anterior”, explica Leandro Bottinelli, sociólogo y director del Posgrado en Estadísticas e Indicadores Educativos de UNTREF y UNIPE. “A partir de 2027-2028 va a impactar en la secundaria, así que hay que prepararse para repensarla”, pronostica.

El nuevo panorama abre una oportunidad. Pero también conlleva un riesgo. “La menor demanda educativa permitiría con una misma cantidad de recursos docentes personalizar un poco más la educación. Tener menos cantidad promedio de alumnos por docente. A priori puede permitir elevar la calidad de la educación si además se toman otras medidas”, plantea Bottinelli. Y advierte: “las plantas docentes las contratan y remuneran las provincias, pero cuando el proceso tiene esta envergadura, porque la cantidad de nacimientos cayó más rápido de lo que se había previsto, obliga a hacer cosas que se pensaba para más adelante. Y si bien en el proceso de planificación son las provincias las que tienen que implementarlo, su diseño es sofisticado, complejo. Implica un uso de información sobre cargos e infraestructura que requiere mucho conocimiento. Ahí el rol de la Nación se hace clave. Se supone que es el nivel que puede aportar más en el sentido de la planificación”. Bajo un Gobierno que descree de esa función rectora (y que, por ejemplo, acaba de apartarse de la paritaria nacional), las alertas se encienden.

«Que los jardines vuelvan a ser escuelas infantiles»

A fines del año pasado, la gestión de Axel Kicillof giró al Senado bonaerense un proyecto de ley para establecer la obligatoriedad de la sala de 3. Otras medidas que contempla la Dirección Provincial de Educación Inicial apuntan a expandir la cobertura del nivel incluyendo a niñas y niños de dos años, conformando así salas multi-edad; extender la jornada escolar y abrir salas maternales. Además, se plantea la posibilidad de organizar salas de juego o espacios de enseñanza a contra-turno.

En Ciudad de Buenos Aires hubo 99.496 matriculaciones en Nivel Inicial en 2023. En 2024 fueron 91.857, según datos de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa. Cifras muy por debajo de las 125.302 de 2018. “Más allá de la baja de matrícula, en el maternal hay lista de espera. Las familias quieren que los chicos estén en la escuela pública”, señala Verónica Ríos, al frente de Nivel Inicial de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Por eso, los pedidos del gremio –ya planteados al Ministerio de Educación– tienen que ver con “que los jardines vuelvan a ser escuelas infantiles, como las que en algún momento empezaron en los hospitales, de 45 días a 5 años, con una franja horaria importante, desde las 7 de la mañana”. Además, piden que pasen a la órbita de Educación los Centros de Primera Infancia (CPI) que hoy dependen de Desarrollo Humano. Actualmente en CABA se están viendo fusiones de salas, reagrupaciones de sedes y algunas aperturas de salas de uno y dos años, como se dio en los distritos escolares 13 y 21.

Otras provincias buscan estrategias similares. En Córdoba durante 2024 se abrieron 73 salas de 3 años: 57 en jardines estatales y 15 en privados. La escolarización para esta edad pasó del 58% en 2023 a casi el 70% al año siguiente. En Neuquén, el nivel inicial registró una baja en la matrícula del 2,2% entre 2021 y 2022; del 2,9% entre 2022 y 2023 y del 4,7% en 2024. “Hace años que se crearon las parejas pedagógicas y los jardines se están transformando en escuelas infantiles: que incluyen salas maternales, de 45 días a dos años. Esa fue una de las respuestas a la situación”, contó Cristian Lermanda, secretario de Inicial y Primaria de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN).

Parejas pedagógicas

“Siempre planteamos la idea de la pareja pedagógica. Antes me podían decir ‘no tenemos esos docentes’. Pero ahora van a estar. Es una buena oportunidad y hay que planificarlo”, dice Mariano Mango, secretario de Investigación y Estadísticas de UTE. “Hoy lo que relevamos es que la problemática mayor no tiene que ver con lo salarial, sino con las condiciones de trabajo. No tenemos el salario que nos gustaría, pero en las escuelas lo primero que plantean es el tema de las condiciones de trabajo, sobre todo en primaria”, resalta.

“No es solo la relación alumno-docente lo que puede permitir mejorar, sino que hay que aprovechar esa mayor cantidad de recursos para potenciar la enseñanza”, apunta Bottinelli. Sin embargo, la idea de que menor demanda educativa se traducirá en mayores recursos disponibles es relativa. “Cuando se ve la evolución de la participación educativa dentro del presupuesto de la Ciudad, pasa del 25 al 16% en un par de años. Con lo cual uno podría pensar que ese también es el riesgo en otras jurisdicciones. Que en un contexto de fuerte restricción, ajuste y motosierra la reducción en la demanda educativa por menos nacimientos sea recibida por los gobiernos provinciales como una buena noticia para invertir en otras áreas», afirma el especialista.

El riesgo –añade– es que si no se hace nada esto vaya a ocurrir por defecto, ya que hay normativas respecto al mínimo de estudiantes por sección: «si no se hace nada, el propio sistema va fusionando secciones y poniendo en disponibilidad cargos docentes, o simplemente no reponiendo los de quienes se retiran o jubilan. Ese es el riesgo: que educación pierda recursos porque se visualicen como ociosos y se les vea mejor destino en otros sectores. Ahí hay que poner el alerta”.

Las parejas pedagógicas

Según datos del Sistema Integrado de Consulta de Datos e Indicadores Educativos (SICDIE) de 2023, en CABA el nivel inicial privado cuenta con 8873 cargos docentes y un promedio de 16,7 alumnos por sala. En 2013, los cargos eran 6066 y la media de 20,7 estudiantes.
Así lo reflejó un relevamiento de la plataforma online PickApply, abocada al sector educativo, en su informe “Tendencias actuales sobre los docentes de educación inicial en Argentina”. El crecimiento en la cantidad de cargos, en paralelo con la caída en la natalidad, “modificó significativamente la dinámica de la matrícula”.
En cuanto a primaria, Mariano Mango, de UTE, señaló que “hasta ahora venían faltando maestros. Quedaban todos los días una cantidad increíble de cargos sin tomar. Al juntar grados va a hacer que el mercado lo ‘resuelva’ en un momento. Pero si esto sigue, va a impactar como en inicial. Por eso hablamos de pareja pedagógica, sobre todo en primer ciclo”.
Según el Anuario 2024, la cantidad de matriculados en las carreras de formación docente volvió a caer en el país, a un ritmo más lento que en la comparación interanual previa: de 536 mil en 2022 a 510 mil en 2023 y 498 mil en 2024.

Fuente: Tiempo Argentino