Caos por la inscripción online: de la lista de espera a la falta de vacantes

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23.12.2013. Madres y padres dan testimonio de las consecuencias del sistema implementado por el gobierno porteño para el ciclo lectivo 2014 en las escuelas públicas. Incertidumbre e impaciencia por la demorada respuesta de la Ciudad.

Por: Florencia Halfon-Laksman

 Chicos que no entraron al mismo colegio que sus hermanos; alumnos que no pueden seguir en el colegio donde iban al jardín; padres que encontraron lugar en escuelas lejanas, y otros que directamente no consiguieron ninguna vacante, son algunos de los reclamos que se registraron en el Ministerio de Educación porteño desde que, el pasado 9 de diciembre, recibieron los primeros resultados de la inscripción online en establecimientos educativos de la Ciudad.

El nuevo método de inscripción comenzó el 4 de noviembre y estaba destinado a aquellos chicos que cambiaban de nivel –de jardín a primaria, de séptimo grado a secundaria, o de quinto a terciaria– y también a los que llegaban a la Capital desde otra jurisdicción o pasaban de un privado a un estatal. A partir de los datos ingresados, el sistema ofrecía cinco opciones, pero se podían agregar tres más, si así lo requería el solicitante.

El reglamento escolar indica que hay ingreso directo en primaria para los alumnos que fueron a la sala de cinco años del establecimiento, hermanos de alumnos del colegio e hijos del personal y también prioriza, en primaria, a los colegios que están en el área del domicilio de los estudiantes. Sin embargo, según el registro del Ministerio de Educación de la Ciudad, hubo más de 3500 reclamos por el incumplimiento del reglamento y 57 mil vacantes asignadas. Para el ministro Esteban Bullrich, «hay más gente inscribiéndose en las escuelas públicas y eso es una buena noticia». Para un grupo de padres, los problemas en el sistema online impulsan a buscar matrículas en colegios privados.

Tiempo Argentino tomó testimonios de casos muy diversos que ejemplifican las protestas, algunas de las cuales ya fueron judicializadas, otras están resueltas, y también existen las que recibirán respuesta recién en febrero del año que viene, a pocos días de que comience el ciclo lectivo.

Una de las preocupaciones recurrentes entre los padres tiene que ver con la «superpoblación» de alumnos en algunas escuelas, por ejemplo en Caballito, donde se otorgaron vacantes después de que las familias se manifestaran varios días con cortes de calles.  «

 

«No me ofrecen una alternativa y en enero me voy de vacaciones»

 

Mariana Piola está buscando vacante para su hijo menor en una escuela privada. Asegura que preferiría no hacerlo, pero tuvo una mala experiencia con la inscripción online. «Mi hija mayor, Iara, está en segundo año del secundario en la escuela Australia, de Villa Crespo, a cuatro cuadras de mi casa. Mi hijo Gael acaba de terminar preescolar y quiero que vaya a la misma escuela. Lo inscribí por la web, como había que hacer, pero no figuro», le cuenta Mariana a este diario. 

Después de la inscripción, llevó la documentación a la escuela y esperó la vacante. Volvió a entrar en la web para ver si había novedades y el sistema le generó un nuevo número de inscripción. Llamó durante tres días al 147 para reclamar, hasta que la atendieron. «Cuando buscan mi número de inscripción, el primer trámite no aparecía, como si no lo hubiera hecho, pero yo tengo los dos formularios», detalla. Por ahora, Gael no tiene vacante en el colegio de su hermana, y Mariana protesta: «Ni siquiera me ofrecen una alternativa y en enero me voy de vacaciones. Si me piden que siga haciendo trámites, no sé cómo lo voy a resolver.»

 

reclamo desde las comunas

 

Desde distintas comunas de la Ciudad, se escribieron estos últimos días distintos comunicados sobre la situación que viven algunos padres a partir de los errores en las inscripciones online. Tal es el caso del texto firmado por miembros de la Comuna 6, del barrio de Caballito:

«Termina el ciclo lectivo 2013, pero perdura el conflicto desatado por el Ministerio de Educación de la Ciudad a partir del fracaso del sistema online de inscripción. Miles de familias seguimos sin saber a qué escuela irán nuestros hijos e hijas; miles aun no están anotados en ninguna escuela ni en listas de espera; otros aun hoy ven vulnerados derechos consagrados como el pase directo desde jardín a primaria cuando están integrados por compartir el edificio o por proyectos pedagógicos, el acceso a una vacante por hermano/a mayor, la cercanía del domicilio, el hecho de ser docente y/o empleado en el establecimiento, etc. Ninguna de las respuestas puntuales que ha dado el Ministerio han resuelto el problema. Seguiremos reclamando en todas las instancias. Invitamos a toda la comunidad a acompañar nuestro reclamo, porque la Educación hace al futuro de todos.»

 

 

 

«Hay miedo por la superpoblación»

 

El hijo de Régula Nigg egresó del jardín Margarita Ravioli, en el mismo edificio del Primera Junta, donde su hija cursa la primaria. «Por reglamento, tengo doble prioridad: por ser alumno del jardín y por su hermana», explica. Junto a varios padres de esa escuela de Caballito, protestó ante la Defensoría General porteña y, por vía judicial, los autorizaron a hacer el trámite presencial. El día de la designación de vacantes, se enteró que no figuraba en ningún lado. «Le mandé una carta al ministro y me llamaron para asegurarme que mi hijo tendría la vacante. Cuando pregunté cómo iban a hacer para solucionarlo, no supieron responder», describe. 

El hijo menor de Nigg ya figura en el listado de los nenes que ingresarán el año que viene al Primera Junta –listado que también registra datos incorrectos, como niños que ya no seguirán en la escuela–, pero ella sostiene: «Esto no se resuelve con mi caso. Tenemos miedo por la superpoblación que va a haber porque los que entraron son 82 chicos. No queremos aulas de 40 chicos y sabemos que esto pasa en un montón de lugares de la Ciudad, sobre todo en Soldati, Lugano y Barracas.»

 

«No tengo plan B ni pienso irme de la educación pública»

 

A Anabella Lozano le dijeron que la solución a su problema tendrá que esperar a febrero. Todo empezó hace más de un mes: «Cuando quise hacer la inscripción online, la web no funcionaba, entonces llamé al 147 y me hicieron la inscripción telefónica para que mi hijo entrara a primer año. No me dieron ningún número de trámite porque por teléfono también tenían caído el sistema, pero juraron que la inscripción estaba hecha», describe. 

Dio siete opciones. No entró en ninguna. Lo mismo le pasó al hijo de Oscar, su pareja, que había ingresado cinco opciones. A ambos les dijeron que había vacantes en la escuela María Claudia Falcone, que ellos habían puesto entre sus opciones, y entonces se las otorgaron. 

Cuando fueron al colegio con ese comprobante, les informaron que había mucha gente en la misma situación, debido a que en esa escuela había una «sobreinscripción». Anabella anotó a su hijo y quedó en lista de espera. «No hay ninguna autoridad que nos atienda y en el colegio nos dicen que la lista definitiva estará los primeros días de febrero. No tengo plan b y no pienso irme de la educación pública», asegura. 

 

«Me informaron que no hay vacantes»

 

Paula Galigniana es docente de primaria de la Escuela 21 del barrio porteño de Soldati. Su hija menor, Victoria, no consiguió vacante para la sala de un año del nivel inicial, a pesar de que Paula ingresó siete opciones en el sistema de inscripción online. Su caso está entre los primeros 18 que el gremio Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) presentó esta semana ante el Fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad. «Ni en mi barrio, que es Boedo, ni en los colegios donde trabajo, hay jardines maternales. Por eso, la anoté en los siete jardines más cercanos a mi casa. El más próximo queda a 14 cuadras y el más lejano, a 25, y no me importa acercarme a donde sea, pero me informaron que se quedó sin vacante», contó Galigniana. Al enterarse de la noticia, personal del Ministerio de Educación de la Ciudad le sugirió que entrara en la web y buscara una vacante en los colegios donde habían quedado. Entró a la opción de cada colegio y así comprobó que no quedaban vacantes de sala de uno en ninguno de esos establecimientos. Su causa se tramita ahora en el Juzgado 14, Secretaría 27.

 

A Marina Lois le piden «paciencia»

 

«Anoté a mi hija en sala de 4 de dos jardines de jornada completa. De la primera opción estoy a una cuadra y media; de la segunda, a cuatro. Quedé en lista de espera de la primera. Las vacantes disponibles que quedan son de jornada simple», precisa Marina Lois, quien eligió las dos escuelas más cercanas a la que asiste su hijo mayor porque en esa primaria no hay nivel inicial. Su hijo sale del colegio a las 16:20 y la salida de los jardines de jornada completa es a las 16:15, por lo cual no pueden asistir a establecimientos muy alejados. «Como este tipo de casos no son contemplados en el reglamento, presenté documentación complementaria», argumenta.

Reclamó por todas las vías. Desde el ministerio, le enviaron un mail pidiéndole «paciencia» y luego recibió el llamado de una operadora que le dijo que en los próximos días le solucionarían el tema. Hasta el momento no tuvo novedades. Dice Marina: «Si la inscripción hubiera sido como antes, podría haber planteado las particularidades de mi caso en los jardines, o en el distrito y, a través del intercambio dentro de la comunidad, encontrar una solución.»

 

Le confirmaron «el turno mañana de la Cortázar» y estaba en lista de espera

 

Camilo Sotelo Rocchi tiene que empezar el secundario en 2014. Egresó de la escuela 20 Benjamín Matienzo, en Caballito, y sus padres le vieron una orientación social, entonces averiguaron que la escuela Julio Cortázar, que queda en Flores, a 18 cuadras de su casa, podía ser una buena opción «para que no se le haga tedioso el secundario» y lo ayudara con su interés por la literatura, según cuenta su mamá, Roxana Rocchi. «Como en la elección de escuela secundaria no hay prioridad según la cercanía, sabía que había posibilidades de que entrara», dice Roxana, quien, de todas formas, ingresó varias opciones por si su hijo no conseguía la vacante deseada. «El 9 de diciembre, entré al sistema para ver los resultados, un cartel me dio la ‘bienvenida a la escuela pública’, a pesar de que mi hijo ya asistía a una en la primaria, y me confirman en el turno mañana de la Cortázar», describe. Con ese comprobante, Roxana fue al establecimiento y ahí se enteró de que en realidad Camilo estaba en lista de espera, al igual que muchos otros, y que debía esperar a que la situación se resolviera en el Ministerio.

 

«Parecía el concurso de una gaseosa: como si dijeran ‘siga participando'»

 

«Hice la inscripción online apenas se lanzó. Cuando llegó el día de los resultados, me dijeron que mi hija no tenía vacante. Parecía el concurso de una gaseosa, como si me dijeran ‘siga participando'», protesta Julissa Báez Asencio, que necesita enviar a su hija Carol a primer grado de alguna de las escuelas de jornada completa del Instituto Bernasconi, donde este año terminó el nivel inicial y su hermana Juliana cursa la primaria. Ante el reclamo, le ofrecieron una escuela del barrio Zavaleta. «No acepté porque no puedo dividirme y llevarlas a dos escuelas diferentes en el mismo horario. Cuando fui a reclamar, me encontré con varias mamás a las que les pasaba lo mismo. Éramos 14, entre 27 chicos», detalla. 

Tras cortar calles, protestar ante el ministerio y dejar asentado su reclamo en la Defensoría General, Julissa recibió un llamado de la cartera educativa en el que le aseguraban que su hija tendría la vacante. «Pero en Internet, la nena sigue en lista de espera», advierte la mamá de Carol, y señala: «Evidentemente, no existe un registro de quién tiene vacante y quién no y tampoco tuvieron en cuenta el cupo.» 

 

Dato

3500 reclamos atendió el gobierno porteño desde el 9/12. Esteban Bullrich daría hoy precisiones sobre la matrícula en la escuela pública.